Sonorama Ribera

El mejor y organizado Festival musical en Aranda de Duero. También disfrutando de las bodegas y casco antiguo.

INCREÍBLE
Es el primer festival al que voy y tenía un poco de inseguridad, sobre todo por la organización. Pero hay que decir que 10/10 en organización, ambiente, gente. Una experiencia inolvidable que seguro repetiré el año que viene.

Ambientazo y buen rollo. Buena organización y grupos de primera. Punto negativo: la Cigalada de este año. Me parece fatal que El Cigala se marque la chulería de empezar 40 minutos tarde, haciendo acortar y retrasar la actuación de un gran grupo emergente como Neuman. La organización del festival no debió permitirlo. Además, ¿¿¿El Cigala en un festival indie? WTF!

El mejor festival de la historia! Ambiente increíble, personas increíbles, respeto de 10. Son palabras, siempre se dice y se cumple, EL QUE VA, REPITE

El concierto de Vintage Trouble impresionante.la organización buena, con el único pero de la imposibilidad de devolver el dinero sobrante de las pulseras.

A pesar de que los últimos años está llenándose mucho más de gente de lo que era, es un acierto venir. El recinto del festival ha estado mucho mejor organizado este año, con barras rápidas de cerveza que facilitan que no haya aglomeraciones. Se han evitado tapones que podrían provocar una desgracia como el año pasado. Lo mejor sin duda este año Izal y Liam Gallagher. También, que no lo conocíamos el año pasado los baños del fondo aún cuando todo el mundo sale de los conciertos no se llenaban del todo y acabábamos rápido

Sonorama Ribera 2018. Realmente la fama que precede al festival está justificada. Al margen del cartel musical (que puede gustar más o menos), a nivel de organización, el resultado es más que notable. La multitud de escenarios repartidos por todo el municipio garantizan música en directo y otros eventos casi las 24 horas del día. Este año se introdujo un nuevo sistema de pago mediante la pulsera bastante criticable: nadie deja claro que el dinero que se recarga sólo es válido en determinadas barras (fundamentalmente bebida) y que te la rechazan en prácticamente todos los puestos de comida. Además fallaban habitualmente y no hay suficiente personal para servir sin esperar como mínimo media hora. El último día era el más caótico, pues todo el mundo se vio con saldo en la pulsera y acudió a las barras a canjearlo por cualquier cosa que hubiera. Fue el día que menos personal había y no estaban preparados para ello (no sabían ni las ofertas que tenían en los carteles que tenían encima). En cuanto al camping, más vale llegar el primer día temprano o te toca acampar a 1 km de las duchas. El polvo que levanta el camino principal es lo peor. Sería bastante urgente pensar en instalar una segunda zona de duchas y lavabos en las zonas del otro extremo de la entrada del parque, porque es una paliza y con el polvo llegas a la tienda igual de sucio. Los baños, como es normal, a ciertas horas son impracticables (pero eso no cambiará mientras exista gente cerda, más concretamente varones que utilizan el WC para mear fuera por algún trauma o sentimiento de inferioridad que les pueda suponer usar el urinario), aunque podrían usarse otros sistemas de WC que aíslen los excrementos. Lo mejor sin duda, es la abundante sombra y que haya puestos, barras y escenarios dentro de la zona de acampada. En cuanto a los conciertos de las plazas del pueblo, aunque tienen un gran atractivo, habría que plantearse buscar zonas más amplias y seguras (hay demasiada gente y es imposible moverse). La zona de escenarios principales, sobresalientes, los patrocinadores dan obsequios y se organizan eventos. La comida es asequible y no me pareció escasa ni de mala calidad. Los baños aquí, de 10, los limpiaban cada dos por tres y cada WC siempre tenía papel y gel desinfectante, y los lavabos siempre con jabón. Eso sí, reitero la falta de personal en las barras (se te quitan las ganas de pedir nada). Además el camino de vuelta al camping es especialmente largo, con lo que es muy complicado volver a aprovisionarse. Mi recomendación, de implantarse este sistema definitivamente, es recargar la pulsera en pequeñas cantidades si no queréis regalar el dinero. En definitiva, siempre hay cosas que mejorar, pero Sonorama es un festival como pocos. Digno de repetir.

