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Me compré unos zapatos Calvin Klein de 115€, los cuales probé simplemente de mi casa al coche (1 minuto andando). Comprobé que no era lo que me esperaba, ya que eran incómodos para la conducción y el uso cotidiano. Al solicitar la devolución (en el plazo correspondiente) presencialmente en la tienda se me ha denegado porque “estaban sucios” y usados con más frecuencia, hecho falso puesto que puede corroborarse claramente en las imágenes.