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Un sitio muy especial para comer bien acompañado. Los camareros incluido el jefe un trato único e increíble. Te hacen sentir como en casa. Llego la hora de cerrar y no queríamos irnos. Un 10 se les queda pequeño. Repetiremos sin duda. Un saludo para esa gente.
Por lo vivido en este local y por el comportamiento del jefe en plan desafiante y con malos modales, no lo recomiendo. La comida escasa y de poca calidad pero de precio elevado. Hay otras bodegas en los alrededores mucho mejores
Una bodega que desconocía y que me ha encantado. El trato tanto de Alberto como de Jonás han sido muy agradables, la cena muy bien preparada y muy sabrosa acompañada de un tinto de la denominación de origen donde se encuentra está bodega que, como muchas otras en el pueblo del perdigón se han reconvertido en restaurante. Llegar al restaurante en si, no lo quiero desvelar porque es una sorpresa para el que vaya sin conocerlas, por último el postre buenísimo. La calidad relación precio muy buena. La recomiendo.
Hemos llegado por casualidad y ha sido un golpe de suerte absoluto. La atención recibida por parte de Alberto, su hijo y Jonás es inmejorable, y está a la altura de sus carnes y postres (¡muy bueno todo!). Sin duda merece la pena parar aquí y hacer caso de sus recomendaciones.
El pulpo a la brasa buenisimo, la paletilla y el solomillo muy buenos tambien, la parrillada bien. Postres caseros no había mucho más que flan de cafe y arroz con leche que estaban buenos. Lo único que habría que cambiar es que el camarero es muy amable, pero quizás demasiado invasivo. Me refiero a que estábamos hablando en la mesa y se metía en las conversaciones o se quedaba de pie al lado y nos contaba su vida con un vocabulario que quizás para los colegas va bien, pero con clientes que no conoces de nada, puede quedar hasta un poco faltante de respeto. Por lo demás todo bien y muy recomendable
Después de un mes reservado para comer, llegamos y al buen señor se le había olvidado hacer la compra y no tenia de nada, comimos lo que él quiso y malo.nos teniamos que haber levantado e irnos, pero heramos 12 personas y las tres de la tarde.recomiendo no ir mala atención y encima se ríe en tú cara. No volveremos más, dada su mala calidad en la comida.
Si vas a Zamora es visita obligada a esta bodega y al Perdigón. La comida espectacular y el trato inmejorable. Así da gusto. Sin duda volveré a repetir tan pronto como pueda.
Fue todo riquísimo. Siempre nos acercamos a la misma cueva y nos encanta. Para nosotros es visita obligada cuando venimos a Zamora. Pulpo a la brasa, choricito, solomillos…. Mmmmm
Cómo siempre, muy rico. De raciones a la brasa o platos de carne. El bacalao espectacular Muy muy recomendable. Entraréis en un típico restaurante bodega que os encantará
El perdigón pueblo lleno de bodegas que gracias a los políticos de pacotilla de 9 quedan 3, lastima q a este Gobierno no le importe sus pueblos. En cuanto a la bodega deciros que es estupenda y preciosa, buen vino, excelente comida a la brasa, las carnes de 10. Los pimientos de pecado, Alberto, el dueño, un gran profesional, al igual q su hijo y mujer, agradable y simpática. Si tenéis un hueco acercamos aquí a comer, no os arrepentireis
Gran variedad de menú de bodega. El pulpo de 10. El precio deacuerdo con lo servido, y el servicio, Padre e hijo son unos cracks. Lástima que cada vez queden menos bodegas en el pueblo. Un ánimo a esas bodegas de pueblo, que no se pierdan las buenas y saludables tradiciones. Una sugerencia,: Un autobús de fin de semana para los comensales, al estilo sidrería en Euskadi? Sería viable? Un saludo. Me lo pasé muy bien charlando con los dos.
Escribo la reseña ahora aunque estuvimos en diciembre de 2021. No quería dejar de agradecer el trato del dueño, así como señalar lo bueno que estaba todo. Llegamos de casualidad, perdidos, tarde y sin reserva, y nos acomodaron muy amables sin problema. Tomamos carne a la parrilla que estaba deliciosa, productos de la tierra, embutidos y vino, y postres de la casa. La relación calidad/precio estupenda, y además nos enseño toda la cava y nos explicó la restauración. Cuando a alguien le entusiasma lo que hace lo contagia en todo, y eso se percibe en la calidad de lo que ofrece. Totalmente recomendable.
La mejor bodega del perdigón sin duda alguna. Personal atentísimo en todo momento, reservamos el mismo día y nos pudieron hacer un hueco encantados. Una de las comensales es alérgica a los lácteos y fueron muy comprensivos con ella, preocupándose en todo momento de que estuviéramos muy compdos. Te tratan como si fuera su casa, José Alberto y su hijo son un amor. La carne está espectacular. No he probado una costilla mejor en mi vida, la cocinan como en ninguna bodega, está jugosisima. Es económico y abundante y los postres son todos caseros, merece la pena dejar un hueco. La decoración con encanto pero cuidada y cumplen muy bien con las medidas Covid, ya que nos midieron la temperatura entrar y se aseguraron de que nos echaramos gel.
