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Nos ha encantando el restaurante. Su ubicación que provoca un paisaje muy bonito y la sensación acogedora cuando estás dentro. La puesta en escena espectacular. La comida bien. Escogimos menu corto y salimos contentas. Ha sido un placer visitarlos
El menú degustación no era lo que esperabamos.no nos sorprendió y no le encontramos un sentido, un significado ni correlación alguna entre los platos, el maridaje no maridaba para mi gusto en absoluto.pero el punto de la comida en todos los platos estaba muy bien cogido y se notaba el trabajo sobretodo en los postres. Las vistas son muy bonitas.
Aprovechando que estabamos haciendo la 1 etapa de la ruta de los faros, decidimos pasar la noche en Las Garzas, fué la mejor elección sin duda. Vistas únicas y un local perfecto para descansar después de la paliza de kms. El desayuno de 10 complétisimo, la chica que nos atendió muy amable y atenta en todo momento. Sin duda para repetir.
Una experiencia inolvidable. Nos hicieron un regalo que nunca olvidaremos: las vistas, el entorno, el paseo hasta la playa de "área pequena" el chapuzón en un agua limpísima, la tranquilidad. Y por la noche lo mejor: la cena increible, el menú "long play"fue asombroso. Todavía recuerdo el ravioli de bivalvos, el profiterol de tartar de vaca vieja, ¡el lubrigante, o los postres trampantojos. Y todo eso acompañado de un maridaje con 8 vinos extraordinarios y sorprendentes. Shangrila está en As Garzas.
Un verdadero desastre. Después de llamar para hacer una reserva para dos personas, nos dijeron que no trabajaban con carta, que sólo con menú degustación. Pese a ello, confirmé la reserva para dos personas.
Llegados al restaurante -en el que, por cierto, yo había estado hace bastante tiempo en alguna ocasión- Nos ubicaron en la mesa reservada facilitándonos el listado del contenido de los dos menús degustación disponibles: el uno con un precio de 75 €, y el otro con un precio de 98 €. Mi acompañante y yo decidimos pedir cada uno un menú distinto con el objeto de, en su caso, compartir entre nosotros su contenido. Pues bien, la respuesta de la persona que atendía la mesa fue tajante: "los menúes tienen que ser iguales, no podemos servir un menú distinto para cada uno" Pese a ello, no decidí marcharme en el acto, dado lo aislado del lugar y hora -las tres de la tarde-, y acabamos pidiendo dos menúes, por imposición exactamente iguales cuyo precio era de 98 € De las no sé cuantas chilindradas de laboratorio, sólo un trocito de lubrigante, otro de solomillo y uno de lubina, que no alcanzan lo que te sirven de tapa en cualquier bar corriente, hicieron que todo aquello no se fuese al traste. Tengo ya bastantes años y también la fortuna de haber disfrutado de buenos restaurantes y templos gastronómicos. Pero esto fue un desastre. Ah, y por si todo fuese poco, no sólo no nos invitaron a los cafés, sino que que en la nota los cargaron a 2,50 € y también una botella de agua -normal, por cierto- 4 € Ni lo recomiendo ni vuelvo.
Hubo varios detalles mejorables. No recordaban que uno de los comensales no comía carne cuando se indicó al hacer la reserva causando un momento incómodo y con sensación de improvisación, no hubo una explicación del vino en el momento de servirlo, la reposición de panes fue muy escasa, y algunos pequeños detalles más que desmejoran la experiencia.
La calidad de la comida fue muy buena, pero pequeños gestos en el servicio hacen que no sea lo esperado. Teniendo en cuenta que fuimos la única mesa en ese servicio ya que el restaurante estaba vacío, y que el restaurante tiene Estrella Michelín, te lo esperas todo más que perfecto.
Restaurante de la guía Repsol, en un enclave precioso. Platos de calidad, y bien presentados, una atención excelente, y buena relación precio-calidad. Local recomendable.
Que lastima tenia muy buenas recomendaciones de lo que fue y ya no es.obligado pedirle menú de degustacion y el mismo para toda la mesa. Atención normal sin mayores halagos de verdad lamento no estuvo como lo q esperabamos de un restaurant 1 estrella michelin
Nos hemos alojado 3 dias. Lo mejor en el desayuno la atención de Xeila. La habitación pequeña, húmeda, cama incomoda, poca ventilación. Humedades y cosas rotas sin arreglar. Durante el dia nadie para atender las habitaciones. Como alquiler de habitaciones vale. Pero como hotel rural no. No repetiremos.
Hemos elegido el Menú Single. Excelente (presentación, variedad, creatividad, calidad de producto, platos muy muy sabrosos. Y por supuesto, la localización y las vistas espectaculares. Se agradecería un poquito más de simpatía.
