El Rincón del Labrador

Excelente cocina, guisos, setas, caracoles, calamares. Todo rico!
Los postres caseros. Buen ambiente y familiar.

Muy bien, y debajo hay un bar y genial para desayunar, la casa muy bien habitaciom con baño genial, fuimos 8 amigos con tres niños. Nos gustó mucho

Menú de setas con degustación de anchoas y queso, anuncio del periódico.
La degustación de anchoas y queso no llegó.
El primero, boletus, escasos y exceso de pimienta negra, que mataba el sabor. Guiso de alubias bien y ración generosa para repetir. Guiso de lechazo, nadaba en aceite y recalentado en más de una ocasión por lo que algunos trozos duros. Postre, helado, que estaba más duro que una piedra. Estuvimos solos hasta casi acabar que llegó otra pareja, eran conocidos, a ellos si les sacaron las anchoas. En fin no volveremos y espero que le sirva a alguien para descartar el lugar.

Me encanta este restaurante por la variedad de platos, el precio y la amabilidad de los camareros.

Para volver, sin ninguna duda. La comida y el cocinado de mucha calidad todo muy rico. El ambiente bueno y el servicio de 10, amables, profesionales y atentos.gracias.

Boletus, Setas de cardo y níscalos a la plancha buenísimos.
El plato Estrella, muy bueno también.
El servicio muy atento. Buen precio.

Sitio sorprendente. No te esperas en un pueblo tan pequeño un restaurante con cómoda tan rica, está siempre lleno, no es fácil encontrar mesa

Una pena que el dueño de por hecho que vas a comer el menú antes de preguntar, el servicio por parte de el deja mucho que desear, no volvería nunca.

Comimos muy bien y el trato agradable. Tomates espectaculares. Carne y vino para seguir el camino. Volveremos.

Maravilloso producto de la zona, magníficamente cocinando. Planazo para una mañana del sábado o del domingo: Visita al Monasterio de La Santa Espina y comida en el restaurante, a 5 minutos andando del Monasterio. Eso si… reserva con tiempo. No es muy grande y suele estar lleno.

Comida rica, personal muy amable. Buena relación calidad-precio, sobre todo en la carta de vinos. Muy recomendable, volveremos

Fue una sorpresa encontrar este restaurante. Muy buena atención y la comida espectacular. Sitio para desconectar y pasar un día agradable. Recomendable al 200%.

Caro, poca comida y abarrotado.pequeño, uno de esos sitios que se pone de.moda entre los domingueros que van a lucir sus SUV de lujo.raciones y platos escasos.como anécdota al pedir los postres nos trajeron un arroz con leche que estaba en mal estado.el personal con el que coincidimos ese día bastante áspero.

Buena atención. La comida exquisita, raciones y platos de siempre con excelente relación calidad-precio. Recomendable

Aparcamiento: 4/10
Atención: 8/10
Calidad: 7/10
Cantidad: 7/10
Decoración: 9/10
Limpieza: 6/10
Precio: 6/10
Servicio Rápido: 8/10

Primera vez que vamos y ha estado todo genial! Buena comida casera y bueno precio. Desde luego que repetiremos. Un 10!

Uno de mis restaurantes favoritos, donde aún se puede comer verdadera comida tradicional con ingredientes totalmente de casa. Edito: Tras las dos últimas visitas y después de muchos años hemos dejado de ir ya que la calidad de la carne roja ha bajado mucho, a pesar de habérselo advertido a Nando tras una mala experiencia (por primera vez) volvió a suceder lo mismo y la conclusión es que han cambiado de proveedor y ya no es lo que era. Antes tenían una carne madurada en cámara de primerísima calidad. Ahora, unas piezas envasadas al vacío mucho más duras y con un sabor raro. Una pena porque llevaba siendo uno de nuestros favoritos desde hace muchos años y seguramente no volvamos en una buena temporada, de hecho ya hace varios meses desde la última visita que es la que comento.

Comida excelente, casera, precio medio y cerca de un lugar privilegiado en la provincia de Valladolid. Muy buena atención.

