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En la hamburguesa de atún dice pan negro y traen blanco. Cobrar 7€ por postres que no son caseros, no me parece… y menos que en un menú infantil las patatas tengan pimentón, los nuggets con pimienta negra y el helado de chocolate sea de vainilla.
Fuimos a tomar algo un grupo de amigos. El servicio bien, la ubicación también, hay sitio para aparcar sin problema, los postres muy bien. Mi hijo tomó cheesecake y muy bueno. Las vistas excelentes aunque ahora mismo hay un andamio por obras. Lo malo, el extremo ruido a cierta hora de la tarde que se pone hasta la bandera y la música entremezclada, hay que hablar a gritos. Se vuelve un poco incómodo.
El sitio es muy bonito. La comida es simple pero estaba bastante rico y buena presentación. El servicio un poco lento y desorganizado bajo mi punto de vista. Los postres son lo peor. En la carta aparece un coulant de chocolate blanco por 7€ y no es para nada eso, es un coulant normal con una especie de chocolate blanco dentro sólido, no derretido como es un coulant.
Restaurante muy recomendable. Llegamos “tarde”, sin reserva para comer pero no tardaron en ubicarnos. Las vistas del restaurante son inmejorables y la comida estaba riquísima. Hubo una pequeña equivocación a la hora de servirnos el postre pero nos dio igual porque era algo totalmente distinto a lo que ofrecen en otros lados y estaba muy bueno. Cabe destacar la buena relación calidad/precio. Fue nuestra primera vez pero volveremos y lo recomendamos sin duda.
Lugar fantástico para comer con vistas a la playa, el único inconveniente fue acceder a la mesa con el carrito de bebé (ya que había escaleras) pero el personal intentó ayudarnos en todo momento.
El local no goza de las adecuadas condiciones de accesibilidad para todas las personas. Fomentar un restaurante accesible e inclusivo para no dejar a nadie atrás
El sitio estupendo, pero la música insufriblemente alta. La música tan alta le quita encanto, está bien para las copas a partir de las 12h d la noche pero para comer y cenar es agotador. Nos tuvimos q ir sin cenar, pq no se podía tener una conversación
Nos fuimos sin cenar.porque no aguantamos la música alta
El restaurante lo han decorado muy bien. Es muy grande y está en un sitio con unas vistas estupendas. La comida estaba buena. Tienen carta bastante amplia, aunque para mi gusto demasiado mezcla con especies y salsas exóticas (pero porque a mí no me sienta bien ese tipo de comida). Me sorprendió el bocata de calamares que con el pan bao le da un toque entre soso, dulce y salado.probamos de postre el brownie y estaba bueno, aunque tampoco el mejor que he probado. Los precios un poco elevados, pero teniendo en cuenta donde está, etc es predecible. Sin embargo encontré u os cuantos detalles que no me gustaron. Pese a ser un sitio "muy pijo", con tanta difusión en redes, varios camareros iban a atenderte con la MASCARILLA por debajo de la NARiZ! Cosa creo que más que inadmisible a estas alturas. Por otra parte, aunque supongo que por ser semana santa contrataron más personal, algunos se les veía perdidos y acudían dos a la vez a la misma mesa. Y ya el detalle más feo, fue que habíamos reservado para dos personas. Queríamos fuera porque preferimos por tema covid y nos dijeron que solo para más de 4 personas. Dentro aún así estaba muy distanciado, aunque muchas ve tas no tienen, pero el problema fue que nuestra reserva no apareció por ningún lado. Y luego por encima cuando nos fuimos vimos a dos personas en una mesa en la terraza. Es bueno para tomar algo en la terraza de arriba con buenas vistas pero un día de semana o no en temporada alta porque estará hiperssturado de gente.
Un lugar realmente precioso y con una ubicación privilegiada. La comida está también muy bien. Una muy buena variedad de platos La atención también es muy buena por parte de los chicos que trabajan allí.
De los platos que pedimos los langostinos crujientes son exquisitos. Las volandeiras son una opción interesante con la salsa que los acompaña.
El arroz con su pata de pulpo y las vieiras una maravillosa opción y las carnes como buena carne gallega no defraudan.
