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Indignación. No voy a hablar de la parroquia sino del trato recibido. Fuimos una amiga, mi madre y yo. Mi madre con 94 años y demencia. Entramos y había unas pocas personas rezando. Nos colocamos atrás del todo y mi amiga le recordó rezar a mi madre. Rezaron juntas. Se oía más a las personas de delante que a nosotras. De repente salió supongo que el párroco como una furia gritandonos que nos callaramos que había personas que estaban orando. No me extraña que cada vez haya menos gente creyente. No se va a la iglesia a recibir bronca. Les recuerdo que tienen muchos pecados en sus espaldas y mucha soberbia. Espero que sí hay un Dios ya les pedirácuentas
A pesar de vivir al lado nunca había entrado y tiene una historia muy interesante. El Mosen explico anécdotas de edificio que merecen la pena ser conocidas