Fogar do Santiso Compostela

Un sitio deplorable. Todo el local está muy sucio, las mesas están demasiado pegadas y los camareros te molestan al pasar, que pobres con lo rápidos que van no tienen tiempo para nada, ni para atenderte. Estuvimos esperando más de 20 minutos a que nos tomaran nota y otros 20 para que nos trajeran lo que pedimos. La comida escasa, falta de sabor y la carne cruda y sangrante. Las verduras estaban buenas, pero tampoco es muy difícil hacerlas mal. En resumen, todo el sitio es fachada atrae-turistas, el servicio horrible y cuidado de no clavaros ninguna parte de las sillas o las mesas, que están oxidadas.

Un trato exquisito y maravilloso. Muy recomendable. Nos recomendaron otros de sus restaurante, en Acoruña esperamos visitarlo pronto, donde ver sus propias cosechas, animales… en un lugar mágico.
Recomendamos probar Queimada con duende

Estuvimos hoy en este restaurante y a pesar de que estaba lleno nos dieron una mesa. La atención fue muy buena para la carga de trabajo que tenían, la camarera fue muy amable y la comida estaba buenísima. Volveremos!

Nos lo recomendó una amiga que es de Santiago (ya nos avisó de que iba a ser un poco más caro que cualquier otro sitio en Santiago). Comimos como reyes y todo estaba buenísimo. Las croquetas se derretían en la boca y la carne estaba buenísima. Te la sacaban con una piedra que iban cambiando entre tanto y tanto. Viene acompañado con patatas que cortan allí mismo. Bebimos dos copitas de vino cada uno. En total nos salió por 40€/pp (siendo 2).

Volveremos.

¡¡¡Experiencia para no repetir!

* Platos carisimos, pequeños y con escasa calidad gastronómica.
* Tiempo de atención eterno.
* Baño horrible
La cerveza es el único punto a favor.

Buen sitio reserva pues si no vas pronto se llena aconsejo que podais el vermú, es casero y esta excelente, los tomates y toda la verdura como el pan lo hacen ellos o son de su propia huerta, SE NOTA, el sabor y el trabajo realizado excelente.

Las empanada de carne muy regular. Las croquetas ricas, los postres exquisitos. Los camareros un encanto. El lugar enxebre, acogedor, distinto a lo habitual.

Supongo que es porque está zona de la Catedral, pero el sitio poco tiene que ver con lo que se espera, como 30 min en que nos tomen nota… una vez atendidos tan fluido fue que ni esperaron a que terminásemos los entrantes, llegaron con el plato principal, así que apura que no se enfríe….

Comida rica.
Si reservas que quede claro los precios y que esté por escrito para evitar sustos a la hora de pagar.

Fuimos a cenar tres personas, el sitio estaba muy frío y no resultaba agradable. Pedimos el churrasco de cachena cósmica, debe ser un tipo de vaca que pasa mucha hambre porque ni carne tenía. Una ración muy escasa que ni daba para repartir. Sin patatas, esas las cobran a parte. El camarero nos pudo avisar de que era poca cantidad para tres, pero ni vender saben. Al ver la ración pedimos croca y nos dice que la cocina estaba cerrada. Como dijimos que aquella ración no nos llegaba, fue a avisar al cocinero que estaba fuera fumando. Su cara era un poema! Ya ni postre ni café. Un sitio para no volver, debe ser que con los guiris del verano ya facturan suficiente porque a los locales no los cuidan en absoluto y somos los que estamos todo el año.

Muchas expectativas pero no volvería! Los empleados simpáticos, profesionales y correctos pero la comida no fue de mi agrado. Es algo personal y de gustos. Pedimos la empanadilla por probarla y no me gusto. La carne de la hamburguesa muy poco hecha y el churrasco duro por partes, seco y con mucha grasa. 42€

Las raciones muy escasas para lo que se paga. Además de esto el día que fuimos, hace dos semanas, pleno enero, todo el mundo estaba comiendo con la cazadora puesta porque hacía MUCHÍSIMO frío dentro. Comer con frío hace que la comida no te preste.
Nos atencio una chica primero, jovencita y muy agradable.

