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El sábado pasado fuimos a este local y un miembro del personal al ver que nos metimos en el baño de hombres, nos empujó, gritó y amenazó diciendo que como nos volviese a ver íbamos a salir volando. Después de esto, pedimos una hoja de reclamaciones y no nos la dieron.
Local situado en la zona vieja de Pontevedra. Abre los jueves (cuando suelen ir universitarios) viernes, sábados y últimamente algún martes. Los chicos de la entrada te atienden con mucha educación. Una vez dentro, el ambiente que te encuentras no te deja de sorprender. Te sientes a gusto en todo momento ya que nadie te juzga o te mira raro, todo lo contrario, suele estar lleno de “generación Z”, te sonríen y te elogian siempre que pueden. Las camareras son bastante agradables, sobre todo Paula. La música depende del día y del dj que toque pero generalmente es música moderna con ciertos temas del pasado que no pueden dejar de sonar nunca. Un lugar al que volveré sin duda y al que recomiendo a todo el mundo.