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Es un sitio muy bonito, comimos estupendamente y súper bien de precio, con la comida tienes derecho a bañarte, lo que pasa es que ese día llovió y no nos bañamos, pero no pasa nada porque lo pasamos súper bien.
La piscina está muy limpia, así como los baños. El bar de la piscina hay que tener paciencia para que te atiendan, mucha paciencia, y mejor reservar, aunque no te garantiza rapidez, la comida es buena.
El dueño un antipático, prepotente y chulo, se debería de plantear estar de cara al público. El resto del local, en la línea de la zona, nada novedoso, y respecto calidad precio, caro.
Muy buen lugar para pasar el día con la familia, con la posibilidad de tomar algo en el bar que hay en las mismas instalaciones. Precio de entrada bastante económico.