Hablando únicamente del Restaurante. A pesar de que estaba muy lleno, la comida y el servicio fue sencillamente EXCELENTE. Sin embargo, no puedo darle las quinta estrella pues nos ubicaron en una zona muy agradable, pero con un ruido ensordecedor (era imposible entenderse en una mesa de 6 personas). Cuesta muy poquito adaptar la sala con materiales absorbentes para mejorar la acústica. Es una pena que este aspecto se cuide tan poco en este País.

Parecía más de lo que es y se paga, bien pero… cada mini cachito de pan 1€ se nota que no hay competencia

Magnífica relación calidad-precio en un restaurante pequeño pero muy familiar repetiremos en grupo de amigos moteros cada año e incluso cada ves

Un restaurante en el que te encuentras como en casa. Muy buena comida y mejor trato del personal.

Poca, o nula profesionalidad. Y ninguna humildad, en reconocer que no tienen capacidad para atender con dignidad al que les visita. (Por lo menos el día que yo les visite.) Cocina desbordada, mesas ocupadas olvidadas, interior con el aforo por encima de su capacidad, etc.

Platos de temporada como las setas, especialidades como los caracoles, productos de huerta como unos deliciosos tomates, hasta un rabo de toro o unas mollejas de lechazo, para terminar con unos postres caseros buenísimos. Relación calidad-precio aceptable y buen servicio.

Gracias por vuestro agradable servicio volveremos lo más tardar en noviembre a las setas gracias

Una experiencia culinaria para el paladar de postín. Una carta no muy grande pero bien elaborada a base de productos de calidad. Una bodega de vinos similar. No muy amplia pero de calidad.
Los caracoles de matrícula. Los tomates de la huerta están como para ir a robárselos. Tomates como los de hace 40 años. Y los postres.no se sabe por cual optar: caseros y cada cual más rico
El dueño un tipo simpatiquísimo que te puede llegar a vender piedras al horno si las tuviera en el menú.

Excelente todo, la calidad de sus platos, el servicio. Llevamos muchos años viniendo siempre que pasamos por la zona y siempre es un acierto. Además hay mucha variedad de platos en la carta, las raciones son muy generosas y al final siempre invitan a unos chupitos. De 10

Trato muy familiar y una excelente cocina Castellana es importante hacer reseva dado la demanda que tiene.

Atención de 10: los camareros son extremadamente amables y rápidos. Comida casera: abundante y variada. Muy recomendable para hacer una parada para comer si estás de visita por la zona.

La comida no estaba mal. El sorbete de limón puro azúcar. Las medidas anti covid nulas.una supuesta terraza en el interior totalmente cerrada.ni una ventana abierta, solo por mantener el aire acondicionado, y por si esto fuera poco los comensales de la mesa cercana fumando.

Estuvimos hace dos fines de semana 4 personas y la comida escasa caro y mal preparado por citar algunos de los platos las mollejas del tamaño de una alubia los caracoles faltos de sabor en la salsa los callos parecían recortes etc etc no lo recomiendo

Toda la comida genial y el trato inmejorable. No era la primera vez que íbamos y no será la última.

Paramos a cenar después de un largo tramo del Camino de Santiago.
La atención inmejorable.
La comida estupenda: productos de calidad, de cercanía y bien cocinados, desde el principio hasta el final.
El helado de requesón con higos espectacular.
Así da gusto. Muchas gracias.

Todo exquisito, un pequeño pero a los caracoles algo sosos y a las anchoas de santoña un poco escasas, pero los huevos fritos y el chuleton espectaculares. El arroz con leche de 10. Y todo a buen precio. Seguro que volveremos!

Conocemos este sitio de muchas muchas visitas. En esta última nos dio la impresión de algo se dejadez. Faltaban muchos platos o solo había para dar a cierto número, no para todos los que pidieron. Algunos platos mejorables con respecto a otras veces que pedimos.
El horario extraño por la hora de cierre. Máxima reserva antes de las diez, pero entraron dos mesas pasada esa hora, por lo que te descoloca un poco la política.
Desde luego que volveremos y modificaremos está nota porque estamos seguros que fue un mal día, pero habrá que probar a ver.