La comida del lugar era buena y de gran calidad. Sin embargo, el servicio no ha sido el adecuado, obviamente a excepción de ciertos trabajadores, que han hecho bien su trabajo y hablando con respeto al comensal. Por lo demás, un buen emplatado y un sitio bonito

Maravilloso lugar, la comida y la atención del camarero Eduardo excelente. La croca riquísima y buen precio las patatas ricas. El pulpo para mi le falta un poco de sal y pimentón pero rico igual q el pan. Precio- calidad excelente.

Relación calidad-precio un poco regular. Muchísimo humo en todo el local, entendible dado el tipo de comida que ofrecen, pero sería recomendable otro tipo de sistema de extracción de humos.

Fuimos a almorzar, pedimos solomillo de res y entrecot, me esperaba otra cosa, la carne no era sabrosa, he comido mejores carnes, me pareció caro para la calidad que ofrece. Había ido hace muchos años al primero (al de Teo) y la verdad, me había encantado, pero éste en Santiago no le llega ni a la suela de los zapatos. Tienen que mejorar la limpieza en los baños, son mixtos y no me gustó nada.

Nos ha sorprendido gratamente este restaurante, empezando por la decoración tan peculiar y el trato tan agradable de los camareros. La filosofía de vida, todos los productos de cercanía y ecológicos.
Pedimos una especie de zamburiñas (volandeiras) que estaban jugosisímas, hamburguesa eco que estaba terrible y churrasco.
Pero sin duda, la guinda del pastel la puso el mousse de queso que nos dejó sin palabras.
Nos quedamos con ganas de probar el resto de platos de la carta que tenían muy buena pinta
Si vuelvo a Santiago, volveré al "Fogar do Santiso" sin dudarlo.

Visita en grupo con menú degustación de productos del lugar: empanadas, zamburiñas… una carne de ternera espectacular, acompañada de patata horneada. También ensaladas, patata empanada y más. Cocina tradicional gallega con un toque de modernidad. Muy recomendable.

Un sitio agradable y amplio. Lo primero q llama la atención es el olor a leña en el fuego. Una carta no muy extensa, pero variada a la vez. Platos exquisitos y ecologicos, un servicio excelente.

Local diferente y espectacular. Excelente trato y recomendaciones sobre comida y bebida. Personal muy amable y rápido.

Un lugar único en Santiago, donde se respira pasado en cada esquina del local. Todo lo que pidas exquisito. Recomendable al 100%.

Sitio estupendo si te gusta la calidad, buena relación calidad/precio. La atención estupenda, sobre todo José. Volveremos

Excelente restaurante, acogedor y productos propios carnes y vegetales con huerta propia. Buenos vimos y buena atención

Lo cierto es que es un local que llama muchísimo la atención por su decoración y ambiente, muy conseguido, de verdad. Es un local amplio y, en mi opinión, con muy buen gusto en cuanto a dicha decoración.
El personal que me atendió me pareció muy agradable y eficiente, había bastante gente a la hora que fui yo y fueron bastante rápidos a la vez que amables y simpáticos, consiguieron que me sintiese muy cómodo durante todo el tiempo que estuve allí sentado.
La comida no me ha defraudado, no voy a decir que es el lugar más espectacular del mundo en este apartado pero en absoluto me parece malo, de hecho estaba bastante sabroso, primero me tomé unos callos que estaban bastante bien, se notaba bien condimentados y en una porción bastante ajustada. De plato fuerte me pedí un chuletón que me pareció bastante normalucho en cuanto a sabor pero que disfruté bastante comiéndolo.
Lo que sí me gustó mucho fue el pan, era de maíz, que me encanta y no suele verse por los restaurantes.
Las cervezas propias me decepcionaron un poco aunque debo de reconocer que las cervezas artesanas no suelen entusiasmarme salvo contadas excepciones.
En definitiva, no me parece un mal sitio para ir a comer, no es de los que iría "a propósito", como si fuese un objetivo, pero tampoco lo descartaría porque está bastante bien.

