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Bar con solera.je, es una cantina tal cual de toda la vida, no pidas cosas sibaritas que no hay, nos pedimos unas bravas muy ricas y bien de precio, al igual que las bebidas. El dueño si le entras bien es hasta gracioso pero se le ve tiene un carácter curioso
Salimos engañados Pedimos un torrezno y dos copas de vino y nos ha sableado con 10 euros Reclamamos y nos cobra 9’20 y dice que nos ha puesto dos torreznos cuando habíamos pedido uno Ahora os muestro la foto y vosotros decidís Es un engaño
Mala experiencia… se salva el encanto de la bodega por los años que tiene… pero comida fría como mal descongelada y encima cobrando mal… ticket 11,80 y 6,80€ y redondea por que quiere a 12€ y 7€… con la pizarra precios enfrente. Lo mejor que pueden hacer es jubilarse ya.
Otro inmundo "Bar Paco" regentado por personaje arquetipo de pelicula franquista con complejo de pícaro graciosete apoyado por grupo gregario de afortunados biencaedores que siempre hacen falta. La comida? Otro día.
Un bar de los de antes. Las bravas caseras son un clásico. Pinchos de vinagre a buen precio y raciones de albóndigas, callos, chorizo.sin olvidarnos de la morcilla burgalesa. Buena relación calidad precio. Repito cada vez que toca tapear por la zona de Santa Clara.
El dueño, un impresentable y su mujer con muy pocas ganas de trabajar y el trato hacia mi persona otra impresentable y me sirvió de malas formas. La comida, muchísimo que desear.
Bar de los de toda la vida, en plan raciones, atención familiar, el dueño es un crack. Si buscas algo cerca del centro y que no te crucifiquen con la cuenta, este es el sitio. Eso sí, olvídate de lujos. No aceptan tarjeta.
Normalmente me encanta ir a los bares de bario porque se encuentra gente amable y cercana. No es el caso de este bar. Nos atendió una señora cuando no le quedo mas remedio, parecía que le molestase nuestra presencia, tal vez porque somos jovenes. Estábamos dispuestos a consumir pero tras el trato y las malas contestaciones nos marchamos.
Estuvimos este verano, tras visitar el museo y antes de iniciar la vuelta a Córdoba. Es un bar de los que uno busca y casi nunca encuentra. Un lugar que se nota forjado por el trabajo, sin más pretensiones que las de dar un buen servicio, regalar una sonrisa y ofrecer comida sencilla y sabrosa. Un sitio donde las conversaciones de la clientela habitual amenizan el ambiente, respetan a quienes llegamos de fuera y nos ayudan a conocer a la población local, que es lo que más buscamos algunas personas al viajar. En cuanto volvamos a Burgos, volveremos al Unsión
Burgos no es un lugar que suela visitar frecuentemente y pese a ello siempre ha habido un hueco en mi memoria y corazón para su excelente gastronomía y su frío despiadado. Hoy vengo a hablar de un lugar que sirve de escaparate de la primera de las cualidades con las que defino esta ciudad, cuna del gótico y parada de peregrinos. El bar Unsion es uno de toda la vida, de los auténticos, así como lo es Primi. Se encuentra en.y representa con maestría la gastronomía burgalesa. Le advierto a los potenciales comensales y curiosos que piensen en visitar este garito que Primitivo no les va dejar pedir lo que planeen comer, ustedes comerán lo que Primitivo les sugiera. Tanto si van con intención de echar unas bravas como de comer un entrecotte, nuestro amigo Primi comenzará a escupir una lista de raciones y recomendaciones ante las que se verán indefensos e intimidados. Les recomiendo que hagan caso y se dejen llevar por lo que se les recomiende de forma que puedan disfrutar de la experiencia culinaria completa acompañada por las excentricidades y bromas de Primitivo.
La cocina es estupenda: raciones generosas, buena fritura, excelente morcilla. Además, Primitivo les visitará a lo largo de su paseo por estas delicias para asegurarse de que todo lo que hay sobre la mesa está de su gusto.
Personalmente mi visita al Bar Unsion supuso un golpe bajo, les explico porqué: Durante el verano de 2022 llevé junto a mi pareja y mi hermano el chiringuito de unas piscinas municipales y en ese chiringo se hacían las mejores bravas y tortilla de la Ribagorza. Resulta que un día experimentado decidí juntar la tortilla de patatas con la salsa brava y, emocionado por tal descubrimiento y regalo palativo, decidí asumirlo y adoptarlo como invención propia (Incluso lo llamé "Tortilla Brava"). Mi sorpresa fue que, al visitar mi esquina favorita de Burgos, hallé que mi supuesta invención era costumbre e incluso plato estrella. Una parte de mi se alegró de que en la cocina del Bar Usión y en la de las piscinas municipales que llevé se llegase a la misma conclusión a años y kilómetros de distancia.
Pincho de tortilla rico. Café, infusión y dos pinchos 6 €. El bar es retro pero está limpio, osea, que no pagas por la decoración si no por lo que comes
Inmejorable. Desde las típicas tapas y raciones que todos esperamos al llegar a una ciudad, a la mejor atención al público que existe. Hasta me parecen baratos los precios.
Excelente taberna de las de siempre, unas raciones estupendas y muy generosas. Recomiendo especialmente la tortilla y los torreznos. ¡Primi es un crack!
El dueño es increíble. Se sienta contigo y te recomienda él mismo. Sincero y directo. Muy agradable, la comida está buenísima y nada caro. Muy recomendado. Volveremos.
Pd: Pedid salsa brava. Puedes repetir las veces que quieras y está muy muy buena.
Es un bar histórico, de toda la vida, peculiar, ha visto morir a muchos de sus clientes. Primi se ha sentado en la mesa con nosotros, ha decidido lo que tenemos que comer 6, y no ha fallado. Una tortilla, morcilla, bravas y picadillo. El vino de Peñaranda, pueblo bonito, estaba cojonudo. El pan.sincero Primi, me hubiera gustado que fuera de este siglo. Total 54 euros, y Primi un fenómeno. Volveremos!
De entrada extraño sitio. El dueño una persona peculiar, le pedimos albóndigas con huevos y nos trajo, porque le pareció, solo las albóndigas. 5€. Le preguntamos por los huevos y nos responde con patatas bravas. Eso sí a la hora de cobrar cuidado con las vueltas, que se ve que en la caja les tratan bien. Volveré para cerciorarme de si es un personaje muy campechano y natural o un cara. Sitio peculiar
Este tío es un fenómeno. Buen trato, buenos precios y excelente atención. Dejate guiar por las recomendaciones del dueño y acertarás seguro. Un bar de los de toda la vida, regentado por un gran profesional con un trato muy cercano y mucha paciencia, incluso con los niños. La tortilla de patata está riquisima, tambien los torreznos y los fingers de pollo (realmente caseros). Absolutamente recomendable
Queria poner 5 estrellas, pero no puedo. El hombre exagerado, y su mujer, super seca. Las raciones a 5 euros. Carajillo a 4. (Al lado de la catedral a 1,30, lo mismo en Rimbombin, por ej.) Se equivoco al contar, y cobró de más. Reclamé y lo devolvió, menos la propina q le habia dado antes. Una pena. No volvería. Un chasco ️