BAR VIÑO - TABERNA TRADICIONAL

Un local con pocas mesas, pero con mucha calidad en la comida y muy buen servicio. Carta corta que va cambiando a menudo. Gran variedad de vinos, que -encantados- te aconsejan.
Precios razonables (20€/persona y comimos en abundancia).
Mi próxima visita a Santiago ya tiene una parada asegurada.

Excelente bar-restaurante donde comer o cenar en Santiago. Fuimos a cenar y probamos la empanada del día y las filloas - todo exquisito y casero. La tarta de queso muy rica también y súper cremosa, con un sabor más intenso a queso para los más fans.
El personal un 10, amabilísimo y súper atento.
Sin duda, volveremos!

Estuvimos tomando un vino y nos dieron unas raciones de lentejas tan ricas que decidimos reservar mesa para cenar al día siguiente. Atención de 10, recomendación de vino estupenda y comida fantástica. Repetiremos cada vez que volvamos a Santiago de Compostela.

El local muy acogedor, la atención buena, aunque modifican un poco lo que quieres pedir. La comida increíble, con platos que varían según el mes pero todo buenísimos. Cuentan con una gran variedad de vinos y muy buenas recomendaciones de cual pedir por parte del camarero.

De mis lugares favoritos e imprescindibles en Santiago. Un lugar acogedor y con encanto, en plena plaza de Mazarelos. Toda la comida está de cine (de principales a postres) y la variedad de vinos es una maravilla, lo que en resumen resulta un placer para el paladar. Además, la atención y el trato es exquisito y te asesoran en función de tus gustos si tienes alguna duda. Siempre tengo ganas de volver…!

Entramos buscando un sitio agradable donde tomar un buen vino y nos fuimos con ganas de volver para cenar otro día. El trato exquisito en un lugar acogedor, te asesoran de maravilla sobre el vino que más te pueda gustar y aciertan. Tan solo probamos las alcachofas salteadas con jamón sobre parmentier de patata trufada y eran una delicia. En breve estaremos de vuelta para cenar! Muy recomendable

Local agradable para tomar una caña. El personal muy atento y amable. Tapa más que aceptable con la consumición.

Espectacular! Calidad precio es imbatible, la tortilla con vieras, empanada de choco, xouvas y los postres, increíbles. Luego de mucha comida y vinos apenas fueron 23€ por persona, increíble!

Os lo recomiendo con los ojos cerrados, 0 queja!

Una sorpresa en el centro de Santiago. Comida muy original, de buen producto y buena elaboración. Una estupenda carta de vinos. Muy recomendable.

La carta és reduïda però molt pensada, combina producte i gastronomia gallega amb productes i tècniques culinàries d’arreu. L’oferta de vins és molt bona. El servei amable, hem seguit les indicacions del cambrer en relació a què escollir i la quantitat de menjar adequada i hem encertat 100%! Per a dues persones hem escollit: tortilla abierta de vieiras, jamón con mahonesa de ceviche i raxo a la sartén, verduritas y patatas teriyaki. Les postres: maduixes macerades amb Oporto amb mouse de iogurt grec. Tot molt bo!

Comiendo de tapeo, pero muy bien.

Las croquetas de jamón, como se dice en mi tierra, cojonudas al cuadrado.
La cecina, para no estar en León, bien presentada. Tabla de quesos, pues que vamos a decir. Si lo complicado es hacerlo mal con un buen producto.

Buena comida, buena atención y muy buena experiencia. Alex nos atendió de maravilla, la casi tortilla de zamburiñas, la empanadilla de pulpo, los huevos rotos, todo muy bueno, los postres (tarta de queso buenísima, brownie espectacular) y además entienden de vinos, déjate aconsejar.

Me gustan los sitios que con poco hacen mucho. Después del camino llego a Santiago y no me apetece la zona centro, llego de casualidad a este pequeño bar y como agustisimo una tabla de cenina con queso viejo y pimientos y tortilla abierta de zamburiñas, jamón y mahonesa de ceviche.
Grandes platos acompañados de vino aconsejado muy acertadamente por el camarero. Muy recomendable

Todo un descubrimiento! No entiendo como hay sitios en santiago que salgan mencionados en la guía Repsol y michelin, y Bar viño no. No entiendo el criterio para figurar en dichas guías, lo que si se se es que la tradición, la innovación, el mimo, el respeto la profesionalidad son una máxima en esta taberna. Gracias volveremos pronto a veros

Experiencia muyyyy buena, los camareros súper amables. Nos dejamos aconsejar y todo buenísimo. Volveremos sin duda.

O local é pequeno no seu interior, pero acolledor. O produto fantástico e ben elaborado. Salientar a empanada (a de mexillóns, cun pequeno toque picante, de luxo), as elaboracións con cogumelos, as croquetas. A carta de viños é boa (con reseñas galegas moi interesantes), o prezo axustado e o trato de 10. No exterior dispón dunha pequena terraza moi agradable para tomar un viño ou petiscar. Un lugar para voltar.

Fuimos a comer con reserva 4 personas. Pedimos empanada, croquetas, tortilla de zamburiñas y raxo, delicioso todo. Las raciones son abundantes. El personal es amable y atento. El local es pequeño pero acogedor. Precio muy competente, para repetir sin duda

Muy recomendable, especialmente por sus buenos vinos muy bien escogidos y sus tapas, todo muy bien.

En la puerta pone bar pero no lo, podrían cambiar el letrero y poner restaurante. Puesto que solo atienden para comidas y en orario de comidas

Un lugar perfecto para
Unas tapas. Muy bien situado Las raciones muy ricas, ensalada espectacular. El personal atento y profesional

Dicen que es un bar, y aunque es pequeño, yo diría que es un súper-bar. Nos dejamos aconsejar por ellos y todo lo que nos sirvieron estaba muy bien.
Ensaladilla, Ensalada de tomate de Santiago con queso fresco y sardina ahumada, calamares a la andaluza, empanada de Mejillones (un poco picante) : Espectacular. Sardinas rellenas de queso y pimiento: Espectacular. Y de postre canutillos rellenos de crema.
Situado en la plaza de Mazarelos, junto al arco de entrada, muy cerca de la catedral, pero algo fuera de la zona de bares y restaurantes enfocadas al turismo.

La terraza es muy agradable, el trato muy amable y las raciones muy ricas, sobre todo la empanada de sardinas.

Producto calidad, cocina excelente, precio equilibrado, vinos de todos los rincones (viejo y nuevo mundo) perfectamente servidos y asesorados por Xavi y Alejandro.y a los fogones María que nunca falla. Local de 1890 con ilustres clientes como Maside, Lorca, y que servía de puerta de entrada, por la antigua muralla compostelana, para los vinos que venían del Ulla. Sitio obligado para los locales y recomendado para los visitantes.

Excelente! La comida, la atención y la ubicación! Está en una plaza donde sospecho todos los demás restaurantes son muy turísticos y de cuestionable calidad (sospecha, no he comido allí). Así que cuando vimos este bar con aspecto más auténtico no dudamos en sentarnos en su terraza. Qué acierto! La tortilla con zamburiñas y jamón un espectáculo y la tarta de queso una obra de arte! Lo recomiendo muchísimo!