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Un lugar muy auténtico, de los que pasas de largo por su aspecto clásico y clientela de cierta edad. Hasta que te das cuenta que esa gente seguramente se haya recorrido más bares que tú y haya dado con este. Se come rematadamente bien!
Desde que Rafael dejó el lugar no es lo mismo, los dueños son horribles, no cuidan al cliente local, y el producto ha bajado mucho de calidad y cantidad… el plato de jamón ya no es lo que era… echamos de menos a Rafael. Un pena un lugar histórico en un barrio plagado de bares de turistas que se haya degenerado así.
Esta reseña negativa es debido a la actitud, falta de tacto y empatía mostrada por la trabajadora que nos atendió este fin de semana cuando nos acercamos a esta bodega llevando a nuestra perra. La terraza estaba llena y nos dijo que podíamos pasar dentro "si dejáis al perro en algún otro lado". Alguien con ese tipo de mentalidad no debería trabajar de cara al público. Menos mal que existen muchísimos lugares en Barcelona donde un perro educado es bienvenido en las terrazas y también dentro de los locales. Lástima que La Bodega de'n Rafel, además de que no lo son, te sugieran que lo dejes atado en cualquier sitio saltándose la ley de protección animal. Como parte de la comunidad amante de los animales de Barcelona, que es muchísima, tomamos nota.
Antihigiénico. Bruto. El grosero frente de la casa, que definitivamente estaba absolutamente golpeado. Coma aquí bajo su propia responsabilidad. Microondas en la cocina. ¡Qué lindo!
Estaba tan delicioso que fuimos a comer tapas. Eran legendarias las patatas en salsa de tomate con mahonesa, y eran legendarios sus famosos pimientos fritos sin pimiento picante y el pan con salsa de tomate y aceite de oliva. Los empleados también son muy dulces y sonrientes.
Un lugar de las que ya no quedan, por todo en general, el trato, la comida y su simple modo de ver la vida. A precios sin competencia. Lástima que se jubile el sr Rafael un CRAK
No cumplen ninguna normativa Covid. Camareros con mascarilla bajada, a tope de gente, no piden código QR, etc. Ideal para contagiarse. Simpàticos pero irresponsables. No hay precios, caro.
Me gustan sus buñuelos de bacalao la amabilidad de dn rafel jordana su integracion en el barrio. Ya 35 años creo con nosotros generosas raciones, precio digno, producto de calidad se dice que va a cerrar por la edad del propietario la restauracion es dura mucho tiempo ocupado hasta cuando aparentemente no se trabaja esperemos que continue o que se encuentre un buen relevo para que continue fando ese buen servicio al barrio Como impulsor del movimiento para preservar nuestros oficios establecimientos de proximidad espero que las instituciones apoyen muchisimo mas el comercio de barrio y que todos seamos consientes de la importancia que tiene para nuesstro entorno urbano Cuando funde la asociacion siempre dije que los comercios casi hacen parte de nuestra familia son nuestra memoria sentimental parte de nuestro a.d. N siempre tenemos que pensar en las personas Continuemos disfrutando de el rafel de su bodega esperemos que continue el oficio y bien llevado como nos tienen acostumbrados una bodega de barri nuestra
Bodega típica barcelonesa en el barrio de Sant Antoni. Es difícil en BCN ir de tapas y no pagar demasiado, siempre muy enfocado al “guiri” y cada vez más esa sensación de perder “ nuestros sitios”. Pero quedan lugares como este, buenos y a buen precio. Espero que sea de esos negocios que pasan de padres a hijos y no a un empresario que sólo busque “ hacer caja” a costa de perder un poco más de BCN.
Calidad-precio insuperable! Espero que cuando en diciembre se traspase siga igual! Es una reliquia que merece la pena conservar! Pese a estar muy concurrido, nos han atendido estupendamente.
Bodega muy tipica, mucha afluencia, platos tipicos de bodega a precios muy asequibles y cantidad/calidad correcta. Pedimos unos caracoles, torreznos, ensaladilla rusa, calamares y pinchos, estaba todo bueno, sobretodo los caracoles por el tamaño y con esa salsita picante y los torreznos asi muy crujientes. Adjunto fotos de los platos que pedimos. El precio fue muy asequible y bueno. Tienen un vermut casero que esta potente pero bueno. Los trabajadores son muy simpaticos, aunque no habia mucho control de mascarilla y de certificado covid. Lo recomiento para un tapeo de sabado o domingo con amigos.
No te dejes engañar por su apariencia de típico bar de toda la vida donde comerte unas raciones increíbles a bajo precio. Ni cantidad, ni calidad, ni buen trato, ni higiene, ni la sensación de sentirte como en tu pueblo. Teníamos reserva, pero llegamos y no tuvimos hueco hasta media hora después. Nos sirvieron las raciones más de una hora después de pedir y la espera no mereció para nada la pena: croquetas insípidas quemadas por fuera y congeladas por dentro, sepia cruda y durísima.en fin, no tuvimos suerte.
Precios de escándalo. Ni hablar de la calidad. Los Calamares una pasada. Atención de profesionales. Haciendo honor a las verdaderas tapas de ka península!
Mi bar de confianza, el mejor lugar del barrio. La comida es deliciosa, toda, muy tradicional y casero. La gente es increíble, super ambiente y Rafa es lo más
Lugares como los que ya casi no quedan en el barrio entre tanta gentrificación. Vermuth a granel, comida correcta pero sobretodo, autenticidad en los tiempos de las copias e imitaciones.
