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La directora me maltrato, me cogio del brazo tirandome hacia su oficina para obligarme a entrar. Si no te ve por la residencia te hace persecucion, contralando tus horarios. La directora grita a sus residentes faltando el respeto y luego desmiente todo. Cuando estuve en la residencia un dia llegue y no queria entregarme las llaves de mi habitacion queriendome dejar en la calle, segun la monja "yo decido a quien pasarle la llave y quien entra a mi casa" pasando a llevar a las residentes sin darles acceso a sus cosas. NO se dejen engañar!
Totalmente recomendable. La comida la hace un catering, estuve 5 meses (2021-2022) y nunca se repitió un plato, estaba todo delicioso, el pan siempre del día y cugriente, de cenar, además de frutas, hay de postre toda clase de yogures de marcas y sabores, y los platos esquistos.era un auténtico placer. Siempre hay alguien en portería, por lo que te sientes protegida y segura. La comunidad de hermanas y residentes muy agradables y amables. Tienen una azotea con parte cubierta y descubierta, donde podrás secar tu colada fácilmente. Localización inmejorable a escasos minutos de la milla de oro del Paseo de Gracia, boutique de lujo.
Estuve en la resi en 2017-2018 y fue la mejor experiencia de mi vida. El cuidado y la acogida de las hermanas te hacen sentir en casa y en familia. No es fácil venir de lejos a estudiar en otro país, pero gracias a su labor, todo salió perfectamente bien. Gracias, hermanitas queridas!
Estuve en 1960 y lo recuerdo con cariño a pesar del los años transcurridos. Recuerdo que compartía habitación con 4 compañeras muy feliz y sobretodo he recordado siempre una sopa de apio que nos daban por la noche con un aroma y sabor maravillosa que no he podido conseguir en mis 82 años. Mil gracias
Estuve allí casi un curso entero (antes del Covid) y fue una de las épocas más felices de mi vida. No te falta de nada, siempre te sientes acompañada y las chicas residentes muy simpáticas, yo y todas nos llevamos amigas para siempre. Menú diverso y habitaciones espaciosas, muy calentitas en invierno. Me lo pasé muy bien y quería dar las gracias a todas las monjas por esforzarse tanto en cuidarnos, nos sentimos como en casa. Recuerdos a Pili, Fuensanta y a todas
Residencia religiosa para chicas. Un edificio impresionante y muy bien conservado donde cuidan y tratan muy bien a las residentes. Las hermanas son muy amables y todo está muy limpio.
Es un lugar maravilloso, sencillo pero muy acogedor, las hermanas son grandes personas y te hacen la estancia especial. Muchas gracias por acogernos una vez más, un abrazo de corazón.
Durante el curso universitario vivo en la RMI Barcelona. Ya llevo 3 años, este que va a empezar va a ser el 4o. Con eso ya lo digo todo. Es mi segundo hogar. Y esque todas las características que tiene la residencia son fantásticas: la localización, los espacios del edificio (patio enorme, bibliotecas, salas de estar, terrazas, etc.), el trato con las hermanas, el ambiente de hogar, la comida (menús muy buenos y con una dieta variada, no se pasa hambre, todo lo contrario), los servicios, el oratorio, las actividades que se hacen (talleres de cocina, de canto, de baile, de yoga, etc.), la tranquilidad para poder estudiar, y la seguridad de saber que estás en un lugar donde se preocupan por ti y por que de verdad te encuentres bien. Sin lugar a dudas, elegir la RMI Barcelona ha sido una de las mejores decisiones que he tomado. La recomiendo para todas aquellas estudiantes a quienes les guste la tranquilidad y la independencia pero también busquen vivir en un ambiente de amistad y hogar. Será vuestro segundo hogar!