Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario. Al utilizar nuestro sitio web, usted acepta todas las cookies de acuerdo con nuestra Política de cookies.Aprende másOK
Es un parador precioso. Muy cuidado y con muchos detalles. Se puede hacer una visita guiada. El Bar de Noche es muy acogedor y el camarero muy profesional. Muy recomendable
¡Añade el Parador de Plasencia al principio de tu lista de hoteles donde alojarte en España! Está situado en Extremadura, el extremo occidental del país. Habitaciones: las habitaciones son espaciosas y muchas ofrecen una zona de estar independiente. Hay cabeceros de madera y suelos de baldosas de color naranja. Los baños han sido renovados e incluyen comodidades: champú, gel de ducha, etc. También hay aire acondicionado, lo cual se agradece en los días con temperaturas superiores a los 40ºC. Fitness y ocio: Pregunte a la recepcionista por el acceso a la sala de fitness situada bajo tierra. Hay una cinta de correr, una bicicleta estática, pesas libres y una máquina de pesas con banco. Además, allí también hay duchas y sauna. La piscina al aire libre está abierta en verano, lo que resulta refrescante en los días calurosos (agosto). Comida: el desayuno buffet ofrece especialidades regionales que incluyen múltiples pasteles y dulces, quesos y carnes locales. Ven con hambre porque hay muchas opciones para elegir e incluso es posible pedir huevos (varios estilos) o churros. Servicio: extremadamente amable y servicial. Aparcamiento: para realizar el check in, aparca frente al hotel durante unos minutos. Se accede al estacionamiento conduciendo por la parte trasera y tomando un ascensor. Se recomienda no tener prisa por llegar o salir del estacionamiento, ya que puede llevar algún tiempo. Resumen: este edificio histórico fue construido en el siglo XV como un convento y cuenta con un magnífico claustro que ilumina las plantas baja y superior. Se siente como si hubiera retrocedido en el tiempo mientras se encuentra en este lugar bien conservado. A poca distancia de otros sitios de Plasencia, este parador es una visita obligada en Extremadura. ¡¡Altamente recomendado!
Ya lo había visitado con anterioridad, quedando maravillado ante la sobriedad de tan monumental conjunto histórico. El PARADOR DE PLASENCIA, historia viva de una Ciudad especial, declarada de interés por Unesco, creo acoge en sus calles y plazas, en sus caminos y campos una historia sin igual, dentro y fuera de los impresionantes muros del Parador, muestra muy cuidada de su monumentalidad y de su entorno.
La ciudad de Plasencia merece una buena visita. Tiene entornos muy bonitos, sobre todo, a personas a las que nos gusta la historia y monumentos antiguos. Muy recomendable el parador, tiene una carta muy completa e incluso se pueden comer algunos platos de origen sefardí.
No he estado alojado. He comido allí y sera de los mejores sitios en los que he estado en cuanto a calidad y presentación de los platos. Absolutamente todo exquisito, servido por unos profesionales increibles y en una ubicación incomparable.
Es un estupendo Parador que reúne muchos de los tópicos de este tipo de establecimientos, a saber: -El edificio es una pura maravilla. Un antiguo monasterio espléndidamente restaurado -La ubicación es muy céntrica, a la par que tranquila -El servicio es atento y profesional -Se come muy bien, pero, como suele ocurrir en Paradores, es algo caro, aunque el marco lo merece -Las habitaciones son cómodas y amplias, pero la decoración "castellana" realmente necesita ser sustituida.
La calidad de siempre que define a nuestra estupenda red de Paradores, en un edificio y una localización de lo mejor que podemos encontrar a nivel mundial.
Sencillamente magnífico, sobresaliente en atención, limpieza, comida, educación de los empleados, entorno, etc. Lo mejor de lo mejor y totalmente recomendable.
Fuimos a cenar en el bar del Parador. Espectacular ensalada de tomate, sándwich vegano especial. Fuimos 2 días seguidos. Atención un 10 sobre todo un camarero. Cuando volvamos por Plasencia repetiremos seguro.
