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Hemos estado en un evento deportivo, y me he quedado sorprendida de las barbaridades que soltaban los padres hacia los niños del equipo contrario. Creo que los entrenadores tienen una excelente oportunidad para enseñarle a los niños, que en la vida no todo se compra con dinero, que lo bonito del deporte es que en el campo no existen diferencias sociales, que el respeto no se debe de perder y que sólo es un juego donde se puede ganar o perder pero solo es un juego. El colegio tiene una excelente oportunidad de trabajar con los padres los preceptos de la región católica, evidentemente muchos enviaran a ese colegio solo por prestigio, pero os puedo asegurar que ese tipo de actitudes desprestigia no solo a la institución, sino también a la religión católica. La dirección tiene mucho trabajo que realizar con las familias, para alcanzar los objetivos.