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Sábado por la tarde y si horario de apertura pone que es a las 16: 00 horas. No abrió hasta casi las 16: 30 horas. Los helados están buenos, los precios algo caros.
Nos gusta ir a comer el helado aquí, el lugar es tranquilo, tiene colores relajantes y luces que cambian de color. Para nosotros que somos autistas es un lugar acogedor. Los helados están muy ricos, el trato es impecable, el café con leche es buenísimo, tanto que inclusive solo hemos ido a tomar café y no helado
Sin duda alguna de los peores helados que probé… pedimos dos tarrinas medianas de menta con chocolate y cereza y tengo que decir que me arre puenteo de ello… él d e menta con chocolate casi no sabía y el de cereza completamente sin sabor que de vez en cuando dejaba un poco de sabor a hielo. No la recomiendo para nada
Me pareció una mala heladería, de esas que han encontrado una receta de crema con más o menos buen sabor y les da por echarles una escencia por aquí, un fruto por allá, y te generan decenas de nombres con el mismo gusto. La atención es poco esmerada, en plan despachar y que pase el siguiente. Los precios son caros para ser un pueblo pequeño y el local, bastante grande para la poca demanda que parecen tener. Los horarios también son algo enrevesados. Qué va, que mejor ir al súper a por un bote comercial.
Lo valoro bajo porque ami me parece carísimo. Pero los helados se le da un 5, son artesanales y buenísimos. Eso hay que decirlo. Y la atención perfecto también. Disculpar mi valoración.
No se puede valorar los helados cuando se te derriten antes de acabarlos porque te los siven muy blandos. Tienen que estar más congelados, si pides tres bolas cuando llegas a la tercera ya está completamente derretida y si es en cucurucho acabas todo pringado. Mala experiencia, pero le daremos otra oportunidad.