Solo paramos a comer, y la verdad es que la comida no fue espectacular. Pero el trato del personal, y el entorno son espectaculares. El patio interior, magnífico
Atención inmejorable por parte de Natalia. El antiguo convento de Santo Domingo, construido en el siglo XV es increíble, se puede pasear por dentro y no cansarte de ver arte e historia (como en muchos otros Paradores). Es muy bello y te transporta a otra época. La habitación estupenda y la cafetería también. Para cenar uno de nosotros pidió en la cafetería una tosta de tomate y aguacate y deslució el pan de molde tostado y las patatas fritas de bolsa. Quizá si se pone pan, pan.y eliminamos las patatas por algo más saludable y menos de batalla, Es solo una sugerencia. Otra sugerencia: los baños, por lo menos en el que estuvimos deberían renovarse, la entrada a la bañera difícil, la separación del WC con puertas de aluminio, Por lo demás, de 10.
No me gusto para nada, encima las migas que hacen son horribles y no vamos a decir nada ya que el personal de la terraza es pésimo la educación no la conocen. Llegas con hambre y sales en peores condiciones y su terraza hace mucho frío no la tienen adecuada, lo siento pero no es aconsejable para nadie
Atención fantástica por parte del personal de recepción y restaurante, que fue con los que pudimos tratar. Las instalaciones son increíbles, la decoración, la distribución, el edificio en que está ubicado, y como no, la localización del mismo dentro de la propia ciudad. En definitiva merece muchísimo la pena hospedarse allí.
Magnífico y como todos los paradores históricos, totalmente adornados con muebles integrados. La sala Capitular es ideal. La montera del claustro y la protección de los arcos y en general ideal. Muy recomendable.
Maravilla de convento gótico tardío con partes renacentistas Escalera al aire prodigiosa Claustro con artesonados, la bóveda de la sala capitular, etc. Como alojamiento no se puede pedir más Habitaciones enormes La comodidad está conseguida en todas sus vertientes El protocolo COVID sin aspavientos lo llevan a cabo con mucha eficacia, los mandos de los plasmas desinfectados y entregados en un sobre es sólo un ejemplo. Y si buscas tranquilidad es el lugar idóneo Hacía años que no descansaba de este modo Todo perfecto Volveremos
Un lugar con mucho encanto, es una joya arquitectónica, un aperitivo de gazpacho de cereza, hemos comido una croquetas de jamón exquisitas, una carrilera sobre cama de arroz y verduras y lomo de bacalao sobre cama de crema de patata y alioli, exquisitos, una profesionalidad excelente, muy limpio todo, medidas anticovid perfectas, calidad/precio muy bien, volveré
Si el Parador es "super espectacular", que lo es, el personal aún es mejor, nos han atendido Quimi (restaurante) y Diana (cafetería), ambos de 10. Magnífico sitio, muy bien restaurado con amplias habitaciones. MUY RECOMENDABLE.
Me ha encantado el parador, me quedé un poquito decepcionada cuando vi q la mayoría tenía los mismos platos e íbamos a 3 seguidos, pero el parador jardines, habitaciones, comedor y pasillos q impactan de bonitos, salimos con mal sabor pq el garaje es con ascensor y al salir había un coche muy en la esquina y el nuestro es grande así q no entraba recto, se llevó un raspón mucho cuidado con coches grandes es horrible
Es realmente placentero haber podido pasar un fin de semana entre sus muros llenos de historia. Y haber podido disfrutar de la amabilidad de su gente y su simpatía.y un capítulo aparte su delicioso postre TECULA MECULA. No dejeis de probarlo. Gracias por todo volveremos
Como todos los paradores, es un marco incomparable, un servicio exquisito, calidad/precio excepcional, así que para mí ha sido maravilloso, parecía que me había transportado a Howards, 100% invito a los demás a que pasen allí al menos una noche.