Casa rural y restaurante situado en un entorno maravilloso. La Santa Espina un pueblo atípico de Castilla, blanco, dinámico y activo.
Puedes pedir de todo desde unos cangrejos hasta unos caracoles. Todo excepcional.
Fernando es el alma máter del lugar siempre dispuesto para dar lo mejor.

La comida no está mal, y uno de los camareros fue muy amable, pero tuvieron un par de detalles algo feos como ponernos de picoteo una aceitunas con los huesos en el cuenco de otros comensales, (de acuerdo que no se tire la comida, pero por lo menos disimula y que no se vea que nos das los restos de otros) u ofrecer chupitos a las mesas de al lado dejando menos dinero que nosotros y a nosotros no. Por no mencionar los precios, que a mí parecer eran un poco caros, actúan como que tuvieran alguna estrella Michelin. No repetiría.

Llegamos y no sabíamos, si estábamos en Galicia o Castilla, que comida nos pusimos hasta arriba de comer y todo riquísimo, Jornadas 13,14,15,16 gallegas en la Santa Espina, no me lo hubiese figurado nunca. Atentísimos

Estuvimos, en las jornadas gastronómicas de intercambio con el restaurante Peixoto de Galicia.
Precio 40 € por persona. Merece la pena.
Por poner una pega, echamos de menos en los postres, las filloas o unas cañitas.

Nada más entrar te recibe un intenso olor a cocina que está presente tanto en la barra como en los comedores, sales de allí oliendo como si trabajaras allí de cocinero.
Pedimos unos entrantes a compartir, estaban bien y ricos.
De plato principal chuletón, sólo te da la opción de hacértelo tú mismo a la piedra, con lo cual sales oliendo peor todavía; o te lo hacen ellos en cocina; nos enseñó una buena pieza de chuletón, de la cual nos iba sacando platos con tiras de carne ya cocinadas, decepción total, a mi entender destroza una buena carne, no nos puso ni la mitad de la pieza y entre plato y plato de carne tardaron bastante, me sentí estafado y acabamos con hambre, si pido un chuletón ¿por qué no me pone un chuletón y ya está?
Teniendo reserva, a mitad de la comida se le acaba el pan y nos pone pan descongelado, inaceptable por falta de previsión en un lugar tan popular al que se le supone cierto nivel.
La cuenta es un papel escrito a mano, en la que no te detalla mucho (el IVA no se sabe si le pagas o no.), junta los postres, el vino, los cafés, agua, licores y lo que le parece, pone un importe y se acabó. No me pareció caro, pero por el mismo precio hay sitios mucho mejores tanto en trato, como en instalaciones y calidad y cantidad de la comida.
Lo que me sorprende es que tenga tanto éxito, será que ya estamos acostumbrados a que nos la den por todos lados o que hemos perdido el criterio.

Muy mal. Una ventresca con pimientos, unas raciones de fabada para degustar minúsculas, un plato de bacalao al ajo arriero qué es la mitad de lo que ponían hace poco. Y todo ello carísimo. No volveremos.

Restaurante pequeño y tranquilo en La Santa Espina, muy cerca de Urueña.
Se trata de cocina casera y con opciones de platos de temporada, como caracoles, níscalos, Incluso organiza jornadas gastronómicas de las que puedes recibir información.
Muy buena atención por parte del camarero, y los tiempos para traer los platos perfectos.
Comimos varios primeros para compartir, y la mayor parte carne a la piedra de segundo.
Todo bastante bueno. Por poner un pero, el atún a la plancha estaba demasiado hecho y estaba en poco seco.
Los postres caseros, para repetir. No les acabamos porque no nos entraba mas, pero tuvieron el detalle de darnos tápers para llevarnosles.
Nos ofrecieron también unos chupitos con el café, que siempre se agradece.
El total para 12 personas, 410 euros. Relación calidad precio buena.
El otro pero, es la forma de presentar la cuenta. En un papel, sin especificar cantidades ni precio. Creo que eso se debe mejorar.
En resumen, buen sitio para comer un una ruta por los Montes Torozos.

Visita durante comida de empresa. No sé si sería por eso pero, tanto la calidad como la cantidad no fue de lo mejor. Me pareció el típico mesón sin más.

