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En la Rambla de Badalona, está el Monumento a Vicenç de Roca i Pi (1780 - 1852), III Barón de Marmellar, título nobiliario creado por el rey Carlos III (1716 - 1788). Fue comerciante y persona muy dedicada a los demás, y a desarrollar obras en bien de su comunidad, un verdadero filántropo. Mejoró los negocios familiares y gozó de elevado prestigio entre otros comerciantes. Se estableció en Badalona y al final de su vida dejó sus bienes para los más necesitados del lugar. El merecido monumento en su recuerdo y ejemplo para generaciones futuras fue inaugurado en el año 1894. Fue restaurado en el año 2010, para que volviera a lucir sus mejores galas gracias a la donación de una buena benefactora. El monumento es un elemento característico y valorado del paseo en que se encuentra.
Sencillo monumento al empresario y filántropo, que se estableció en Badalona y dedicado a la ayuda a personas necesitadas, era muy apreciado en la ciudad, la cual le dedicó este monumento en el paseo de la playa.
Un monument a una persona piadosa que va treballar pels mes necessitats de la ciutat.
Vicenç Roca i Pi (Barcelona 1780-Badalona 1852) va ser un comerciant enriquit amb el comerç amb Amèrica. Anà a viure a Badalona el 1837 i esdevingué un protector dels pobres de la vila, als quals deixà en testament un important llegat format per diverses cases i terrenys a Barcelona. Els seus familiars van impugnar el testament, però el Tribunal Suprem el ratificà el 1886
Este monumento, dedicado al Barón de Marmellar (Vicente Roca i Pi) fue inaugurado el 15 de agosto de 1894 con motivo de la Fiesta Mayor de Badalona, por Torquato Tasso. El monumento estaba ubicado en medio del paseo donde se encuentra la calle del Carme. Con motivo de una feria industrial entre el 24 de julio y el 2 de agosto de 1936, para llevar a cabo algunas obras de reforma en la rambla, la estatua fue desmontada a la espera de acabar con las obras para poderla remontare y a colocarse en su lugar. Pero el estallido de la Guerra Civil no permitió la celebración de ninguna feria y el monumento desmontado se guardó en un almacén municipal hasta mayo de 1943, mes en el que se volvió a montar el monumento colocándolo ya no centralmente, sino lateralmente, justo donde se encontraba y se encuentra encontrar ahora.
Muy chulo el monumento y la casa detrás. En general, toda la zona del paseo me ha sorprendido muy positivamente. Muchos restaurantes y bares. Grandes terrazas. Paseo ancho, con muchas palmeras y todo cuidado. Definitivamente vale la pena repetirlo. La única pega es que la vía de tren corta el paseo de la playa.
En un món ideal, seria un lloc estel.lar: peatonal, palmeres, una estàtua fantàstica, gespa. Però a Badalona només és un super pipican. Ni se us acudeixi deixar que els nens gaudeixin de la gespa pública. Està plena d’excrements i pipi de tots els gossos del centre de badalona. En altres poblacions estaria totalment prohibit. Però ja se sap: Badalona, ciudad sin ley.