El Parador puede ser, sin duda, de los más bonitos del país, pero nos hemos llevado una amarga sensación. En general, esperábamos más teniendo en cuenta la categoría del alojamiento, pero detalles como las almohadas (sin calidad), el parking (de acceso incómodo) y la atención de cierto personal (tuvimos que suplicar que nos dejasen llevar unas bebidas a la terraza exterior, por nuestros medios, estando las mesas montadas) hace valorar la estancia de esta forma.
Precio calidad excelente. Trato exquisito. Edificio con mucha historia, antiguo convento del s. XV. Restaurado y muy bien conservado en un enclave privilegiado y céntrico. Las habitaciones eran antiguas celdas del convento. El baño es espectacular. El restaurante y desayunador es en el antiguo refectorio. Desayuno excelente pudiendo probar prueba de matanza y las tradicionales migas. La piscina está en obras, y estará disponible mayo/junio. Excelentes medidas COVID-19.
Uno de mis paradores favoritos. Maravilloso en cada rincón sientes que te envuelve la historia. Con un patio central impecable, el bar en un precioso salón y el espectacular comedor donde se desayuna. Además han reformado los baños quedando un hotel de lujo
El parador de Plasencia se encuentra en el casco histórico de la ciudad, que es a su vez el centro de la misma. Situado al lado de la Iglesia de Santo Domingo y de un paraje particular. Se puede entrar a visitar y al bar, pero no a la zona donde se alojan los huéspedes.
La ubicación es inmejorable, en el centro de Plasencia. La restauración del edificio para su uso como hotel también. Las habitaciones son grandes y confortables aunque les va haciendo falta una reforma y las camas supletorias, sofa-cama, son bastante mejorables. La piscina no lo es, no pasa de charca aunque es bastante agradable. Y el resto va en gustos, para mi gusto es excesivamente caro, como casi todos.
Realmente uno de los Paradores más bonitos de España, con el encanto de los buenos Paradores, con personal muy amable y simpático, es un sitio que volvería y volveré
Una maravilla, estuvimos en junio prácticamente no había nadie y es precioso. Era ola de calor y el centro del pueblo estaba vacío, nos los encontramos a todos en el río bajando las escaleras mecanicas. No olvides la toalla y el bañador!
Para mí gusto de los mejores que he visitado y son muchos ya. Está situado en el mismo centro. El edificio está. Muy bien conservado, es acogedor y su interior sorprende. Organizan visitas guiadas dentro del mismo parador para enseñarte las salas que están cerradas y ofrecer explicaciones. Tiene piscina, es pequeña y la tienen cerrada pero puedes pedir la llave y las toallas. La amabilidad es, como en todos los paradores, exepcional y la comida rica y abundante.
No nos quedamos a dormir allí pero paramos a visitarlos y la verdad es que el sitio es precioso al menos la parte que puedes ver sin alojarte en el. El bar es bonito también pero no es barato desde luego así que no comimos y no te sé decir la calidad de los productos punto merece la pena hacer una visita aunque no te alojes en el
Magnífico edificio con una cafetería impresionantemente medieval muy bien ambientada y decorada con mobiliarios y Ador os reales de la época. Sin embargo, puedes estar media hora sentado en ella, que nadie viene a atenderte ni aparece por la barra.
Buena relacion calidad precio. El garaje es una autentica pesadilla, con un ascensor para coches muy estresante. El restaurante bien, ubicado en el refectorio del monasterio, pero con una carta escasa como todos los paradores. La piscina bien, y el trato de los empleados muy correcto. En resumen, buena eleccion para un fin de semana en Plasencia
El edificio es una jpya histórica, la cafetería y su escalera majestuosa merecen mucho la pena, así como el refectorio y la sala capitular. Está en la Plaza de San Nicolás en el rincón más bonito de Plasencia.
Estuvimos muy agusto. Buen trato, limpio, buen servicio. Fuimos a desconectar y lo conseguimos. Buenas tapas a buen precio en el bar. La bodega de noche muy recomendable para tomar una copa