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Todo perfecto un 10 en TODO.no entiendo las críticas negativas quizás no tengas algunos clientes la categoría para acudir a un sitio tan BONITO.chicos seguir así. Xx
Fuimos a comer dos parejas con los niños, nos recomendaron un helado el cual pedimos y sabía mal porque o llevaba mucho tiempo congelado o se había descongelado y vuelto a congelar se lo dijimos y pasaron de nosotros, poco profesionales en ese aspecto cuando fue algo recomendado, las raciones bien.
La atención del chico que nos atendió para nada respetuosa, nos interrumpió cuando estábamos pidiendo de maneras no adecuadas. Y el postre en malas condiciones
Sr. Clientes. Cuando pidan raciones que sean en platos individuales, ya que parece ser que el cocinero tiene la costumbre de poner 1 racion y media y cobrarte 2. Nos pasó este domingo pedimos 2 y luego una tercera única, nos dimos cuenta de que las 2 servidas juntas eran iguales q la tercera (era churrasco) fácil de comprobar. Al hablar con el cocinero y después de un rato diciéndonos lo que habíamos comido, como si no lo supiéramos! Decidimos pagar una ración que no comimos y sabiendo donde no volver. (Honrados nosotros, cocinero tú, no"
Sitio con mal ambiente y la relación calidad-precio deja mucho que desear. El que supongo que era el jefe, continuamente berreando con los camareros detrás del local. Todo lleno de moscas y olía mal. Sobran sitios por esa zona a los que ir, donde se come mucho mejor y se está más a gusto.
El precio es caro y la atención de la camarera es de lo peor. Es muy desagradable y se comporta de manera muy descarada. Además está lleno de insectos que se ponen por todas partes y no te dejan disfrutar ni del lugar ni de la comida. Pedimos churrasco y nos llegó mitad crudo y mitad demasiado hecho. No volveré.
Chiringuito guapo, con sombras, bien atendido, rápido. Comí una paella que estaba riquísima. También es ideal para quedarse a disfrutar de unas copas en la sobremesa
El sitio está muy bien colocado, casi al lado de la playa, por lo que uno se anima a entrar. Las mesas y el estar al aire libre le dan muy buena imagen, pero todo eso se pierde una vez te sientas. Para empezar hay demasiados bichos volando sobre las mesas alrededor de la comida, los camareros van por ahí, de un lado para otro, como pollos sin cabeza y tardan en servir la comida, la cual muchas veces se podía ver colocada en la ventana de la cocina para salir sin que nadie fuese a cogerla. La comida en general está bien, aunque el precio de algunos platos sobrepasa su calidad, sobre todo con el churrasco, que nos sirvieron casi quemado y todo seco. La sangría te la venden como hecha allí, pero cualquiera que haya probado una hecha de verdad con una comprada, se da cuenta de que esa es de botella o de cartón. Helados casi no tenían ni uno de los que estaban en el cartel, y el postre era carísimo para un simple cuadradito de tarta que te daban.