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Un lugar tranquilo y maravilloso para pasar un rato tranquilo y agradable. A veces incluso estudio allí. Dispone de wifi y un surtido de productos deliciosos a muy buen precio y con opciones vegetales. Pero lo que más me gusta es el trato del actual personal que hace que te sientas como en casa.
No regreso más, me sirvieron el café en una taza sucia, llena de pinta labios, que asco! Los platos, con pedazos faltantes. Las mesas sin limpiar. Y ni hablar de los servicios. Los deben limpiar una vez a la semana. La persona que atendía estaba mas pendiente del móvil que de su trabajo. Cómo ha desmejorado el sitio, desde hace 2 a 3 meses. Le pregunté a la persona que me recomendaba entre el donuts y la magdalena y la respuesta me dejó impresionada: no recomiendo casi nada de acá, todos los productos son congelados, y si no se venden hoy, mañana serán los mismos y solo completan los que faltan. Evidentemente esa persona no ama su trabajo. Busquen otras opciones, realmente no es un lugar que cumplan con los estándares de higiene y salubridad.
Soy algo remiso a estos locales con decoración estándar que ahora proliferan tanto, pero el trato ha sido agradable y el café bueno con un farton pequeño muy bueno. Precio normal
El peor Granier que ve visitado en Valladolid. Fui con la intención de gastar más de 30 euros en cosumision y merienda y no había absolutamente de nada. Solo 3 tristes bocadillos de jamón, algunos croissanes y unos 3 pasteles en la nevera. La encargada no se enteraba de nada, actitud poco amigable y colaborativa, se la pasaba hablando con una mujer que tenía un perro, ahí en la barra. Al final compramos un pan horrible y duro integral de masa madre y un té. No vuelvo, lugar feo y sin nada para consumir.
Muy bonito y mono todo, pero los productos aunque bien presentados no son de mucha calidad, solo entran por los ojos por la disposición y los colores de la franquicia.tienen una chica sola para todo. Los precios no son para tirar cohetes tampoco. Pues eso una franquicia más.muy bonito pero misma o menor calidad que un bar de barrio de toda la vida, pero más caro. He ido a varios granier en Valladolid y este deja mucho que desear. Te cuentan las servilletas y todo. Un poco decepcionada
Me voy a tomar un café a las 8: 30 de la mañana y me amargó el día! Malo no, lo siguiente.mal sabor, mal tirado parecía agua de gato sucio no un cortado La tarta de manzana mejor ni mencionar Una cosa es que sea congelado todo y otra es que te lo sirvan aún congelado Patético el lugar
Camarera muy amable y dueña atenta. Gran variedad de productos de pastelería y panadería. Local con mesas para poder tomar algo dentro del mismo. Tartas muy ricas y de todo tipo. Me sorprendió que tuvieran roscones de reyes fuera de temporada. Le doy esa valoración porque deberían incorporar algún producto sin gluten.
Lo utilizo para desayunar algunos días y no he tenido problemas nunca. El inconveniente es que al ser al principio de la jornada, faltan algunos productos. Esta bien.
Gran variedad de bolleria y panaderia. De tan buena calidad que si no vas pronto ya ha pasado la gente como Atila el Huno y ha dejado las baldas peladas.
Las chicas son muy simpáticas. Las tartas desde mi punto de vista están excesivamente dulces pero las tostas y el café están muy buenos y el lugar es agradable.
Hermoso lugar para tomar un café, muy rica la bollería y las tartas, cuando vengo a Valladolid es una parada obligatoria. Las chicas que atienden super simpáticas
Tienen buenos y variados productos, diversidad de panes, bollería. Trato excelente, precios ajustados, dispone de mesas en el interior y buena terraza.
Compró ahora menos que antes de la pandemia suelo pasar todos los días pero no entró antes de la pandemia mi hermano y yo tomábamos café todas las tardes buen servicio
Soy fan de la cadena Granier, pero este no es el mejor que he probado. Para empezar el zumo de naranja no es natural y el tomate de la tostada es una mezcla de tomate frito de lata con pepitas, nada agradable. No había demasiada gente y, aunque estaba sentada ya en la mesa, la camarera me hizo llevar a mi misma la bandeja. No sé sabía la clave wi-fi, y tampoco la tenía publicada en ningún sitio, por lo que tubo que ir a buscar su móvil para dársela a un cliente. (Deduje que la tenía solo para ella, que soy muy malpensada.) A las 11 de la mañana, quería comprar 10 fartons y solo tenía 5. Para ser un Granier que siempre tienen género de sobra lo vi escaso. En fin, pequeñeces subsanables que seguro corrigen para que pueda disfrutar de mi descafeinado sin lactosa (q tampoco había) cuando vuelva a Valladolid.
La chica es un encanto y tiene mermelada de ciruela, de los pocos sitios, pues ya no tienen la mermelada que me gusta y menos mal que ha vuelto la chica, porque la que la ha sustituido atendia fatal
Una de las mejores cafeterías del barrio La Rondilla. Tienen una serie de empleadas que te sirven con una sonrisa y una amabilidad que ojala muchas cafeterías, restaurantes o bares podrían tener. Si hay que poner una pega es que no hay servicio a mesa (pero a nuestros mayores si que se lo acercan a la mesa) y muy rara vez no hay variedad debido a la gran demanda de gente que haya ido ese día. Recomiendo este sitio aquellas personas que tienen ganas de comerse un café y una napolitana con tranquilidad.
Lo mejor la empleada. En los últimos meses ha bajado la calidad, se ven los estantes vacíos y ya no puedes conseguir panes especiales, que es la característica de Granier frente al horno tradicional, la bollería sabe toda igual en este local, al contrario de en otros de la franquicia en la misma ciudad dónde puedes degustar el producto que te apetezca con variedad y personal suficiente para la atención del negocio. Si sigue así pronto no tendrá necesidad de abrir. Es aburrido
Para tomar un café con tarta. Probé la tarta de zanahoria, muy suave. Es una cafetería obrador, donde poder tanto para desayunar, merendar y comprar pan. Servicio: Correcto. Accesibilidad: Local a pie de calle
Me encanta este sitio, aunque no es muy grande, siempre encuentras espacio para tomar un dulce y un rico café en buena compañía. Me gusta cuando coincido por las tardes con una camarera que se llama Tamara y que es súper maja, sin duda un sitio para quedar por su variedad de productos y buenos precios.
Dos de dos. Dos oportunidades he dado a la cafetería y dos veces me han tomado por tonta. La primera, pedí zumo de naranja natural y como no tenían, aún cuando lo ofertaban, me dieron de bote sin preguntarme y luego cuando reclame pasaron de mi. Y esta segunda, la semana pasada desayunando, decidí darles una nueva oportunidad. Y otra vez vacile. El desayuno venía con zumo de naranja natural y el que nos dieron se veía y sabía a zumo de bote remezclado con natural a la legua. Muy decepcionante. Si se os acaba el natural, no mezcles que canta, que no somos idiotas. Preferimos que nos deis de caja, cobrandolo como lo que es. Por mi parte no tendréis más oportunidades.
Muy amables las chicas que atienden. Pero los pasteles de Portugal (belem) son de los peores que he comido en mi vida no tienen sabor, es como sino comieras nada. El café muy bueno.