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En agosto junto a unos amigos hicimos el camino de Santiago a Finisterre. Llegue a Mazaricos con una lesión muscular que me impedía seguir caminando. Gracias a mis compañeros que intentaron averiguar quien me podía atender. Encontraron las manos mágicas de Chus, masajista que tiene peluquería allí en el pueblo.a pesar de que era tarde ella me atendió y no puedo estar mas agradecida por su cariño, y su atención. Al día siguiente pude seguir caminando y siempre digo que termine el camino gracias a ella. Gracias Chus