En una palabra, hogareño, nos sentimos como en casa, el trato y las vistas extraordinarias. Pedimos el menu degustacion mas largo, y solo podemos decir q supero nuestras espectativas. La lubina a la gallega estuvo expectacular, y los postres junto con el cafe fue lo q mas destacariamos del menu.
Un restaurante con encanto con menú degustación exquisito. Una nueva experiencia para el paladar. Platos con mucho sabor, muy elaborados y diseño original. Sin duda, merece la pena acercarse hasta Cabana De Bergantiños y disfrutarlo. Tomé el menú Long play, eran 15 platos degustación con un precio de 90 €.
Uno de los mejores estrella Michelin en Galicia. Excelente servicio, en un ambiente familiar, con una vista espectacular a la Costa de la Muerte. Probamos el menú de 5 pasos con Maridaje. Platos y vinos locales excelentes
Es lo mergor para comer o para quedarte unos días tranquilidad buen ambiente profesionales en todos sus ramos cocina estrella michelín bar e dormitorios todo con tanto mimo e coidado q te ba parecer q estas en casa d tus padres
5 estrellas porque la calidad en producto, atencion y sabor es indiscutible, pero por el precio y por la estrella michelin esperaba algo más. Quizás teniamos espectativas muy altas, pero no es destacable por encima de otros restaurantes con menu degustación sin estrella y mas economicos. 90 euros por un menu que aunque con muchos platos se pasa muy rapido y no es copioso, en 2 horas estabamos cn el café.
Merece la pena tanto por la espectacular comida como por el entorno. Para la comida puedes optar entre el espectacular menú de degustación o una carta más tradicional pero magnífica. El restaurante tiene un espectacular ventanal con vistas al mar y los acantilados.
Probé el menú degustación y me gustó. La carta es pequeña y muy normal. Me retiraban el plato muy rápido, casi sin dejarme terminar. Tenían prisa por cerrar
Entorno natural, vistas expectaculares. (recomendable ir de dia). Menu degustación excepcional con exaltación del producto del mar. Trato profesional y cercano.
El menú degustación, repetiría sin dudar. El único "pero" es la "jefa de sala" sobreactuada y haciendo ruido todo el rato cuando caminaba con las sandalias clac clac clac clac, todo el servicio, el ambiente estropeado por ese detalle. Pero la decoración, el resto de camareros (jóvenes, maravillosos), etc.perfectos.
Nos acercamos a Porto Barizo para disfrutar del menú degustación. Cuál fue nuestra sorpresa cuando la maitre nos dijo que si eran más de cuatro comensales teníamos que haber avisado en la reserva. Éramos cinco y en ningún momento de la reserva telefónica ni en la página web se nos avisó de esta circunstancia. Tampoco hubo ningún intento por parte de la maitre de consultar en la cocina si había alguna posibilidad de marchar un menú más, entiendo que en un restaurante con una estrella Michelin esto no debería ser un problema y que el servicio debería cuidarse más. A pesar de todo, al final pedimos por carta y la comida sí estuvo a la altura de lo que se espera de un restaurante de esta categoría. Lo único que nos decepcionó un poco fueron los postres, exceptuando el moji-taco que era muy original y estaba muy bueno.
Paso a paso, empecemos: Llegamos y no había papel Higienico, la habitación con suelos y puertas en mal estado, astilladas y evidente dejadez. La ducha mal. Fijada, no permitía ducharse sin cogerla en mano, además de olores a humedad. Tvs con mala conexión que no se podían ver, WiFi que no funciona, pero nada comparado, con asomarse a un balcón, cuya barandilla estaba rota y se desplazaba. A mayores se confundieron con los días de la reserva añadiendo 2 más. El restaurante más sobrevalorado y pretencioso que he visitado, comida correcta sin más a precios desorbitados, aparte del mal servicio de la maitre. Un bluff épico. Se salva el desayuno y la ubicación.
Excelente todo, fuimos en septiembre 2019 en una escapada romántica. El trato, la comida y el hospedaje fueron espectaculares. Ideal para un buen y merecido descanso.
