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Moi boa terraza, estiven no interior porque nese momento non había sitio fóra. O café, bo; mágoa non tiveran o detalle de poñer algo para acompañar. Ademais, chegou á mesa vertido no prato e non foron quen de cambialo.
Hay un camarero que no da a basto y, el que debe ser el jefe, mirando para el aire. Una vez que te atienden es un trato pésimo dejando la mesa igual de sucia que estaba, trayendo consumiciones de otras mesas y una vez que nos trajo nuestro pedido éste estaba incompleto (y eso que solo le hemos pedido 1 estrella, una 1906 y una fanta naranja). Nos han cobrado por cada cosa 2 euros (parece que hacen precio redondo quizá para no equivocarse con las cuentas). Es una pena que sabiendo que son uno de los poco bares del pueblo no se esfuercen en ofrecer un buen servicio.
! Un auténtico atraco! 3 vinos, una caña y dos tarrinas de helado 20€. Después de pedir el desglose admite que se ha equivocado (a su favor, claro está). Sencilla forma de echarnos para siempre.
Agridulce contraste entre la belleza de la zona y la calidad de los productos y la falta de profesionalidad de los camareros. Depende del día y la camarera puede tardar un poco menos pero siempre tardan en atenderte. No hacen comidas pero tienen una tienda que venden conservas y licores.
Por lo menos se estaba más fresco que en la ciudad, la cual había quedado a 39 grados y la terraza se encontraba sobre 29 grados a las 18: 25 h. El servicio al ser un día de terraza llena y fuerte calor, normal que no sea como a media terraza, El ambiente de llena a vacía tampoco es el mismo, así que unas por las otras. Fotografía en blanco y negro mostrando el ambiente de un día de feria década de los 80.
Bar no centro da vila moi concorrido pola xente local de todas as edades, dende 20 a 80. Teñen tenda de productos gourmet, incluindo bica (9'50- 12€). Trato amable, cercano e en galego! Anpla terraza na praza compartindo espazo co bar de ao lado. Bastante concorrido pola tarde.
Fuimos por la mañana y el camarero muy atento. Volvimos por la tarde y nos atendió el dueño: mal encarado y maleducado en el máximo grado. Preguntamos si hacían bocadillos y contesta malhumorado que no (cuando el camarero de la mañana sí nos lo había hecho). No volveremos.
Al llegar ni hola. Tres cervezas después en la terraza ni gracias. Al pagar e irme ni adiós. De pincho unas patatas fritas incomibles. La cara más desagradable de la hostelería. Hasta nunca.
Cafe Bar Grilo en Castro Caldelas junto al Cañón del Sil (Nominado como Espacio Natural de Insuperable Belleza al ser elegido y proclamado Patrimonio de la Humanidad) es Entrañable y lleno de Humanidad (valga la redundancia), cualidades que escasean hoy en nuestros días por doquier. Además, medidas de Higiene necesarias siempre, aún con más ahínco ante la epidemia sufrida por todos/todas los ciudadanos/ciudadanas españoles/españolas en todas y cada una de nuestras Comunidades Autónomas que en su conjunto forman nuestro querido Estado Español. Necesariamente, recordemos nuevas cepas distintas de la Covid-19 llegadas desde Reino Unido a España difíciles de controlar por los expertos doctores dada la mutación y singular variación del virus en su nefasta propagación y contagio.
La chica atiende súper amable. Pedimos capuchinos, colacao y helado, estaba todo rico. Fácil para aparcar Baños muy aseados. Lo recomiendo! Cerca de Banco Santander, hoteles y al lado del castillo.
Que asco de sitio, llame para encargar 4 hamburguesas me dijeron que fuera a buscarlas cuando quisiera que cierran a las 4 de la mañana, mi sorpresa al llegar desde A teixeira, el paisano me dice que no hacen de comer desde el covid que era una broma, que mamaracho me hice 1 hora de coche para nada y después logicamente nos quedamos sin cenar por el graciosillo del dueño
Buen cafe. Servicio muy bueno. Buenos precios. El único fallo es la pierta del aseo masculino. Tiene un CRISTAL que deja ver el exterior y el interior. Aunque es borroso, se distingue perfectamente a una persona al otro lado. Es raro raro.
Para degustar productos típicos en su tienda. Si lo visita el 3 o el 18 de cada mes (siempre que no sea Domingo o festivo que es el día anterior) puede degustar pulpo elaborado en la propia puerta del local.
Muy bien situado, en el mejor sitio de Castro Caldelas, amplia terraza fuera con sombrillas, dentro muy bien. Resumiendo, muy acogedor y atención exquisita.
Mal servicio con detalles feos por parte de los camareros. Ponían un pequeño picoteo a los clientes, pero a nosotros ni tan siquiera nos lo ofrecieron.
Lugar perfecto para hacer una parada y tomarte unos pinchos y unos cafes. Ambiente familiar con atencion excelente. En verano la terraza en medio de la plaza es francamente maravillosa.
Un ambiente agradable, y es el único sitio en Castro Caldelas en el que tomar leche de soja, y se molestan en hacer unas tostas con tomate aceite y sal como pincho adaptado a veganos