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Si pides un café te dan una pequeña tapa de bollería, y si pides algo de bolleria sorprendente te quitan la tapa. Una forma de usura que castiga a los clientes que consumen más. Una pena porque era un sitio habitual de parada y que encargaba dos o tres desayunos a domicilio al año.
Fuimos a desayunar y menos mal que estábamos fuera en la terraza, no sabemos que sucedió pero dos de los camareros se pelearon, por qué uno de ellos estaba en la terraza hablando y perdiendo mucho tiempo con los clientes, despues de eso, este chico nos atendió y después de decirle tres veces el pedido, todavía nos sirvió mal la comida a excepción de los cafés, cuando ya lo trajo, nos empezó a hablar y comentar que tuvo una pelea con su compañera y que estaba mal, nosotros le comentamos que no pasaba nada, pero aún así quedó diez minutos hablando, aún comentándole que nos faltaba el zumo, nos íbamos a marchar y fue cuando el trajo el zumo, volvió a perder tiempo con nosotros y es cuando vimos a la compañera salir a pedirle que porfavor fuera dentro, la miro de muy mala manera y volvieron a discutir dentro. En todo momento había gente dentro del local y fuera. No creemos que vayamos a volver el ambiente que hubo.
Si quieres venir a una heladería a tomarte un helado, sentarte a ver la Catedral de Leon y después de 20 minutos de preguntarle si se ha de pedir dentro y que te digan que ahora vienen, te vayas igual que has venido. Eso en un mes lleno de gente no me lo quiero ni imaginar, pero en un día que solo hay seis mesas para pensárselo. Yo lo tengo claro no aconsejable.