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Haciendo noche en el Parador de Trujillo de viaje a Comporta (Portugal). Conocí su restaurante que pare a comer cuando viaje a Lisboa a ver el concierto de Julio Iglesias. Hoy cenamos muy bien. El Rioja Orube muy rico. Como el espectacular solomillo de ternera con puré de patata-patata. Riquísimo y más bien crudito, como a mí me gusta. El lomo de salmón al horno muy bueno también. Precio razonable para la buena calidad.
Las habitaciones son normalitas para ser un parador pero el trato de la gente de recepción y sobre todo de la gente de la cafetería y restaurante fue espectacular. También la cena y el desayuno. Muy recomendable.
Solo paré para almorzar, la comida era deliciosa pero el servicio era un poco caótico. Una pena ver que han trasladado el restaurante del original y bonito salón a la cafetería. Una habitación estándar. Esta es una rebaja y sólo contribuirá a disminuir el negocio.
Nos alojamos dos noches, y todo genial. La ubicación estupenda para visitar Trujillo, el edificio un antiguo convento precioso tanto la decoración como su conservación, era super agradable moverse por esos claustros, maravilloso, la habitación muy amplia y la limpieza estupenda, la cama super grande y el colchó comodisimo El desayuno en un salón muy bonito con mucha varieda lod de fruta, fiambres, panes, dulces y tienes la opción de pedir varios platos calientes. Sin dudarlo repetiría siempre q tuviese ocación es una experiencia alojarse en un edificio con tanta historia además todo el personal muy amable
El parador es precioso, es muy antiguo pero está totalmente reformado.
El restaurante: La comida del restaurante ha mejorado considerablemente respecto a las otras veces que hemos venido. Esta vez probamos el humus, el salmón y la carne. Todo estaba buenísimo. El pan sin gluten no era muy allá, pero el camarero me lo cambió por pan de molde sin gluten de Schär, que está mucho mejor.
En una anterior visita tomamos el helado de queso de postre y estaba buenísimo: nos lo recomendó el camarero.
¡Todos los camareros son muy amables, tanto las otras veces como ésta!
Magnífico. Muy cerca del centro de Trujillo y con aparcamiento fácil. La ubicación en un antiguo convento y su cuidada decoración le confieren un encanto que hace que la estancia sea muy placentera. La atención del personal de recepción y cafetería ha sido extraordinaria. La piscina muy tranquila. Las habitaciones amplias y cómodas. El buffet de desayuno variado y de calidad. Como añadido personal, las piezas reproducidas en el hilo musical perfectas para el lugar.
Celebramos nuestra boda en el Parador de Trujillo y fue una experiencia fantástica. El trato y atención de todos sus profesionales es inmejorable y gracias a la dedicación y organización de Fernando, Javier o Julián y sus compañeros y compañeras el evento fue un éxito y cada invitado se sintió muy bien atendido. Además, al ser una boda temática, se volcaron en la decoración y nos ayudaron a que todo fuera mejor de lo que habíamos imaginado.
La comida, además, fue excelente, tanto en los aperitivos como el menú principal, con especial atención y platos individuales para personas intolerantes, alérgicas o con opciones alimentarias alternativas, y los espacios del Parador hacen que sea un entorno incomparable y especial.
Hermoso lugar, la atención extraordinaria, el restaurant delicioso. Si tienen la oportunidad no duden en hospedarse y comer en este lugar, les encantará
Un trato excepcional. Habitación amplia y muy limpia. Desayuno con mucha variedad. Un fin de semana para descansar y disfrutar. Si tuviera que poner una pega sería la tortilla de patata del desayuno pero porque a mí me gusta muy poco hecha! Muy recomendable. Gracias por la pasta de dientes.
Lugar emblemático de Trujillo, en un monumento donde han sabido respetar el edificio y la comodidad de un hotel de 4 estrellas, con el sello de Paradores
La camarera que nos ha atendido era altiva y muy poco agradable. Le hemos pedido por favor que nos sacara una foto cuando pudiera y nos contesta de mala gana que está muy ocupada y que antes tiene que servir a otros clientes. Llamamos tres veces por el timbre que tienen para pedir la cuenta, y tenemos que decírselo en persona para que nos cobre, aprovechando que servía a la mesa de al lado. Salimos comentando la inadecuada actitud de la camarera y oímos al recepcionista hablar de la educación refiriéndose a nosotros, comentario inapropiado pues no conocía cómo se nos había atendido, por lo que en este establecimiento se confunde una crítica al servicio con la educación, es decir, no admiten las críticas. Poco recomendable. Lo mejor, el claustro.
Muy buena atención. Fuimos ayer a comer. Tiene un restaurante encantador y una terraza muy tranquila. Precio para dos personas (todo a la carta) unos 54 euros.