Los postres también están muy buenos, aunque he de admitir que en el soufle no fui capaz de identificar la mandarina, aún así está riquísimo.
Muy buena experiencia. El sitio tiene muy buenas vistas y por dentro está decorado con todo detalle, tanto la zona de exterior (que en invierno tiene una carpa) como la del interior. Ahora en navidad está precioso. Con respecto a la comida todo lo que pedimos estaba muy bueno. Recomiendo el tataki de atún y el lomo de vaca. En caso de ser varios comensales tras varios platos de tapeo, el arroz meloso es una buena opción ya que trae bastante cantidad. La atención del personal muy buena, todos muy eficaces y amables.
Bonito lugar pero la comida. La carta es pequeña Raciones tirando a pequeñas De sabor aprobado alto Los postres TOP. Lo recomiendo para una celebración especial
La idea era cenar y tomar alguna copa pero la música atronadora nos echó literalmente del sitio. Tal vez a otra hora de copas pudiera tener sentido, no a las 9 a 10 de la noche, en que no se podía ni hablar y menos disfrutar de una cenita tranquila al lado del mar.
Esta bien es un lugar acogedor y la verdad los camareros super atentos y eso que fui en verano cuando mas gente tienen pero súper bien. La comida está rica no es un sitio barato pero bueno supongo que las vistas y todo ayudan a que no cueste tanto pagar. La carta bien pero bueno un poco sin más quizás me guste mas como para tomar algo que como para ir a comer o cenar.
Lo que era y lo que es… de restaurante tranquilo de playa pretende convertirse en el nuevo Pacha. Una pena no poder disfrutar del lugar y del entorno ni estar en la playa sin escuchar el Dj a todo volumen
Cuando acudimos a un local siempre lo juzgamos por el producto que te sirven y por el trato que recibes. El problema que tienen aquí es que no buscan fidelizar a la persona que se sienta en su mesa, el sitio es espectacular y juegan esa baza. Cuando entras no ven a un cliente, ven una facturacion y sino vuelves no pasa nada, somos los 3 monos y el local lo vamos a llenar sí o sí. En la zona hay opciones gastrónomicas más válidas y con un trato más cercano y atento. Como bien dice una crítica anterior es un sitio para tomarte una copa (que la pagas bien) en su terraza exterior y poco más. De lo que comimos salvamos el salmón marinado y el resto aprobado pero sin ser destacable para el precio que pagas. Nuestra segunda visita y ya la última.
Mala experiencia. Se olvidaron de parte de las consumiciones, y un vez pague de olvidan de traer la vuelta. Las vistas muy bonitas pero la atención pésima, por mi parte no volveré.
Lugar espectacular, edificio moderno, servicio de 10, comida top, todo con unas vistas impresionantes al mar, mis recomendaciones son.croquetas caseras de centolla, langostinos crujientes en kataifi, la burger de vaca gallega con San Simón está de vicio, los postres muy buenos, ambiente muy bueno, todo muy currado, 100% recomendable!
Espectacular vista de la ría. Decoración original, con un pequeño jardín japonés. Gran terraza, espaciosa y cubierta con una pérgola que te protege del viento y la lluvia. Buenos cócteles y tapas. Ambiente agradable, moderno. Nada que ver con lo que había antes.
Por fin un sitio en Marín con un menú diferente y como se suele decir: "en un marco incomparable". Los platos diferentes, ricos y de calidad. Muy, muy, muy recomendable. Volveré sin lugar a dudas.
Lugar espectacular con vistas al mar en plena playa de Aguete, con bajada directa a la playa. Tiene tres plantas todas acristaladas. Da la sensación de que entran las olas dentro del restaurante. Fuentes, plantas y decoración exterior e interior de lujo. Personal educado, atento, servicial y encantador. Cocina gourmet y con precios de tapeo popular. Está siempre lleno y hay que reservar.
El lugar es genial, a pie de playa, sobre un acantilado, incluye terraza cubierta. La relación calidad precio, no está en consonancia, el responsable del restaurante, no necesita corregir a su personal, en público, para demostrar quién es el que manda. Este hecho ha ocurrido en mi presencia, organizando dos mesas para un total de siete personas. Lo siento.