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Un furancho de verdad. Casa rodeada de viñedos con una mesa al lado de un hórreo para tomar algo. Cae el atardecer enfrente. El vino está muy bueno y la comida igual, tortilla buenísima, zorza… y los postres caseros. Te ponen un pincho buenísimo. Pagamos menos de 15 euros por cabeza. Sin duda para repetir
Tardaron un poco en atendernos pero es normal, es un furancho de gestión familiar no un restaurante. Las raciones increíblemente abundantes y súper buenas, además muy baratas! Quizás es un poco difícil encontrar el sitio porque Maps te manda por la parte trasera del mismo pero sin problema!
Muy mal acceso al local, y Google no da las indicaciones correctas para llegar.
Toda la comida es correcta y está bien, salvo por el bacalao. No entiendo por qué no cambian la carta o al menos te indican al hacer el pedido de que no es a la brasa, sino a la plancha. Lejos de ofrecer una alternativa o una sincera. Disculpa por ello se limitan a sonreír cuando les dices que eso no es a la brasa.
Las raciones tienen buen tamaño, pedir la grande únicamente si se tiene mucho hambre o van muchas personas. Como en casi todo Galicia, se pasan con las patatas fritas.
Comida típica Furanchos, buena. Vino bueno y vistas también. Inconveniente: estar dispuesto a esperar más de 1h15 para llevarte a la boca el primer plato. Si vienes con hambre que sepas que va todo muy muy lento hasta para pagar. No había mucha gente.
El sitio es muy bonito. En la parte de arriba la puesta de sol se ve espectacular El personal es agradable y sirven rápido Mejor reservar para no tener que esperar por una mesa