Me encantó el ambiente, agradezco especialmente la ayuda de la gober de turno, resulta que la calefacción se enciende y apaga desde la cabecera de la cama, gracias a ella pudimos dormir calentitos.
El hotel es increíble, habitaciones grandes sin falta de detalle y los trabajadores muy amables. A la altura de lo que se espera de Paradores. Lo recomiendo a todo el mundo.
Muy buen sitio. Muy limpio, bonito y curioso (se trata de un antiguo convento y las habitaciones son las que eran de las monjitas), no está mal comunicado (aunque en Trujillo se puede ir andando a cualquier sitio), no tuvimos problema para aparcar cerca. Me gustó mucho y repetiría.
Comida buena. Habitaciones muy amplias y limpias. Personal muy amable. Fuimos alergicos, nos ayudaron en la elección de la comida. Hemos disfrutado mucho nuestra estancia.
Edificio muy bonito, cerca de la plaza mayor. Piscina algo pequeña pero lo suficiente para refrescarse. Hay que reservar hora para el baño por la cuestión del COVID. Las habitaciones son enormes. Cogimos media pensión y la comida es buenísima.
Un edificio remodelado, que mantiene el encanto del convento original con todas las comodidades. Las habitaciones, cómodas, limpias y agradables. Destacar la magnífica atención tanto del personal de recepción como de los camareros del restaurante, un valor a tener en cuenta en este parador. La cena, sobresaliente, cenar en el patio del convento ya te predispone a disfrutar de la experiencia, única sin duda, pero si a esto le añades, una cena cuidada y deliciosa y la atención más que sobresaliente del personal, no se puede pedir más. Ubicado a 5 minutos de la plaza mayor de Trujillo, con parking propio (exterior e interior) y de fácil acceso con el coche (llamar al parador, para que te den la dirección de la entrada la parking, porque el GPS se hace un lío)
Cómo casi todos los paradores que he visitado, una maravilla. Es un antiguo convento en el que se encuentra tranquilidad a raudales. El restaurante es muy aconsejable y aunque vayas de paso, una parada para degustar sus platos merece la pena. El servicio amabilísimo.
Mal servicio tuve que pedir la bebida tres veces, lentos y desorganizados, después del primer plato vino una camarera ofreciéndonos el café tuvimos que decirle que nos quedaba el segundo plato, calidad de la comida mediocre. Procurare no volver.
No suelen defraudar los paradores, sobretodo los emplazados en monumentos históricos que son el estilo que más me llama la.atencion. Buen sitio para alojarse
Acogedor, bien situado, muy tranquilo, las habitaciones muy bien, con su ventana de convento. Lo mejor el restaurante y sus 2 camareros, la comida espectacular, muy abundante y de lujo. Cenar en el claustro un placer.
El parador es un antiguo convento muy bonito pero muy mal ventilado por los pasillos no olía muy bien. La atención en recepción regular, ningún control covid en la piscina excepto control de horarios, las fundas de las sillas donde cenábamos y comíamos en el patio muy sucias, poco sitio para sentarse dentro del.parador, nuestra habitación muy ruidosa pasaban muchos coches. A destacar la comida y la atención de los camareros muy amables y pendientes. Desayuno muy bueno
Buenas y cómodas habitaciones, el servicio de restaurante muy bueno y gran profesionalidad y ganas de agradar de todo el personal. Destaco a Javier Martín que nos ha atendido en los desayunos y en las comidas.
Relación calidad precio buena. Habitación y baño limpios. Atención súper amables. El único pero, el restaurante. El personal muy bien pero faltaba gente, lo que hizo que el servicio fuera lento. El salmorejo de cereza buenísimo pero el arroz con rabo de toro bastante soso. Losxquesos deliciosos y el bacalao también.
Personal displicente. Fuimos a desayunar al bar y nos sirvieron una tosta con pan con tomate sin sal ni aceite y el peor jamón que he comido en años, reseco y cortado a máquina seguramente hacia dos días. Muy mal.
Magnífica estancia en el Parador; tres días inolvidables. Todo el personal encantador, muy profesional, cercano y atento. Sólo una decepción mayúscula, es noticia pública que pretende jubilarse la Rubia de rizos (Luisa). Hay 310 razones, egoístas si se quiere, para oponerse a ello. Muchas gracias a todos.
Como siempre, lo primero la inmejorable atencion del personal de paradores. La comida como siempre basada en productos de la zona, riquisimos. Nos atendieron al momento de llegar y como he dicho excepcional el trato. Deseando volver por todo, Parador, personal, comida, entorno etc. Muy recomendable. Seguiremos visitando paradores Volveremos.