El Rincon del Convento

Familia de 2 adultos y 2 niños. Menú del día por 17 € con agua y vino incluido.
Buenos primeros platos; ensaladilla rusa, garbanzos, alcachofas crujientes y gratinado de verduras. Segundos; lomitos con jamón y queso, mero, langostinos a la plancha y mención especial al churrasco.
La atención parece un tanto descuidada pero están al tanto de todo.
En definitiva, repetiremos cuando volvamos a Oña.

Estuvimos comiendo y la comida estaba rica. Había demasiada gente para un solo camarero y los platos se demoraron un poco.pero volvería

Nuestra experiencia no ha podido ser peor por el trato recibido por la persona encargada de las reservas. Haciendo la reserva con tiempo nos quedarnos sin mesa, la persona no nos habló bien. Menos mal que en el restaurante los cazadores nos trataron genial, aunque comimos muy tarde.

Buen menú de fin de semana y dejaron entrar a nuestra perra al bar por el frío que hacía en la terraza, muy recomendable

El menú de fin de semana por 19€ es excesivo para lo que ofrecen. La comida no está buena. El arroz pasadisimo y recalentado, la pasta abundante pero sin sabor y sin salsa; las patatas fritas completamente crudas, al igual que el entrecot.el flan de queso tampoco estaba rico. Además el comedor era enano y estaba a reventar, no había distancia de seguridad ni ventilación. En definitiva un menú malísimo y carísimo.

La comida bastante bien y variada pero el camarero mas mayor muy desagradable y mal educado, menos mal que luego cambio y vino otro camarero y el dueño muy amables y agradables por eso le pongo 4

Tuve que leer las opiniones negativas de este establecimiento y poder así identificar al "hombre delgado y canoso" del que todos hablan y confirmar que no fuimos objeto de broma de cámara oculta.
Simplemente ratificar lo ya expuesto; el trato con esta persona es difícil y desagradable; como no le agrades a primera vista directamente te ignora; en el dialogo con él no usar “gracias” o “por favor” esta fórmula no funciona y tan solo empeora las cosas, por simple observación; Si quieres caer simpático o llamar su atención usa lenguaje rudo y soez.
Se trata de una personalidad "peleada" con el mundo en general que paga su frustración por doquier; evitar interactuar en exceso ya que le animan las disputas y enfrentamientos. También es cierto y ratifico que tienen trato preferente con los lugareños (a los que trata a su manera de forma cordial)
Aunque nosotros solo nos atrevimos a desayunar en este establecimiento la relación calidad/precio es correcta, pero recomendamos usar otras opciones para comer o cenar en Oña o pueblos cercanos.
En lado positivo el hotel rural es correcto y limpio con buena relación calidad/precio; en el check-out nos atendió otra persona con una atención y amabilidad exquisita; (por favor háganle fijo o promocionen a gerente)
Suponemos que al "ser lentejas" este establecimiento subsiste a pesar de todo ya que en Oña no hay competencia ni variedad para elegir; por favor, Señores propietarios piensen que el trato al cliente es el 50% de la experiencia, tan solo pedimos educación y trato cordial aunque no seamos fans de Rosendo
¿Eso es pedir mucho?

Maravilloso entorno, super amables y un pueblo con mucho encanto nos gustó mucho, volveremos si tenemos oportunidad, gracias por su atención y amabilidad

Restaurante en pleno centro de la Villa de Oña. El menú de fin de semana tiene un precio de 19 euros, la calidad del mismo regular. Los camareros muy poco amables.

Menú excelente y trato amable.
Habitación limpia, buena vista y decoración agradable. Relación calidad-precio fantástica.

Habitación muy confortable. Colchón y almohada estupendas. Muy bien mantener el calorcito toda la noche.

Un restaurante con encanto, las mesas están separadas, dejando la distancia de seguridad con metacrilato y madera. Muy bien decorado. La comida abundante y muy rica. Los postres caseros

Ya habíamos estado en este alojamiento. Teniendo en cuenta la relación servicio/precio damos 5*. Trato por los propietarios peculiar pero bueno, habitación algo pequeña pero muy limpia, camas muy cómodas y buen restaurante para desayunar y cenar. Íbamos de ruta en moto y pudimos guardarla en su garaje particular por la noche. Todo con un precio bastante económico.

