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Una verdadera vergüenza de empresa. Llevamos más de nueve dias sin ascensor y aun no lo repararon ni dieron explicaciones de lo que le pasa. De verdad una vergüenza.
Tras pasar una agradable velada en un concurrido restaurante local, nos dirigíamos a nuestra humilde residencia cuando acaeció el triste suceso que relato a continuación. Subiéndonos a un ascensor preparado para soportar el peso de las personas que ocupábamos el cubículo no podíamos predecir que la desgracia acechaba entre cuatro paredes. Un pitido rasgó el silencio de la noche y nos vimos encerrados en un espacio minúsculo. La buena dicha fue que éramos cuatro educados caballeros que mantuvieron el temple y la calma ante tal situación. Pedimos auxilio y muy educadamente la técnico responsable nos lo denegó, colgándonos sin darnos solución alguna. Fue en este preciso instante cuando a nuestro auxilio salió un ilustre vecino, que decidió llamar de nuevo a la empresa siendo esta vez antendida la petición de rescate. Tras 57 minutos de calurosa y agobiante espera llegó a nuestro rescate un ángel sin alas pero con gafas que tras pronunciar las palabras mágicas abrió el ascensor: "cuidado con el escalón", dijo. Estrachamos la mano a nuestro salvador que nos deseó buenas noches con una afable sonrisa.