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Una de las bodegas más grandes de la Ribera del Duero y con una bodega digna de ver. Atención familiar. A la hora de comprar nos aconsejaron muy bien. Parada obligatoria para los amantes del vino.
No he estado todavia pero me encantaria estar, solo he probado algunos de sus vinos, Altos de Tamaron todos son excelentes, y en concreto el Roble de 2017 una autentica delicia. Enhorabuena.
Imprescindible visitar si se está por la zona. Tanto la bodega como el personal que atiende y hace las catas, estupendos. El vino blanco me sorprendió totalmente. Yo visitaría esta bodega antes que la de Protos que es más conocida y también está muy bien, pero tiene mucho más encanto Prado Rey.