Precioso pueblecito, un bar encantador, buenos productos, buen precio y muy amables, un lugar donde alojarse y disfrutar de un entorno campestre precioso, con buenas gentes buenas comidas, y una decoración típica maravillosa, nos atendieron con mucho cariño y amabilidad, vamos un lugar al que volver sin duda, muchas gracias por todo

Hotel rural muy bien para estar en un pueblo pequeño. Muy bien ubicado enfrente del monasterio de Oña. Todo nuevo o reformado, habitaciones grandes y muy agradables a la vista. El restaurante bien, variedad de platos para ser un sitio tan pequeño y buena atencion. Ramon el encargado muy agradable y siempre ayudando a conecer rutas donde puedes ir. Tuve un pequeño incidente que lo resolvio con rapidez. Los fines de semana hay un ambiente muy bueno de vinos me sorprendio. En el hotel se puede aparcar en la puerta si hay sitio y si no en las imediaciomes hay sitio.

Es un lugar precioso, justo delante de la catedral y el monasterio y el acceso al jardín secreto en la misma plaza. El rincón del convento tiene buen servicio y buenos precios.

Las habitaciones impolutas, buena temperatura. La ubicación no podía ser mejor. El restaurante bien, buena relación calidad-precio.

Enclave bonito pero atención incorrecta por parte de un señor canoso que, entiendo, es quien regenta el bar/restaurante/hotel. He preguntado si se podía comer fuera y la respuesta ha sido borde. La mesa de fuera, en la que estábamos sentados (número 3) estaba sucia. Ni protocolo Covid-19, ni nada. Para no repetir.

Pequeño hotel rural muy bien situado, habitaciones no muy grandes pero limpias y bien decoradas. Disponen de carta y menú. Comida casera bien elaborada y con un precio muy acorde. El trato muy amable. Si pides información de la zona, que visitar, por dónde ir, te ofrecen muy buena información. Incluso de dónde parar a comer.
Desde el propio hotel tienes a menos de tres minutos varios edificios y jardines que visitar.
Muy aconsejable.

Poquísima educación en el trato al cliente, nos hablaron de malas maneras y a regañadientes nos dejaron sentarnos para comer.lentos, estúpidos, en fin.nada recomendable.aunque el flan de queso es lo único que merece la pena

Tanto el hotel como el entorno de lujo, las camas súper cómodas buena comida y gran desayuno, el personal muy atento y detallista, nos facilitó lugar para guardar las motos

Ambiente familiar y comida casera, buenas raciones y relación calidad precio inmejorable.
La barra de pinchos muy apetecible!
Buen café y el sitio ideal.

Si tienes suerte, quizás por la tarde preparan cenas.
Digo con suerte, porque literal el encargado (o dueño) al preguntar a las 20: 30 si servían cenas me dijo que no estaba seguro de si llegaría el cocinero, y que si llegaba podría ser que sólo sirviera a los huéspedes.

Si no lo sabe ni él.

Pasábamos por allí y nos decidimos a tomar algo en la terraza.
Enseguida vimos un cartel de "no hay servicio de terraza"
Entré a pedir, saludo a un hombre delgado y canoso, se gira y no pregunta si iba a consumir algo, ignorancia total hacia mi persona cuando sólo estaba yo en la barra para pedir. Tardó en responder al saludo y tuve una sensación muy desagradable, mi percepción. (Igual, para sus amigos y conocidos es un hombre encantador)
Me atendió una chica, recogí las consumiciones a través de una ventana que da a la terraza, mi sorpresa fue que no hay servicio de terraza, pero al menos, nuestra mesa tampoco tenía servicio de limpieza, se me quedaba el brazo pegado a la mesa.
¡Protocolo covid, cero!
Nuestra experiencia no es para repetir ni recomendar.

Un sitio con encanto, muy cuidada la decoración, adaptada al entorno del pueblo, en el pueblo hay muchas cosas para visitar, el jardín secreto me gusto muchísimo, pero realmente el restaurante el rincón es una maravilla, los dueños son gente encantadora, para dormir descansar comer desayunos, unos pinchos por las mañanas impresionantes, lo recomiendo 100X100

Sitio acogedor, céntrico. Buen trato, comida abundante y rica. Tienen menú de fin de semana (17€). Salón tranquilo, no muchas mesas. Vino propio.

