Estancia Piedra SL

Experiencia increíble ! Luján nos hizo una visita genial por toda la bodega, e Irina nos atendió de maravilla en el restaurante ! Un sitio ideal, lo recomiendo muchísimo!

Llegué recorriendo la pista de zahorra que atraviesa los viñedos de la zona. Leve niebla, llovizna y suelo mojado. Nos recibieron con una cálida sonrisa y la amabilidad propia de la gente que ama lo que hace.
Visitamos sus viñas viejas. Tinta de Toro y alguna Garnacha. Gran viña en suave ladera.
Luego, en su bodega catamos los vinos que esperan su momento en los tanques de acero inoxidable. Algunos a punto de pasar a botella y seguir reposando un tiempo, otros descaradamente jóvenes, casi fruta. Los hay blancos, tintos y rosados.
Bajamos luego a su sala de barricas y allí nos mostraron sus tesoros.
Finalizamos la visita en el restaurante probando su tinto crianza, la liebre.
En resumen, es una bodega llena de buena gente y rico vino. Sólo tiene un pero: comer allí no está al alcance de las clases populares, ni de las familias con bolsillos pequeños. El target del propietario son las clases medias o acomodadas. Una pena pues su parrilla parecía ser capaz de cumplir con las expectativas de un carnívoro como yo.

Visita donde aprendimos algo más sobre el vino. Son unos terrenos donde el cultivo es en ecológico, es posible que para quien no lo sepa pueda creer, al ver el terreno con hierba que está mal atendido y cuidado pero no, ¡todo lo contrario, el no usar productos químicos en el tratamiento del terreno permite el crecimiento de hierbas, que por otra parte ¡es lo natural y normal. Tras las explicaciones y cata de unos vinos, pasamos al comedor donde salí convencido que lo que más les importa es que el cliente no tenga problemas con sus platos; atentos, serviciales y amables. Tuvimos un mal entendido con uno de los platos y la solución que nos dieron fue de diez. Platos a nivel de restaurantes de fama y renombre en la provincia. El camino de acceso salvo tres o cuatro baches perfectamente transitable.

No entiendo las reseñas negativas. Leyendo algunos comentarios parece que hemos estado en dos bodegas diferentes.

La visita (fruto de un regalo de los típicos packs de experiencias) ha resultado genial. Todo bien explicado, con mucha cercanía y de forma bastante profesional. Hemos catado 5 vinos diferentes, todos ellos bastante ricos, cada uno con sus matices, aromas y particularidades, y hemos terminado comiendo en el restaurante, que merece mención a parte y que desconocía que existía (parece ser que han abierto hace poco).

El producto que ofrecen es de primera calidad, pero es que además la cocina lo cuida mucho y lo acompaña a la perfección. El precio, acorde con lo que ofrecen (unos 45 euros por persona tomando vino, postre, café.).

Hay dos accesos a la finca y recomiendo el más cercano a Toro, más corto y mucho menos bacheado.

En conclusión, una experiencia recomendable.

Comida y experiencia absolutamente de primer nivel en esta bodega tan especial. La comida es mejor que cualquier comida que haya probado en España: ingredientes simples y hermosos, con magníficos sabores ahumados y una mani variada. Felicitaciones al chef. La bodega es fascinante: vino orgánico producido de manera tradicional por personas que realmente se preocupan y el resultado final es espectacular. Una visita obligada en la región de Toro.

Tuvimos una comida de primer nivel en este maravilloso restaurante de bodega. Excelentes carnes y verduras a la parrilla y deliciosos postres, todo con un servicio muy atento y un vino increíble mientras se admira la vista del viñedo.

La comida aquí es absolutamente fantástica, un excelente maridaje con esta magnífica bodega y sus increíbles vinos. Los sabores ahumados de estos fuegos abiertos son absolutamente deliciosos. Este tiene que ser uno de los mejores restaurantes en los que he estado. Comida que parece haber sido diseñada y cocinada desde el corazón. No pierda la oportunidad de visitar este fabuloso lugar, solo coronado por las increíbles vistas y alrededores, ubicado en medio de los viñedos. Ah, y las mejores croquetas que hayas probado.

Magnífica bodega.
Perfectas instalaciones y un vino fantástico. El trato de Gonzalo como anfitrión y experto fue excepcional.

No se molesten en recorrer el tortuoso camino hasta la bodega. No reciben visitas por el COVID y te dicen (por teléfono) que adquieras sus vinos en alguna tienda de Toro (búscate la vida) o por Internet. Penoso. Conocí la bodega hace años y no pensé nunca que tuviera que escuchar lo que me dijeron hoy. Ojo que yo había llegado hasta la puerta de la bodega.

Trato directo, familiar, profesional. Lugar tranquilo, bonito, y vino excelente, calidad precio, mucha fama y variedad

Aparcamiento bastante precario. Buen servicio, atentos y rápidos. La comida no fue de mí agrado.escesivamente cocinados

Degustación concertada telefónicamente, con un box de experiencias. Trato cercano, visita a la bodega para nosotros solos y degustación de vinos también para nosotros solos. Una bonita experiencia.