Un lugar tranquilo y agradable con una decoración curiosa. La comida muy buena y tienen el mejor vermut de la casa que he probado. Los fines de semana sirven queimadas, bebida típica gallega pero que ya se sirve en muy pocos sitios en Santiago de Compostela.

Acogedor, con toques de visos antiguos. Una brasa espectacular, tanto para verduras como para sabrosas carnes. Servicio muy amable. Precio justo.

Ubicado en pleno casco histórico, bonita decoración en plan rústico con un pequeño patio cubierto en la parte de atrás con mesas largas y bancos corridos. Tomamos unis berberechos de buen tamaño y calidad, solomillo de cachena y presa. La carne muy tierna y jugosa, en su punto, muy sabosa, con el solomillo nos pusieron una pequeña losa caliente para que acabes de darle tu punto. Buena atención y precios contenidos, cantidad justa.

Sinceramente, entiendo que trabajen con productos ecológicos, pero cuando se les acaban lo normal es quitarlos de carta. Te sientas, pides la bebida, pides la comida y de lo que quieres no hay. O te adaptas a lo que les quede o te tomas algo y te vas. Mucho ruido para pocas nueces.

Bonito restaurante ecológico. Se come de maravilla. El serbio de10 gracias por la recomendación.

Lugar con encanto, atención buena y comida muy sabrosa, precio equilibrado. Muy recomendable, sin dudarlo.

Se come muy bien, precios razonables y un trato inmejorable.para mí fue increíble comer rodeado de antigua maquinaria industrial maderera, me trajo buenos recuerdos de mis inicios.

Relación calidad-precio excelentes ya que entendemos que están en pleno casco antiguo de Santiago y el ambiente y la decoración son verdaderamente acogedores. Hemos comido verdaderamente bien. La carne es de una calidad superior y, en principio, todo lo que cocinan son productos locales, lo que para nosotros le da un punto extra! Si bien la extracción de la cocina podría mejorarse (al estar abierta sale algo el olor maravilloso a carne), sigo dándole un 5 porque todo, inclusive la atención, ha sido perfecto.

Local con encanto por su decoración, entre industrial y retro. Platos escasos y ante la petición de recomendaciones, muy cortantes. Caro con respecto a la calidad y cantidad. Y pudiendo compensarlo con un buen servicio, no fue así. Nos sentaron al lado del baño y nos tuvimos que levantar cada vez que era usado para cerrar la puerta, por la corriente. No repetirem os.

Cada vez q voy a Santiago siempre llevo a la gente a comer ahí ya q es un sitio agradable y buenos platos

Un lugar com pratos elaborados com produtos da sua horta e do seu gando. Ecológicos e com pratos para veganos tmbém. Pratos reintepretados com elementos (os calçots galegos espléndidos).
Preços contidos. Na mesma Rúa do Franco. Penso repetir quando volte a Santiago.
Depois de 2 anos voltei o pasado día 16 de Agosto. E a cousa foi ainda melhor do que a vez pasada. A vitela galega superior e os postres para repetir. Para voltar. Para mim imprescindivel em Santiago

Doy 4 estrellas porque no suelo dar 5 a no ser que sea lo más de lo más. Trato perfecto, el camarero conoce y sabe vender el producto. A ver, respesto a los precios, 75 euros para tres personas que comimos bien, me parece tirao de precio. Comimos bien a 22 euros por cabeza, habiendo pedido varias copas, algun entra te de picoteo, una carne y el pulpo, seguido de tres postres en los que la tarta de queso era perfecta, no cambies nunca la receta, por dios. El bozcocho de maiz si lo encontré un poco seco, yo lo emborracharía más o pondría un cuenquito con almibar al cliente, la tarta de chocolate y nueces, sin mas, no me pareció a la altura del resto, pero tampoco estaba mala. En resumen, local al que volvería y probaría mas platos

Lugar con muy buena decoración y con comida muy sana (ecológica y de proximidad). Raciones escasas y no probamos nada que nos entusiasmara.
Los camareros son amables y eficientes.

Todo muy bueno, personal muy amable.
Recomendable para comer en Santiago, productos de calidad de la zona.