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Comer en el antiguo claustro de un convento! Una experiencia más que interesante. Lo tienen muy bien decorado y aclimatado, el ambiente es agradable y tranquilo.
Y al plato! Probamos las dos hamburguesas de la carta, y la verdad que estaban buenas ambas.
La de lechazo con su queso de oveja está buena, se nota el sabor del lechazo, pero junto con el queso y sin una salsa especial, se queda muy seca, y cuesta acabarla.
La clásica está muy rica, y más jugosa gracias a la carne de ternera y al huevo.
Merece la pena ir si vas a estar varios días por el pueblo.
Pague 53.5€ por dos tazas de café,el camarero se equivocó,pero nunca me devolvieron el dinero,aunque apelé y me aseguraron que me devolverian el dinero.
Cena romántica de las mejores, y en un lugar inmejorable. Jamón de Guijuelo, delicioso. Ensalada con tomate, burrata y anchoas, buenísimo. Wok de verduras con noddels y salsa terayaky, de lo mejor que he probado. Hamburguesa 100% de lechón.buena, sin más. El servicio, espectacular. El lugar, precioso. El ambiente, como a mi me gusta. La mesa amplia pero cercana.
Nuestra opinión es para el bar del restaurante. Hicimos una comida rápida pero lo contentos que salimos por la atención que nos dio la camarera nos alegró el rato de la comida. Sitio muy bonito y amplio. Limpio y con una terraza espectacular. La comida abusa de mezclar ingredientes pero está muy rico. Recomendable para comer bien y a un buen precio.
El sitio nos llamó la atención desde el coche y decidimos parar a cenar allí. Cuando llamamos para reservar nos dijeron que estaba todo ocupado; sin embargo, fuimos hasta allí y nos dieron mesa en seguida. La carta de la terraza es variada sin ser muy extensa. Nosotros pedimos: bocadillo del chef, croquetas de jamón, parrillada de verduras y wok de verduras. Nos sorprendió gratamente la relación calidad-precio, pues estaba todo delicioso y junto con 2 cervezas nos costó 62€, 2 pax. Parada recomendable en peñafiel!
Hemos cenado en la terraza. Todo muy lento y las raciones cada vez son más pequeñas. Los camareros son muy amables, pero estar sentados una hora sin siquiera beber, no lo suple una sonrisa.
Estuvimos el domingo, comimos de maravilla, buena relación calidad precio, raciones generosas, la atención estupenda, muy limpio, recomiendo lechazo al horno exquisito, como es un antiguo convento la decoración es espectacular. Está cerca de Madrid, ideal para el fin de semana. Volveremos.
Servicio malo teniendo muy pocos comensales. Pedimos 3 platos y estaba todo bastante malo. Para gastarte 30€/persona en cenar vete a otro sitio, que en Peñafiel hay muchos
Estuvimos en la cafeteria la cual disponía de diversas opciones para cenar, siendo raciones generosas y con muy buen sabor.
Destacar el ambiente tranquilo y el trato excelente por parte de la camarera que controló en todo el momento el aspecto sin gluten, adaptando los platos para que los celíacos podamos comer sin problemas.
Poca variedad de segundos, sino querias lechazo de carne que principalmente es lo que ta ofrecen solo tenias albóndigas de rapeando o bacalao de pescado, que por cierto éste último riquísimo, pero muy caro para la variedad
Estuvimos en plenas fiestas de San Roque. Hicimos una reserva para una cena ligera en la terraza de este convento-hotel, ya que vimos que la carta se ajustaba a lo que buscábamos. Y fue un acierto. La terraza es muy acogedora y el personal que nos atendió muy amable. Servició rápido y excelente cocina. Buena relación calidad-precio.
Lamentable, que restaurante de esta categoría no tenga el portón abierto para que puedan acceder con sillas de ruedas los discapacitados. No volveré a parar en peñafiel, primera vez en quince años en silla de ruedas que me encuentro, no ya con un impedimento para acceder al recinto, la falta de empatía por los trabajadores fue manifiesta, humillante. No tengo palabras para transmitir mi malestar
Lugar con encanto dado que había sido un antiguo convento, el comedor situado en la antigua zona de culto, con estilo austero, con decoración sencilla, zona amplia, dando lugar a disfrutar en tranquilidad de la compañía y los platos escogidos
Pues visto que no podíamos entrar a esas horas al castillo de Peñafiel decidimos buscar un sitio para comer y nos encontramos con este Hotel convento las Claras y su restaurante sin querer. Comimos muy bien nos atendieron estupendamente y es muy recomendable si estás por la zona, el precio normal. Un gazpacho y un ajo blanco riquísimos y fresquitomos…
Normal, se equivocaron en la ensalada, aunque estaba bien.solomillo un poco duro y el postre nos es lo que dicen, un hojaldre de arroz con leche no es un un canutillo que en realidad es lo que pusieron
Si estas alojado en el hotel es un buen sitio para comer. Los platos son bastante grande y tienen muy buen sabor, los camareros son un poco lentos atendiendo pero muy simpáticos.