No me gusto, lavan los platos a mano y con un estropajo desgastadisimo y las mascarillas por la barbilla. Se les ve segun estas comiendo. Falta higiene y mas en tiempos de covi

Restaurante: El camarero que nos sirvió los platos, cuando estaba en la cocina iba sin mascarilla. Cuando nos trajo el primer plato se la puso. Pero cuando nos sirvió los segundos la llevaba en la "papada" y le tuve que decir que, si no le importaba, se pusiera la mascarilla. Se fué renegando y oí como lo contaba en la cocina y encima enfadado.
Alojamiento: Magnífico todo. Ninguna queja.

Buenísimos pinchos de ibérico y otros de calidad. Buenos vinos reconocidos! También bun buen menu del.dia! Os recomiendo pasar por este sitio de Oña al lado del Monasterio de San Salvador

Sólo estuvimos en el restaurante desayunando y tomando unas raciones. La comida está bien y bien de precio, la terraza es muy agradable pero el dueño es un borde y maleducado.

Sitio fantástico. Es pequeño pero acogedor. Por 11 euros el menú del día se come muy bien. Pedimos menú tanto ensalada campera como arroz negro y muy bueno. El solomillo es algo escueto, 3 trocitos, pero está divino. Pan y bebida abundante, y postres espectaculares. La mouse de limón buenísima. Muy recomendable

Tomamos café en ruta, y la sensación debido al trato y el servicio es satisfactoria. Me llamó la atención la limpieza, que en estos tiempos es muy importante.

Buen menú de fin de semana a buen precio. Servicio rápido y muy amables. Llegamos tardísimo y sin reserva y aún así nos atendieron. Luego si quieres, te puedes tomar el café en la terraza, que si hace bueno, se está de maravilla. Cuando vuelva por la zona, ya se donde iré a comer sin dudarlo

Bonito jardín en Oña, es un jardín que pertenecía al monasterio. No está muy bien conservado, pero el paseo está bien.

Siguen sin entender que un menú de 17 euros tiene que tener platos más elaborados y de calidad. Han bajado la calidad del menú respecto de la última vez. Y.lo más importante servir un vino de entre 1'20 a 1'60 euros en un menú de 17 euros.que menos que un Ribera o Rioja, tinto roble o crianza.
Queremos ganar más si, pero hipotecando el futuro.

Hoy 20 de febrero 2021 hemos estado dos personas a las 14,00 horas en la terraza del bar que está debajo del Rincón del Convento. En OÑA. No nos ha limpiado nadie la mesa, el camarero (posiblemente sea el dueño) con la mascarilla en el cuello, saltando, entrando y saliendo por la ventana DEL BAR, donde luego nos ha servido la consumición. Y en la mesa debajo de la carpa pegado a la ventana donde te atienden, una cuadrilla de 5 jóvenes, sin mascarilla en la mesa, todos juntos y preparándose unos "cigarrillos". UN DESASTRE.
Al lado, un hombre solo en una mesa, con su cervecita ya terminada y sin mascarilla.
Por cierto el camarero un antipático, aparte de su aspecto un poco desaliñado. Con muy mal "temple" para estar cara al público. Lo siento ser tan crítico, pero son momentos tan delicados como para callarse.
OÑA muy interesante.

Me hospedé por trabajo, habitaciones muy acogedoras, con vistas directas al convento, comidas y desayunos buenos al igual que los precios.

Vam estar dues nits a aquest hotel, molt tranquil, amb un esmorzar correcte i un restaurant per sopar amb molt bona relació qualitat/preu. Molt bona atenció per part del personal.

Trato amable y en un sitio inmejorable de Oña, cama muy comoda, con baño bien equipado, aunque algo estrechoel hueco para pasar al lado de la cama que daba a la ventan, aun asi buen precio y el desayuno guay, incluso el chico nos compró Nocilla para los desayunos y era capricho nuestro.

La habitacion daba justo enfrente del convento, osea que localización y vista mejor imposible. 5 estrellas por la amabilidad y por el lugar.

La unica pega que pondria seria que no habia carta fisica para ver que hay de cenar y era a voz cantada, aunque supongo que se debe al protocolo covid de no compartir papeles, pero igual una lista pegada en las mamparas o asi.