Ya tenía ganas de acercarme a degustar sus viandas y fue un auténtico éxito el acercarme a este restaurante.
Además de encontrar una cocina casera muy bien elaborada, es muy generoso en las raciones. Su calidad es excepcional.
El trato es muy familiar y cercano.
De paso, al estar en un pueblo, puedes darte un buen paseo en plena naturaleza y también visitar el Monasterio.
Un lugar para repetir.

Sutio muy recomendable para ir a comer tanto a diario (tiene menús) como durante sus jornadas gastronómicas como la de las setas, como el resto de los días de la semana a la carta. Buena calidad en sus productos y elaboración en sus platos.

Pare de paso a tomar un pincho y me gustó.
Volveré otro día a comer que seguro que está bien.
Trato muy cordial.

Malísimo y pesimo, poca carne para un chuletón de kilo, donde no te enseñan pieza, y al pedir la cuenta no lo traen escrito sin poner cada cosa que pedimos detalladamente, seria para denunciarlos, pero no lo hice, me llevo un cabreo muy gordo la verdad, esperó que mejoren porque si no les espero lo peor

Un lujo de restaurante, una comida espectacular, el servicio simpatiquisimo y al final de la comida tienen su detalle, sin lugar a duda 100%100 recomendable y en breve repito jejej, la relación calidad/precio es fantástico y tienen una carta muy variada.

Muy buena carne. Buenos productos de temporada y mejor atención por parte de Fernando, Maite y resto de familia y equipo

Fui un domingo con reserva y hasta ahí bien tardaron en sacar los platos para picar, la comida no está mal pero nada del otro mundo, la carne del chuletón a la brasa no es nada buena para el precio, la mitad es grasa para nada el medio kg que te venden.
1 botella de agua, 1 COPA de vino (no era Vega Sicilia ni mucho menos), 1 canastillo con pan (medio pan) y 2 cafés con hielo 13€.
No vuelvo en mi vida.

Menu muy caro para lo que ponen, cobran postre y café mientras que en todos los menús puedes elegir entre una cosa u otra y no dan el ticket de caja sino solamente un papel a mano que se niegan a firmar o sellar por alguna razón desconocida. Largas esperas y desorganización pero sobre todo la falta de amabilidad del personal es lo que me ha señalado ese sitio en el que he tenido que comer varias veces. No volveré. Pongo una estrella porque creo que no se puede poner menos.

No reservamos, culpa nuestra sin duda, pero nos acercamos a preguntar correctamente y nos respondió alguien con un pinganillo en la oreja, no tenemos mesa para dos ni para uno, igual no nos oía bien, en fin, descubrimos Urueña y su restaurante mesón de la Villa, nos hizo un favor, gracias mil

Excelente sitio, cocina casera buenísima de excelente trato personal, si a todo esto le sumas el entorno natural del que esta rodeado, dan como resultado un lugar imprescindible si estas por la zona y quieres disfrutar, los precios sin ser baratos son razonables para lo que ofrecen.

La comida buenisima, yo soy vegana y siempre se han amoldado a mi, ademas me ofrecen varios platos extras de la carta. No tengais miedo de ir y preguntar porque fijo que se adaptan a vosotros, el jefe un crack.

He acudido regularmente a este restaurante desde que abrió, desde entonces ha ido perdiendo calidad y subiendo los precios. El plato mas tipico que es la carne a la brasa es un auténtico timo en cuanto a la cantidad que ponen por persona, al final tocas a cuatro trozos pequeños y finos. Con el vino y los postres la cuenta sube muchísimo. Muy caro no acorde ni con el lugar ni con la calidad de lo consumido.

Lugar excepcional, calidad precio muy bueno, la ensalada de tomate era de la huerta, los caracoles tienen un sabor insuperable, el chuletón a la piedra creo que es de lo mejorcito que he probado nunca, el vino de la casa me encantó. En fin creo que volveré muuuuy pronto! Jajaja

Un buen sitio para comer verduras de su huerto y sobretodo su carne a la piedra, pura mantequilla. Patio tranquilo y acogedor.