Reserva para 5, nos ponen en una mesa para 4 y a uno le toca en un borde comiendo pata. La carne pasable, sobretodo la costilla, pero muy escasa, una parrillada para 5 que parecia para dos, teniendo que pedir a mayores dos raciones mas que volvieron a quedarse cortas. A la hora de los postres nos dijo el camarero que sólo quedaban justamente 5 postres, 3 de uno y 2 de otro. Casualidad que escuchamos como a otras mesas la oferta de postres era mayor tanto de variedad como de cantidad. En resumen, por el precio que tiene y la escasa comida hay otros locales por la zona que le dan 1000 vueltas. Una decepción, lo único salvable, la costilla.
Comida mala y mal hecha, costillas quemadas por fuera y crudas por dentro, no sabían a nada, la ensalada sin aliño, patatas secas pingando aceite. Servicio nefasto, muy mal educados; entre ellos hablaban mal de los clientes.nos hicieron esperar una eternidad entre platos, por el pan, por la cuenta. Un completo desastre, jamás volveremos
Eta noche hemos cenado mi familia y yo y la verdad que todo absolutamente todo estuvo genial, la ensalada de tomate a la Italia divina y la parrillada deliciosa, yo lo recomiendo y remitiría una, dos, y hasta tres veces más Alberto padre y Alberto hijo gracias por todo.súper bueno y la atención 100x100to
El sitio muy bonito y acogedor. Bodega profunda y bien acondicionada. De hecho hace frío cuando llevas mucho rato alli. Las raciones muy ricas y abundantes, aunque los embutidos variados me parecieron caros. El pulpo a la brasa y el bacalao espectaculares.
Estuvimos comiendo el día diez de Agosto con amigos, y la verdad es que la comida estaba muy bien elaborada. Las patatas al horno riquísimas. El pulpo muy bueno. Todo muy rico. Y sin pasar ni pizca de calor!
Muy buena experiencia. Comimos estupendamente, la comida estaba toda buenísima y el vino también muy bueno (una copita del de la casa bien fresquito entra fenomenal), aunque también hay carta de vinos de diferentes D. O.y hay muchas opciones económicas y muy buenas. Pero lo mejor de todo fue el trato que nos dieron, que fue excelente. No sólo nos atendieron fenomenal, sino que nos hicieron sentir como en casa. ¡Recomendadísimo!
Especialidad en asados, degustamos unas costillas de cerdo, chorizo y tocino exquisitos. A destacar la simpatía del personal. El sitio es una bodega bajo tierra a 16 grados en la que estuvimos muy a gusto. Muy recomendable.
Una de las pocas bodegas que quedan abiertas en el pueblo. Una pena. Bodega construida por el dueño a lo largo de los años. Muy bien decorado por dentro. Temperatura interior de 18 grados, que se agradece mucho sobre todo en verano. La comida, casi toda de parrilla, de calidad y buenas raciones. Recomendable la pata de cordero y la parrillada de carne con chorizo, panceta, costilla y cordero y patatas asadas. Ojo, raciones grandes. Postres caseros 100%. Flan de chocolate riquísimo. Personal muy agradable y dicharachero.
Gran bodega y restaurante, excelente trato. Todo ello en un entorno que invita al disfrute, por su gran decoración. Muy recomendable. La carta espectacular, precios justos a un género de primera calidad.
La bodega acogedora y restaurada. La comida muy rica, aunque las raciones escasas para lo que cuestan. Todas ellas acompañadas de la misma guarnición, patatas asadas. La atención rápida aunq considero que con preguntar una o dos veces a lo sumo, si todo está bien, es suficiente, no hace falta estar todo el tiempo el la mesa de los clientes. Le daría un 6.
Todo buenísimo! Tendremos que repetir y vendremos acompañados para poder desgustar más platós. De momento la ensalada con rulo de cabra, la pierna de cordero y el bacalao totalmente recomendable. Y los Albertos muy profesionales y atentos.
Un sitio con encanto, gran variedad de carne, muy buen trato y muy agradable lugar para venir a cenar o comer. La carne esquisita, y los postres caseros muy buenos.
UNOS ASTURIANOS K RESIDEN, EN ASTURIAS, LA NARIÑA DE GALICIA, Y EN LA PARTE ARGAÑIN DE SAYAGO, VISITARON HOI 4 DE ABRIL 2019, LA BODEGA ¡¡¡PANDO! DEL PERDIGON, UN TRATO EATUPENDO, Y COMIDA ESCECIONAL, DONDE BOLVEREMOS, NOS ENCANTÓ
Trato familiar, buena comida a precios asequibles, buenas raciones, chuletón de vaca, entrecot de vaca, solomillo, costillas, todo riquísimo y en su punto. Postres caseros, la natilla riquísima, arroz con leche Vinos de la tierra. El lugar muy bonito, bodegas subterráneas buen conservadas. Hemos repetido varias veces y lo seguiremos haciendo.
A pesar de que los entrantes estaban buenos y la camarera fue agradable, la carne estaba pasada, y al comentárselo al dueño este actuó de forma brusca y algo agresiva, incomodando nuestra estancia. No volveremos.
Comida excelente y un servicio exquisito. Gran vinoteca con los mejores vinos de la tierra. Mis dedos han salido degastados de saborearlo. Visita obligatoria!
Sitio encantador, negocio 100% familiar, Hijo-Padre y Madre. Realmente merece la pena visitar. Ellos son super amables y la comida muy buena. Paco y Encarni de Villarreal.