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Recibí un regalo de un lote comprado en esta tienda. Al ir a desenroscar el envase de vidrio del masaje de afeitar vi que estaba roto (me pinché un poco con los cristales rotos). En la tienda se han negado a cambiarlo y la señora afirma seca y tajante que lo he roto yo. Para colmo, se queda el envase roto y su contenido para que no podamos ir a la OMIC a reclamar. Me ofende que una desconocida diga by the face que he roto algo. Por supuesto, no volveremos mientras haya allí esa desagradable y maleducada persona.