Entramos en el Convento de Santa Clara por lo bonito que era.
Tiene una terraza exterior muy agradable y pensábamos picar algo pero nos dijo el camarero que solo se podía comer dentro.
Tras tomarnos algo de beber, entramos a un salón donde tenían preparada nuestra mesa.
El servicio fue normal y la comida regular. Huevos rotos con foie: las patatas congeladas y el foie mal cocinado. Ensalada de tomate con anchoas: tomate sin sabor y anchoas normales. Ensalada de quesos: normal Ración de queso Flor de Esgueva: el queso estaba muy frío. Venía directamente de la nevera y es una pena porque no se podía apreciar su sabor.
Vinos a precios razonables.
En definitiva, un lugar bonito pero no pudimos comer en el terraza. La cocina cerró a las 15: 30 sin preaviso y no pudimos ordenar nada más.
Espectacular. Excelente servicio. Trato inmejorable. Económico para su categoría. Platos generosos. Gran carta de vinos a precio razonable. Gran salón.
Cobrar 9€ por cada copa de Nordés OK, la preparación en vaso ancho y con rodaja de limón… ya para prepararla en condiciones dicha copa ya si eso para otro día… pero los 9€por cada copa te los cobro. Ni en el centro de ciudades con terraza y mejor preparadas la copa he pagado ese precio…
Comida sabrosa en una terraza interior del convento muy tranquila y elegante. El servicio fue muy amable y los platos sabrosos y muy originales en la presentación. Merece la pena probarlo.
En el pueblo no hay muchos sitios donde se pueda comer en terrazas, son todo asadores. Pero este hotel si que nos permitió comer en terraza.
Tenían menú del día bastante completo, con un aperitivo (patatas revolconas con torrezno), entrantes (salmorejo y ensalada de escabeche con bonito), plato principal a elegir (lubina con verduras, carrilleras o huevos rotos a la Vallisoletana) y un postre a elegir (tarta de queso, variedad de frutas o helado de chocolate, fresa o leche merengada). Venía con pan, agua y vino incluidos. 28€. Muy bien
Todo estaba bueno, aunque la tarta de queso no es de las que mejor he probado También probamos la parrillada de verduras. Estaba buena pero tenía demasiado aceite y l berenjena sabía mucho a humo.
El resto de la carta tenía unos precios muy asequibles, lo cual nos sorprendió al tratarse de un hotel.
No obstante, el servicio no fue espectacular. Estaban muy despistados. Pedimos bebidas antes de comer, las cuales venían acompañadas por patatas (lo vimos en otros clientes). Se supone que por bebida te ponen una “tapa” de patatas fritas. Nosotros pedimos 6 bebidas y tuvimos que pedir las patatas… y nos trajeron únicamente una tapa de patatas cuando pedimos 6 bebidas! Son detalles que deberían cuidarse
Le serveur qui est à l'accueil restaurant (ou plutôt non serveur) est inexistant, ni bonjour ni qu'est ce que vous souhaitez.il est repartit dans le restaurant caché derrière son masque sans nous répondre du coup nous avons préféré de tourner les talons, bon appetito)
Buen servicio y mejor menú. Preparado cuidando el producto, sabor, con una preparación exquisita. Destacamos el entrecot, y el Magret de Pato, uno de los mejor preparados que he comido, con la carne en su punto y la piel crujiente. Tranquilidad, buen servicio, rapidez y buen hacer. Y el precio no es caro para estar integrado en un hotel de cuatro estrellas, (en comparación con otros restaurantes de Peñafiel, es más económico) y el servicio y el entorno mejor. Ha sido un placer comer en él. Repetiremos, la próxima vez probaremos su lechazo.
La atención muy buena. La comida excelente. Era el menú del día y estaba todo muy bueno. El postre la espuma de Natilla llevaba un helado espectacular. Volveré a repetir.
Nos regalaron experiencia en balneario y comida en convento las claras de Peñafiel y la verdad es que fue genial. El balneario pequeñito pero las instalaciones muy cuidadas y limpias. La piscina de temperatura la más agradable que he probado. Los baños el trato al cliente muy bien. La comida que incluía estaba espectacular la verdad. Un acierto y el sitio precioso!