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Recomanem la visita al Monastir benedictí en procés de restauració amb les excelents explicacions d'en Xavier Terradas. Ho viu i empatitzes. Moltes gràcies.
Fue un punto que no teníamos en nuestros planes, pero el padre Javier fue muy atento con nosotras; pese a que la iglesia se encuentra en remodelación, se tomó el tiempo de enseñarnos la historia de la iglesia, tiene muy buenas vistas desde el campanario y mantiene obras históricas para conservar el patrimonio y la identidad del lugar
La iglesia está en reforma pero tiene unas cosas bellísimas para ver! El encargado de la iglesia es una persona muy buena, nos dió un mini tur y nos contó toda la historia y datos curiosos. Quedé encantada!
Ayer por desgracia enterramos a un familiar. Cuando ese viejo al que le llaman cura considero que la misa se terminó, se fue y nos dejó a todos dentro esperando. Espero que el infiero te sea leve.
Bonita visita, con la inestimable y educativa guía de diversos voluntarios que ayudan a la restauración del monasterio. Es de destacar que una vez más el terror rojo destruyó en parte otra magnífica obra del románico gótico catalán. Vil Guerra Civil.
El monasterio, así como el castillo de Montsoriu, está íntimamente relacionado con la casa de los Cabrera, vizcondes de Gerona. Según consta en el acta fundacional, los vizcondes Guerau y Ermesenda decidieron construir el cenobio para “salvar sus almas” y para que Dios les ayudara a salvarse de sus enemigos.
La construcción se inició el 4 de junio de 1038 y el encargado de supervisar las obras fue Sunyer, primer abad de San Salvador. Sunyer murió antes de que la edificación finalizara y fue su sucesor, el abad Amat, quien finalmente culminó la obra. La iglesia del monasterio fue consagrada por los obispos de Gerona y de Barcelona el 4 de octubre de 1068. A la ceremonia asistió Ponç Guerau, hijo de los vizcondes de Cabrera, así como diversos nobles.
Durante los primeros años de existencia del monasterio se realizaron importantes obras de ampliación, como la construcción de la iglesia de Santa María, cercana al edificio principal, destinada a dar acogida a los numerosos fieles que se acercaban hasta San Salvador. Los devotos acudían de forma masiva, sobre todo para venerar las reliquias de los santos Acisclo y Victoria, donadas en 1263 por el vizconde Guerau IV de Cabrera. Las reliquias se conservaban en una arqueta que desapareció entre 1820 y 1823.
La casa de Cabrera realizó importantes donaciones al cenobio lo que permitió que éste creciera en importancia. En el siglo XIII incluso tuvo un monasterio filial en la comarca del Rosellón, el de San Salvador de la Sira. En el 1373 este monasterio fue vendido a los caballeros hospitalarios de Mas-Déu. A mediados de ese mismo siglo, el monasterio se convirtió en filial del San Cucufate aunque siguió conservando abad propio.