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Una VERGÜENZA que teniendo sillas para esperar dentro nos hagan esperar en la puerta y que quien nos atienda sea el hombre de seguridad de la puerta en vez de en recepción, que digo yo que para algo pagan a la mujer que está ahí sentada. Y todo este circo lo pagamos TODOS.
Las personas que te atienden son muy amables, incluido el señor que está en la puerta. De todas formas, el tema que me lleva a ir, a pesar de varias visitas, aún no me lo han aclarado.