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Hoy he comido verduritas de todo tipo con salsa de tomate, bastante cantidad, y encima queso. Para mi fue una ración demasiado abundante, creo que mejor un poco menos, y que después ya no tenía hambre, suerte que pedí merluza que estaba bien, pero me deje las patatas. Estaban buenas, pero si se que el primero es tan copioso, no lo hubiera pedido. La comida ha mejorado, pero para mi muy aceitosa, según que platos. El primero no lo pediré más. Los postres muy bien. La merluza bien, pero con menos aceite.
Comida normal, servicio lentísimo. Nos hemos tenido que ir sin tomar el postre del menú después de estar esperándolo más de 10 minutos. Para tomarnos nota también han tardado unos 15minutos desde que le hemos dicho al camarero que nos atendiera.
Mucho nombre y poco más, para empezar incumplen la normativa covid, mesas en el interior una la lado de la otra, no se respeta el 30 por ciento de aforo, me queje al camarero y de mala gana dio espacio en la mesa de al lado haciendo levantar al cliente que se acababa de sentar. En cuanto a la comida muy vulgar, el arroz caldoso no sabia a nada, el helado de chocolate lleno de hielo. Estuve incómodo, nunca más
Para repetir, el menú por 25 euros está muy bien, variedad de platos y muy ricos todos. Es lugar es muy bonito y el servicio es bueno. Preferible reservar.
I have been here a couple of times, great food, great beers. Very good place to eat and drink. You should try the local beers and the signature dishes.
Spent some great time there this afternoon. In weekends the price is a bit higher than working days. I got dinner some working menu quality is the same every time we go there, also they are very quick in getting menus and plates, so you can return to work without spending some much time there. The meat is excellent, always a good option. The deserts are also great!
Restaurant que anem habitualment, ja que és un dels nostres preferits. Un menjar (tant de plats com de postres) amb productes de qualitat. Tracte excel·lent amb el servei de taula. L'ambientació és molt original i li dóna un toc romàtic únic.
Vaya por delante que yo he ido formando parte de un grupo corporativo numeroso y con un precio cerrado que no sé si es el habitual.
Para mí, relación calidad-precio más que correcta. Los platos no muy abundantes pero bien cuidados. El risotto, clavado. La guarnición del salmón muy original. El sitio, bonito y el servicio muy profesional, atento y rápido a pesar de lo lleno del local. Un poco desordenado el tema de pagar.
Raciones y montaditos abundantes y de buena calidad, precio medio, no es barato. Cervezas artesanas de barril y tambien en botellín. Muy buena atención, rápida y educados.
Bé pel menjar. Servei sense empatia: no m'agrada que em facin la rosca, necessito que em facin "l'article" quan demano una de les cerveses que fabriquen, però. Quan vaig a un restaurant només desitjo parlar bé del menjar, del servei i dels lavabos. I no sempre ho puc fer. Avui m'ha fallat aprofundir en la cervesa.
Comida excelente, recomiendo el menú Torr por 29,9€/pax, incluye 3 birras (te vas alegre fijo!) y la IPA es muy buena. Estaba entre 4 y 5*. Hay que ir con tiempo y bien acompañado, el servicio en fin de semana es mas bien leeento.
Com sempre que he anat a aquest restaurant, perfecte. Un menjar excel·lent, uns postres excel·lents. La decoració és molt original, la neteja molt bona. El menjar és molt bo i hi ha un servei de taula excel·lent. Ràpid i bo, tot el que ha de tenir un bon restaurant.
Estoy perplejo. Hace aproximadamente un año en este mismo foro yo escribía: “Éste es uno de mis restaurantes de referencia en Sant Cugat, un lugar que me gusta frecuentar, donde disfruto comiendo a un precio muy razonable”. ¿No sé qué ha podido pasar en un año para que se haya transformado en un figón?
Imagino que Mefistófeles se ha convertido en el guardián de la antigua iglesia que aloja el comedero, y vela para que la experiencia de los comensales sea inolvidable.
En mi última visita escogimos el menú del día. Diminutos insectos voladores, parásitos de uno de los tomates de untar, nos acompañaron durante todo el festín. Los platos llegaron fríos y errados: es igual que pidas el entrecot de ternera del Pirineo, que tiene un pequeño suplemento de 5 euros, sin salsa chimichurri; cómo tú, ignorante comensal, no vas a degustar esa salsa: la carne ha de estar bien regada de chimichurri, no vaya a ser que no pueda disfrazarse convenientemente su calidad. Las flores de alcachofa con queso de cabra y jamón ibérico, con suplemento de 2’50 euros, fueron una broma al escáner.
Ah, y el vino, en otro tiempo generoso y abundante aunque humilde siempre joven y de calidad, servido de botella descorchada en tu presencia y que se quedaba en tu mesa, hoy se sirve por copas, solo una por menú, de un vino de a saber. El aceite de mesa sigue siendo de relleno en aceitera de cristal.
El servicio, que hace lo que puede porque además es escaso y va desbordado, es muy poco profesional y cambia constantemente, posiblemente por los excelentes emolumentos percibidos.
La antaño impecable cocina de cristales transparente era ahora un conjunto de fogones grasientos en un espacio mugriento y descuidado. Las jaboneras del lavamanos vacías del preciado líquido soluble. Uno de los dos lavabos averiado.
En fin, sinceramente no entiendo cómo ha podido cambiar tanto este lugar. No sé si ha cambiado de propietarios, de gerente, de director, pero las cosas difícilmente pueden hacerse peor en tan poco tiempo. Pasará mucho tiempo para que vuelva a este sitio, antaño restaurante de calidad a buen precio hoy taberna de menú roñosa.
Buena presentación y buena comida, lo único que tardaron en traernos los segundos y el risotto estaba crudo. Quizás faltaria un poco mas de atención por parte de los camareros.