Great affordable food. We came in a bit late, around 10pm but the place was still packed with locals. The staff were very helpful, although very little English (but not that important, because good food).
Un lloc per tornar-hi. No ha calgut que en Rafel ens ho digués per saber-ho. Tapes generoses, preus catòlics, i servei excepcional, entretingut i tot! L'ambient és aquell que els pares ens van prometre quan érem petits, no es pot demanar més. Bona situació també, al cor de Sant Antoni. Terrassa ombrívola i on podria perfectament haver-hi tingut una cita fructuosa.
Ha estat tot boníssim i sobretot felicito al Rafel, un senyor molt amable, dels que costa trobar. Lloc autèntic de tota la vida. Llaga vida a la bodega d'en Rafel.
Me gusta mucho este barcito, es de barrio donde se come bien y a precio razonable, lo encontre de casualidad pero ya voy varias veces, rafael es un encanto siempre te atiende con una sonrisa!
Comida casera excelente y a un precio de los de antes. Ambiente local distendido y servicio amable. Terracita, pero con pocas mesas. Cómodo, pero sin lujos. Fundamentalmente clientela del barrio. Sin turistas. Por 14 euros pude disfrutar de una caña grande de cerveza, un sabroso empedrat de garbanzos con trozos de bacalao crudo y aliñado acompañado de cebolla, pimiento, etcètera. Y de segundo volví a pedir bacalao con una samfaina en absoluto aceitosa. La porción de bacalao muy grande, crujiente por debajo, tostadito, y de calidad superior. Variedad de postres: profiteroles, tiramisú y tarta de Santiago con chupito dr moscatel incluido, etc. Yo pedí sandía; buena, aunque la hubiera preferido un poco más dulce. Para rematar, un café. No hay menú, pero la oferta es óptima, aunque un poco limitada. Tiene el aliciente de que ofrecen almuerzos "de forquilla", es decir, de cuchara, cuchillo y tenedor. Y según me pareció entender, con una oferta más variada que la del mediodía, que en cualquier caso resultó muy sugerente. El dueño, un hombre inteligente y conversador, nacido en la Vall Fosca, me aconsejó reservar mesa, al menos para desayunar.
Bodega de toda la vida en el barrio de Sant Antonio. La cocina es buena. La pena de la terraza es el ruido y la proximidad a los coches y autobuses pasando.
Por el personal con atención y cariño para personas enfermas. Sólo hay un "Toro" que No respeta algunas personas. Lo mejor es todo y especialmente el cariño y respeto de Sr. Rafel. Tbien los platos, bonito de norte y mi guapa Lily y todos? Oleee y mi de mil sabores.
La bodega mes entranyable de Sant Antoni, i de tota Bcn. No puc deixar d'anar-hi. El café molt ben fet i bonissim, el Rafa sap fer-se estimar, i també els seus companys de feina. Son com els amics que sempre tenen paraules simpàtiques i amables!
La verdad que es un bar con mucho encanto si te gusta lo tipico de barcelona, hasta el camarero pega en el ambiente hemos ido varias veces y volveremos. De precio genial
Bar donde en tiempos de Covid, se pasan las normas por el forro, camareros con las mascarillas en la barbilla, la barra llena unos pegados a otros, no cumplen con el aforo permitido, osea todo lo contrario a lo que se debe hacer. No es de extrañar viendo a la mayoría de su clientela, parece que lo del virus no va con ellos.
Siento ponerle una estrella a Rafel pero lo del covid es una locura. El bar a petar, la barra también y del personal que salía de cocina 2 llevan mascarilla y 2 no, mientras pasean el plato por todo el gentío para servir. Así no.
Sitio de toda la vida, comida increible a un precio razonable, oasis de taberna de toda la vida en un mar de moderneo del born. Muy recomendable si quieres comer comida de calidad, tanto cocina tradicional como platos mas elaborados. Tambien buen vino a precios razonables
De les quatre tapes que hem demanat tres les han reescalfat al microones (bomba, croquetes i pinxos) i només una (seitó arrebossat) l'han fet al moment. Conclusió: preu correcte, qualitat mitja tirant a baixa.
Mi bodega favorita del mundo. No sólo por el ambiente y por ese jamón recién cortado delicioso sino por su dueño que es encantador. Rafael es el alma del lugar. Este tipo de sitios son muy difíciles de encontrar es una perla en San Antoni.
La Bodega d'en Rafel és un local de cuina tradicional i bons productes al barri de Sant Antoni de Barcelona. El seu gerent en Rafel conserva la manera de fer i l'espai con si el temps no pases per aquest local. Bon tracte i bon menjar, una relació qualitat preu genial i professionalitat. Un lloc informal per a menjar excel·lentment.
Best experience you’ll have in Sant Antoni for tapas/ menu del día/ dinner in gen. Table wine is excellent and staff is super friendly, will keep you coming back for this delicious homemade wonder of a place! Such a hidden gem you’ll want to share and keep to yourself!
Un lugar genial para tomar copas y tapas, el personal muy atento y amable. Ambiente tradicional, concurrido hasta en los días laborables. Volveré sin duda!
Bona atenció del personal i menjar bó, tot i que els callos i les croquetes m'han semblat una mica salades. És un local amb no masses places que s'omple relativament ràpid. No puc valorar el preu perquè m'han convidat.
Bar de toda la vida, con tapas ricas y bien de precio. Es cutre pero forma parte del encanto. Quizás no lo recomendaría para una cita romántica, eso sí