Todos los años voy y va mejorando cada vez por parte de la organización. Espero volver el próximo año. Me encanta la importancia que se le da a los grupos nacionales y descubrir nuevos grupos que no conocía.

¡Cada año mejor! Este año el escenario de humor ha sido un puntazo. La zona de restauración, mercadillo y niños estaba apartada, lo que he mejorado mucho la zona de conciertos, más diáfana y mejor organizada. Las barras en sí estaban bien situadas, aunque había algunos camareros superlentos y poco profesionales. Había muchos puntos para cargar la pulsera, así que apenas había cola.

Cada año mejor. Un acierto la zona de restauración separada de la zona de conciertos y la fuente al lado del escenario principal. Único punto de mejora sería que se añadan más zonas de bancos para poder sentarse.

Un festival al q he ido muchos años siento decir que con tanta gente se lo han cargado, muy incómodo, muy sucio, horroroso ir a cualquier sitio. Menos abonos y más disfrutar

¡El mejor de los planes! Ambiente insuperable, conciertos que no puedes perderte. El pueblo se vuelca para ofrecer la mejor de las experiencias. Que ningún amante de la música o de la fiesta se lo pierda. El camping es seguro y bien organizado.

Llevo yendo años a este festival y a pesar de que me gusta mucho y la organización mejora todavía le queda mucho por hacer, más teniendo en cuenta la masificación de los últimos años.
No es normal que los baños del camping sean los mismos que los que había hace unos años, colas larguísimas para ir (llegando a esperar 20 minutos). Ni que decir para pedir algo en el bar del camping a la hora del desayuno. Las duchas solo funcionaban la mitad.
El camping está tan masificado que es muy difícil poner tienda si llegas un día tarde, deberían controlar el aforo de algún modo o buscar un sitio más amplio.
Masificación también en el recinto, la gente meando en cualquier lado por las colas de los baños. Se crearon tapones en la entrada y salida (sobre todo a la salida)
Que sacaran del recinto los foodtracks creia que era un punto a favor, pero no, porque para pedir también mínimo 30 minutos (el sábado desistimos de intentarlo siquiera.)
El ambiente del pueblo era lo que más me gustaba de este festival pero cuando vas no te puedes ni mover. ¿Entrar en la plaza del trigo? Impensable desde hace 3 años. Pero este año casi no se podía estar ni en la plaza del rollo ni en la de la sal. Creo que deberían buscar más ubicaciones.
En fin hay muchos festivales de los que aprender. Festivales que también se celebran en municipios pequeños de Europa y a los que asisten muchísimas más personas que no tienen estos problemas, como el werchter.

Increible. Sin palabras. Buen ambiente, buena música, risas.el mejor festival en el que he estado. La única pega es que me hubiera gustado que los cabezas de cartel tocasen un poco más tarde.

Una pasada de festival lo malo el camping o q no hay vigilancia y la gente no respeta el descanso de los demás.

Genial el festival, lo mejor la fiesta por el día en el pueblo. Lo bueno y distinto de este camping, que es fresco, está a la sombra de u pinar y refresca por la noche.

Festival que se celebra en Aranda de Duero, con denominación de origen, ligado al vino, a la gastronomía, al buenrollismo, a la cultura y, por supuesto, a la música,  indie y no indie.

Increíble, tanto en el recinto como por las calles de Aranda, un gran ambiente y gente pasándolo bien con la música

Uno de los mejores festivales nacionales, de el camping es genial, muy tranquilo. El recinto de conciertos está muy bien y los precios de comida y bebida también.