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He estado 4 dias ha sido fenomenal super acogedora, mucha tranquilida buen trato, ubicada al lado del monasterio de carboeiro con unas vistas muy especiales.
Por pedir la misma atención que al resto de comensales nos han llamado muertas de hambre! Nos han puesto el PAN cuando casi hemos terminado el pulpo y nos han puesto pintxo cuando ya casi terminamos el vino! El sitio bien el camarero calvo pues que queréis que os diga. Buscará empleo en nada.
Es un local con una gente encantadora, que te hace sentir como tu propia casa, de vez en cuando tiene conciertos en directo, peocuran cuidar a l clientela y te ponen buenos pinchos con la consumiciòn.
Un bar fabuloso para ir con amigos a tomar alguno de sus fabulosos batidos en verano, suelen poner pinchos con la consumición y a destacar entre sus tapas está la pizza. Tranquilo, acogedor y con un servicio excelente.