Nosotros volveremos fijo.

El camarero muy mal educado.
Se ha puesto a servirnos con la mascarilla bajada y a la hora de recoger las tazas de los cafés que habíamos tomado lo ha hecho fumandose un cigarrillo delante de nuestros morros.

Comimos el menú y me supo a poco somos de mucho comer me quege de pocas alubias que estaban maravillosas y a la salida me dieron un táper por cierto el vino rosado muy rico

Bien ubicado, terraza, barra con pinchos y raciones, restaurante que estaba a tope, buen servicio y comida

Muy buena comida casera. Servicio hiper-rápido sin que se resienta la calidad de la comida. Muy recomendable.

Bar restaurante en un sitio privilegiado, la terraza está muy bien dispuesta, y están continuamente limpiando y desinfectando las mesas.

Nos hicieron hueco para comer de menú del día, menú festivo a 17 €, con muchas opciones de platos. Mi novia vegetariana pudo pedir 2 primeros y sin problemas de que todo llevara carne, como suele ocurrir por esta zona.

Los primeros estaban buenos, y la carne estaba muy bien cocinada, en su punto y muy tierna.

Pese al jaleo que tenían el personal era amable.

Tuvimos un problema con la reserva y se volcaron para poder ayudarnos, trato cercano y preocupación real por sus clientes. Muy agradecida 10/10

Buen sitio en Oña para comer menú de fin de semana, por 17€. Ensaladas, cordero, rapidez y buen servicio.

Habitación estupenda con todas las comodidades y buena calefacción. Vistas a la Plaza de entrada al convento

Comida sencilla pero rica.
Si tengo q poner alguna pega esq se escucha todas las conversaciones de la cocina y no es muy agradable cuando el comedor está casi vacio.

De lo peor.de 1 arroz seco y frío.te ponen secreto y no es secreto y súper adobado, El segundo plato 10 minutos a k te sirvan, servicio mal y te dicen bacalao y es perca.
No volveremos a ir.

Aunque la mona se viste de seda.así se podía resumir el restaurante. Muy mono y con cierto gusto para la decoración. Esto hacia q los camareros y el personal de cocina parecieran fuera de sitio. Para comenzar te atienden por que te están haciendo el favor de atenderte. Al menos esa sensación te transmiten. Después te recepcionan fuera de hora (pese a haber reservado) y diciéndote de mala gana q tienes q esperar. Después se gritan los pedidos y lo que haga falta entre ellos. Más cosas: se olvidan de las comandas, tienes q insistir, tu camarero desaparece. Pero la comida no está mal. No es q sea la bomba pero me la esperaba peor visto lo visto. Hasta para pagar es una lucha. En fin, no lo recomiendo.

Trato discriminatorio por no ser del pueblo. Ni nos sirvieron la mesa ni nos dejaron escoger nada que no fuesen aperitivos de los que tienen en la barra. Cuando vimos que servían al resto de mesas de la terraza nos quejamos y no supieron darnos una explicación. Debe ser que solo sirven a conocidos.

Camarero muy desagradable y borde. Llamamos para reservar previamente, cuando estamos casi terminando nos van retirando platos y presionando para irnos. Me va a quitar los vasos de agua y le digo que no por favor, a lo cual el de forma agitada nos increpa a mi familia haciendo mención que nos teníamos que ir a las 15: 15 que se nos había ya dicho por teléfono, a lo cual respondemos que a nosotros no se nos había advertido. Se pone hoja de reclamaciones por la mala educación del camarero, creemos que era el hijo de los dueños.

Bonita decoración de las habitaciones, baño nuevo y todo muy limpio. En puentes y festivos conviene reservar en el restaurante, pues hay mucha gente y puede que no tengan mesas disponibles. Estuvimos tres días y tengo que decir que el trato por parte del equipo ha sido magnífico. Volveré seguro.

Hemos estado dos noches alojados y nos hemos sentido muy cómodos. La habitación con una decoración rústica con mucho gusto y acogedora, además de cómoda y todo muy limpio. Del restaurante, todo lo que comimos delicioso, abundante y a buen precio. Muchas gracias a la familia que ha hecho nuestra estancia tan agradable.