Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario. Al utilizar nuestro sitio web, usted acepta todas las cookies de acuerdo con nuestra Política de cookies.Aprende másOK
Lugar muy acogedor. Ambiente casero en el trato y las comidas. Buenas raciones, a buen precio, gran variedad de platos tradicionales y un servicio impecable por parte de la dueña. Realmente, te hacen sentir como si comieras en casa de un familiar tuyo.
De los pocos sitios que encontramos que tenían menú del día, al menos por esa zona, el sitio era acogedor ya que se notaba muy familiar y cercano. La atención por parte de los camareros buenísima. Respecto a la comida, se nota que es casera y pedimos arroz a la zamorana, que estaba rico pero tampoco nos pareció un plato suuuper, de segundo carrillera y albóndigas, la cantidad muy escasa de este segundo plato y las albóndigas demasiado contundentes, respecto a la masa, de sabor estaban bien. Los postres también eran caseros, natillas que estaban ricas y el arroz con leche no estaban bueno… muy aguadas y el arroz pasado.no molaba la textura. El precio estaba bien, pero si que es verdad que al ser comida casera esperábamos más sabrosas, cantidad.
Es un sitio muy tradicional, el menú es lo que tengan por ahí, más o menos.la calidad baja tirando a muy baja y te clavan 16 euros, comes en muchas ocasiones lo que juntan de varios platos, en uno te puedes encontrar morro mezclado con otra cosa, en fin, yo voy por tradición desde hace muchos años.
Menú en festivo por 14 euros, estilo casa de comidas tradicional. Nos sirvieron muy rápido y todos los platos tenían muy buen sabor, aunque las raciones podrían ser más grandes. El mayor defecto, el vino, lo encontramos bastante fuerte.
He pedido paella y lenguado, menú de 9 euros y ni es paella (arroz cocido con 2 pedazos de hueso de pollo) y ni es lenguado (como mucho Panga o ni eso). No repetiría ni gratis
Gente encantadora pero comida nefasta, el primero arroz tirando a duro pero pasable, albóndigas seguramente de casa, de casa desde hace un mes a juzgar por el olor, y un flan. Jamás habíamos dejado un flan en ningún restaurante. En fin, nada más que añadir
Es un lugar pésimo, alquile una supuesta habitación, la cual no sé si era una habiatacion o un manicomio, chabola, me cobraron 15€ por noche, esa misma tarde me fui de la habitación ya que se caía todo a trozos, las escaleras se movian, después de eso, llamé a la propietaria, para que me devolvieran el dinero del resto de días que no iva a estar, me dijeron que volviera otro día, tube un problema personal y no pude ir, lo cual yo la informe a la dueña de dicho problema, se hizo la longis y paso del tema, poco después la volví a llamar y me dijo que no me iba a devolver el dinero. No tendrán ni permisos para alquilar una habitación, no me hicieron contrato de ningún tipo ni nada que acreditará que yo estaba allí, Me cobraron y no me dieron ni papel ni nada.
Fuimos a comer a este sitio y nos encontramos con una paella que tenía un color radioactivo y olía que echaba para atrás, y unos macarrones insípidos con tomate frito de bote (solis, Orlando, el que fuera) con medio huevo duro que suplicaba que le sacáramos de ahí. De segundo 5 albóndigas de lata con 2 (literal) patatas bravas, unas carrilleras que tenían la misma pinta que las albóndigas y unas hamburguesas que se te hacían puré en la boca, muy desagradable. Lo mejor del menú EL POSTRE, sin duda. Para más inri el refresco no entra en el menú y lo tienes que pagar a parte. Resumiendo, hemos pagado 10 euros por un menú desagradable y que no tenía una relación calidad/precio. No obstante, hay que decir que el trato hacía el cliente es de 10, muy maja la señora.