Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario. Al utilizar nuestro sitio web, usted acepta todas las cookies de acuerdo con nuestra Política de cookies.Aprende másOK
Fuimos en plan familiar y todo riquísimo la tortilla buenísima, el secreto de cerdo ibérico impresionante, la tarta de queso y la de chocolate blanco insuperables nos trataron genial y a nuestra perrota también si vuelvo por Ribeira repetiré sin duda
El servicio; chico de coleta sumilier nos ha dado un servicio excepcional, ambientando nuestra mesa y explicándonos sobre vinos y comida gallega de calidad y otras variedades interesantes, muy bien todo
Tienen mucha variedad de vinos. En especial éste Ribeiro afrutado con recuerdo frutal de manzana y pera de Bodega Antonio Montero. Muy rico y refrescante.
Esperamos dos horas por unos platos de picar. Llegamos a las 9: 00PM y a las 11: 00PM todavía no habían servido ni la mitad de las cosas que pedimos. Según el camarero “ no tengáis prisa que la cocina va despacio”. Definitivamente no vamos a regresar.
La comida en general está bien, ni muy sabrosa pero tampoco mala, en mi casi añadir que han tardado casi 1h en servirnos, hemos comido croquetas de boletus (están bien) de chorizo y de queso (que no tienen ningún tipo de sabor a queso, también hemos probado tortilla de zamburiñas (que es la única recomendación que voy a hacer de este sitio), una tortilla de patata normal que para mi caso también estaba sosa y una de grelos que también estaba rica (además vino con sorpresa, un trozo de alambre), en resumen yo creo que encontraréis algún otro sitio mejor, no lo tendría como primera opción
Me gusto el trato del personal y nos pusieron de tapa tortilla de patatas, por poner un pero, pedí una cerveza sin alcohol y me la trajeron ya en el vaso y me gusta más echarla yo mismo. Pero eso es algo personal.
Fue una opción improvisada con mi pareja. Inolvidable. Todo con ese toque casero, bien presentado y buenísimo. De verdad que es obligatorio pasar por ahí. Agradecidos del buen trato.
Es un lugar con una atención inmejorable, gran variedad de vinos, buenas tapas, música y muy acogedor para ir a comer o cenar. Recomiendo que lo visitéis pues es el mejor en su especialidad.
Todo muy sabroso, con el saber hacer de la "Abuela Gloria": su empanada, excelentes croquetas con mucha variedad; y unos chocos en su tinta muy buenos, así como las albóndigas de Gloria. Servicio rápido y con dos detalles a agradecer: el pinchito de bienvenida para abrir boca, y la porción generosa de bizcocho casero acompañando el café. No cabe sino desearles mucha suerte, y que pronto puedan servir en interior, además de la terraza.
Sitio que se sale de lo típico de Ribeira en cuanto a tapas se refiere. Los platos están mejor preparado y tienen otra presentación. Comimos muy bien. No pedimos tortilla pero los de alado se la pidieron y no se derretía el huevo por si os interesa. El chico se olvidó de nuestro postre y tuvo un comentario feo cuando nosotros se lo recordamos a los 15 minutos de estar sin platos en la mesa, dijo que tenía más comida por delante que la nuestra, en menos de un minuto trajo la tarta ya que era cortar un trozo nada más. Hubiese quedado mejor decir que se le había olvidado pero bueno por lo demás muy bien. Es un sitio que de pincho te pone siempre algo de ibéricos.
Está al lado del malecón, con entrada por dos calles, un local pequeño, bien decorado y con unos platos, montaditos, raciones caseros con mucha calidad y buena presentación. Además de la vinoteca, de 10
Sitio pequeñito pero acogedor, buena atención y comida casera. Todo estaba bastante bueno, en especial las croquetas de choco y la tortilla de patatas. Volveremos sin duda.
Este año no tengo tanta buena opinión como el anterior. El camarero no tenia tanta experiencia como los jefes q ese día no estavan. El vino q nos recomendó no lo tenia atemperado y el tinto que nos ofrecio por probar una variedad de uva distinta (caiño) estaba añoso y pasado, al ser un joven con más de 3 años (era de 2015) nI siquiera debió servirlo. Además carisimo. Fueron más de 7 euros por dos copas de ese vino. No quise decir mucho más. Fui educado y me fui. Vinos tan peculiares, escogidos requieren de gente preparada q este permanente en el local orientandote. En la fase visual ya se apreciaban la falta de color y brillo y los ribetes anaranjados. En la olfativa aun permanecía el olor a fruta pero con clara tendencia a aromas de reducción en botella y pérdida de frescura. La acidez propia de esta uva se tornó desagradable. En boca plano en cuanto a fruta y marcada acidez. Me vais a perdonar q no recuerde la marca. Sólo q era variedad caiño.
Tercera vez que vamos a comer y antes de las 14: 00 tienen la cocina cerrada. Es una pena que un local que me sorprendió tanto al principio, haya cambiado tanto para mal. Me ha decepcionado la falta de atención y la poca constancia que han tenido.
Sitio para tomar una caña agradable y con su rica tapa gratis. Por la noche un auténtico horror muchísimo ruido y no se aguanta da lo mismo que estés cenando que música a todo trapo.