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Un lugar imprescindible para los peregrinos que van a dormir a Villavieja. En estas fechas casi es lo único abierto en los alrededores. Inés es una persona muy maja que te atiende con amabilidad y, en mi caso, aparte de una buena tabla de comida, me facilito el pan que me faltaba. Gracias Inés. Como anteriores comentarios, recomiendo llegar a su establecimiento por la carretera. Aparte de que esta frente al ayuntamiento, donde, igualmente, te sellaran la credencial y te darán las claves para el albergue.
Una breve parada, un alto en el viaje para tomar algo fresco, fue suficiente para apreciar el ambiente acogedor y sobre todo la buena acogida y el trato exquisito del personal, Inés, quien se ve disfruta de su trabajo y te hace sentir casi como en familia.