Realmente un lugar unico. La ubicación, frente al mar, usualmente bravo, y la profesionalidad con que se atiende hacen de este pequeño hotel un enclave magico. Y ya su restaurante con una estrella Michelin, irrepetible. El menu para no pensar el la leche. Aperitivo. Empanada de anchoas. Croqueta de bacalao al Pil pil. Mejillon 3n escabeche. Espuma de puerro. Mantequilla de leche cruda de vaca con palito de pan al pimentón . Jurel marinado en cítricos con trabajitos - Salmón curado en sal y azúcar crema fría de cilantro y jalapeño y helado de requesón - Guisante lágrima con zamburiña _ Calamar y su aire - Vieira con parmentier de champiñón y trufa - Merluza crema de calabaza y minestrone Y de postre Fresa frambuesa remolacha
Fumos unha primeira vez de menú degustación e ben. Volvimos á carta e non tan ben. Comida rica e boa atención pero ás instalacións necesitan limpeza e mantemento. Os manteis non son dignos de ningún restaurante decente, e menos dun cunha estrela Michelín.
Pedimos el menú gastronómico y estaba realmente bueno. El trato del personal en todo momento muy correcto y discreto. La habitación muy grande y espaciosa. Volveremos
Comimos en el restaurante y nos alojamos en la casa. Tomamos el menú largo. Producto gallego fresco y de calidad. Muy atento el personal y las vistas relajares.
3 de agosto. Mesa para 8 personas a las 15h. Llegamos puntuales. 45 minutos después nos toman nota de las bebidas; primer contacto. A las 16: 15h aparece una señora vociferando y gesticulando. No se presentó, supuse que era la jefa de sala. Nos espeta que "están desbordados porque ha llegado todo el mundo a la vez". Me pregunto: a) No nos lo podría haber dicho cuando llegamos? B) Esto es un restaurante, y con una Estrella Michelín además, así que una opción a contemplar es que venga gente a comer y la sala se llene (para eso está el concepto de "plantilla suficiente"). En todo momento el trato fue grosero, antipático (incluso con los niños!) e ineficiente. Los platos eran literalmente arrojados sobre la mesa, pedíamos pan o agua o vino que nunca llegaban. Y al hacernos la cuenta nos incluyen 12 cervezas que según ellos nos habíamos tomado en la terraza antes de entrar (ni la habíamos pisado). No era el comportamiento de gente que tiene un mal día o está estresada, que a todos nos ha sucedido alguna vez. Aquello era grotesco, atroz, como de cámara oculta. Nunca me han tratado así en ningún restaurante, bar, merendero o chiringuito. Jamás. Una Estrella Michelín (yo se la quitaría de cuajo) no suple a la amabilidad, la simpatía, el sentido común o un poquito de inteligencia emocional para abordar una situación fácilmente manejable con un par de frases cordiales
Hemos llamado para reservar y nos ha atendido una señora bastante poco profesional. Con este primer trato se te quitan las ganas de ir a comer. No debería reírse usted de los clientes.
Probamos el menú degustación y la experiencia fue muy satisfactoria. El menú es extenso y el servicio correcto en cuanto a tiempos para servir los platos. Las vistas son magníficas ya que se encuentra situado frente al mar.
Tres belle surprise, un restaurant étoilé perdu au bout du monde face à la mer ou les plats sont d une finesse et le service parfait. Tres bon accueil. Vin blanc très bien et Champagne, la coupe a 6 € pour fêter ce délicieux diner
Menú gastronòmic espectacular. Producte de proximitat, marisc i peix tractat amb el màxim respecte. L'esmorzar inclòs molt complet i boníssim. Vistes al mar
Le daria 5 estrellas por su situación en un lugar muy bonito. Lo malo es que es un restaurante con alojamiento, yo estuve hace tiempo tomando una copa y disfrutando de el paisaje, ayer llevando a unos amigos de Madrid a tomar algo a las 17.00h y una vez que entramos y nos acomodamos, una empleada con buena educación, nos invito a marcharnos ya que solo daban comidas y cenas, no era un lugar para tomar un copa, café, etc. Solo comer. A las 17 horas dudó que la cocina estuviera abierta. Había comensales tomando café en una especie de terraza y no comedor. La verdad al final éramos unos más tomando copas o café. Que lástima.
Vamos desde hace años y siempre mantiene la calidad. Es un placer comer y dormir allí. Seguro que volveremos una vez más. Exquisita la ventresca de mero. Excelente carta de vinos.
La comida excelente, la carta muy completa, vinos muy bien elegidos, el sitio muy acogedor, el servicio esmeradisimo, las vistas incomparables. Que más puedo añadir, merece la pena visitar este maravilloso restaurante.
Muy mal llegamos a las 11: 00 Entramos y nos dice que nos va atender porque la cocina cierra a las 10: 30 quedamos boca abierto cuando todo los restaurante no cieran la cocina hasta las 12: 00. Esta gente no se da cuenta que para ir a su restaurante hay desplazarse a propósito. Tendrá 1 estrella Michelín pero ami no me vuelven a ver el pelo