Automas
4 opiniones Carrer de Barcelona, 11, Sant Quirze del Vallès, Barcelona +34 937 21 02 23 Sugerir una edición
28 octubre 2022 9:28
Mecanico de confianza. Gran profesional, buen trato y precio ajustado. Nos ha salvado ya 2 urgencias aun estando a tope de faena. Muy recomendable!
16 marzo 2022 22:28
Muy buen taller, muy buen trato, cordialidad, atención, y Tomás, el mecánico, se nota que sabe. Un taller de los de toda la vida, con una persona que lo lleva que le gusta la mecánica, y se nota cuando hablas con él. No te dejará con dudas sin resolver, y busca lo mejor para el cliente. Relación calidad-precio buena.
07 abril 2021 10:37
Es un chico amable profesional sabe lo que toca es un crack en mecánica muchos años tocando coches de todo tipo y yo tengo que decir un 100x100 de calidad y buena persona y serio
25 julio 2019 19:27
Recomiendo encarecidamente no hacer uso de este taller, ya que el dueño ofrece un servicio deficiente y presenta una actitud de evasión de responsabilidades cuando se trata de responder ante posibles errores cometidos. Sustento mi opinión en la siguiente experiencia:
Tras comprarle un Golf de segunda mano del año 2001 en enero de 2019 por 1050€, empezaron los problemas. Al mes tuve que llamar a la grúa por un fallo del bombín que me reparó tras yo pagar 90€. Al segundo mes, tuve que volver a llamar a la grúa por un fallo del cambio de marchas que me reparó por 200€. Nuevamente, a los 4 meses lo visité por realizar un cambio de la correa de distribución que, según sus palabras, me costaría 350/400€, pero que acabaron siendo 729€, ya que unilateralmente decidió hacer un repaso general y cambió todo lo que consideró necesario (filtro polen, filtro aceite, filtro gasolina…) sin consultarlo conmigo.
Es decir, tras la venta del coche y tras las tres reparaciones de defectos ocultos me gasté aproximadamente 2070€. En todo este tiempo tuve un comportamiento cordial y no me quejé por los defectos ocultos que iban apareciendo en el coche, a pesar de poder exigirle responsabilidades por aparecer en los 6 meses posteriores a la venta.
Pero la gota que colmó el vaso fue que a las tres semanas de la última reparación el coche se incendió mientras lo estaba conduciendo, siendo la causa, aparentemente, una fuga de gasolina, posiblemente del cambio del filtro de gasolina. Tuve que saltar del coche y huir para no sufrir daños. El incendio acabó en siniestro total y perdí todo el contenido del coche.
Después de esto, y tras las evidentes pruebas de una venta sin garantías y de unas reparaciones más que deficientes, decidí ir a verlo para tratar de arreglar la situación cordialmente, pero su única respuesta y solución fue: “Has tenido mala suerte, yo no tengo la culpa”.
Tras comprarle un Golf de segunda mano del año 2001 en enero de 2019 por 1050€, empezaron los problemas. Al mes tuve que llamar a la grúa por un fallo del bombín que me reparó tras yo pagar 90€. Al segundo mes, tuve que volver a llamar a la grúa por un fallo del cambio de marchas que me reparó por 200€. Nuevamente, a los 4 meses lo visité por realizar un cambio de la correa de distribución que, según sus palabras, me costaría 350/400€, pero que acabaron siendo 729€, ya que unilateralmente decidió hacer un repaso general y cambió todo lo que consideró necesario (filtro polen, filtro aceite, filtro gasolina…) sin consultarlo conmigo.
Es decir, tras la venta del coche y tras las tres reparaciones de defectos ocultos me gasté aproximadamente 2070€. En todo este tiempo tuve un comportamiento cordial y no me quejé por los defectos ocultos que iban apareciendo en el coche, a pesar de poder exigirle responsabilidades por aparecer en los 6 meses posteriores a la venta.
Pero la gota que colmó el vaso fue que a las tres semanas de la última reparación el coche se incendió mientras lo estaba conduciendo, siendo la causa, aparentemente, una fuga de gasolina, posiblemente del cambio del filtro de gasolina. Tuve que saltar del coche y huir para no sufrir daños. El incendio acabó en siniestro total y perdí todo el contenido del coche.
Después de esto, y tras las evidentes pruebas de una venta sin garantías y de unas reparaciones más que deficientes, decidí ir a verlo para tratar de arreglar la situación cordialmente, pero su única respuesta y solución fue: “Has tenido mala suerte, yo no tengo la culpa”.