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Agradezco a los posaderos porque tenía miedo de perder mi vuelo por quedarme dormido. Pero era consistentemente ruidoso bien pasadas las cuatro en punto. No sé si en Santiago no hay momentos de tranquilidad en los espacios públicos, si es así, en este lugar no se cuidó que los comensales de este restaurante sean considerados con los comensales de los alrededores que buscan un buen descanso y se les permitió cerrar la puerta en voz alta. Muy inaceptable. Aquí el posadero tiene la responsabilidad de que en algún momento estará tranquilo afuera. Así que ahora estoy sentado frente a la puerta del albergue a las cuatro en punto y estoy despierto. Gracias por la noche de insomnio cuando mis tapones para los oídos fallaron por primera vez en mi peregrinación de 2000 km.
No hay nada de ambiente, las camareras desagradables y el portero un viejo verde que se dedica a vacilar a sus clientes, no sirven en mesa y no hacen nadas secas. El sitio es demencial, lleno de humedades y sin limpiar desde hace años…La música de todo menos actual. En conclusión si lo estás pensando aprecia tu pelo por si pillas piojos.
Todo el personal un borde. No merece la pena ir solo por el trato del personal. Me trataron fatal. Son unos bordes. No tienen copas de plástico ni para poder salir a fumar, y no te dan soluciones. Además te hablan super borde como si no te quisiesen que estés ahí. No merece la pena. Da igual lo que me conteste a este comentario el personal del bar. No merece la pena. Si estás pensando en ir de fiesta aquí, no vayas. Es carísimo, valen 8 euros las copas y 4'50 las cervezas. Una vergüenza.
De los peores bares que he estado en mucho tiempo. En las mesas de fuera al menos las vistas son agradable pero dentro, en el sótano, es un antro que deja bastante que desear. La camarera no parecía que tuviese muchas ganas de trabajar, a estas alturas no aceptan pago con tarjeta, estaba todo bastante sucio y olía demasiado a moho. Si no fuera poco, el futbolín no funcionaba, después de echarle dos euros, cuando fuimos a avisar a la camarera, va y nos responde que sí que funciona y se queda tan ancha, no intenta ni ver qué le pasaba. El lugar dentro estaba vacío, ni música de ambiente había.
One of the worst bars I have ever been in a really long time. At least outside the views are nice, but inside, in the basement, the place is a dump. The server didn't seem like she wanted to work at all, they don't accept credit/debit cards, everything was quite dirty and it smelled like mold. If this wasn't enough, the foosball table was broken and after putting some money on it, when we informed the server, she replied with "yes, it works" and that's it, not even the smallest attempt to check or help us. The place inside was empty, not even background music.
Cada vez que voy a Santiago descubro algo nuevo. En esta ocasión ha sido gracias a una amiga que está trabajando allí.
Una plaza llena de encanto y el lugar es maravilloso por dentro. El portero un amor y la camarera que me atendió muy amable. El único pero es que no tenían estrella Galicia.
Estaba en mi noche de fiesta de sábado cuando en un momento de ráfaga de viento y la puerta abriéndose, algo que ya estaba en el ambiente se me metió dentro.un airecillo como el polen de primavera.un nosequé, queséyo, e hizo que mi noche se convirtiese en algo borroso e indescriptible. Que sería?
Desde que descubrí este lugar durante mi etapa universitaria no me he cansado de ir. En el pasado estaba convencido de que tras esas escaleras que conectan con la Plaza de Quintana no había nada, si eso una callejuela sin salida o algo similar. Hasta que fui. Como cuando desbloqueas parte de un mapa en un videojuego, me encontré con un lugar único en el que confluían pacíficamente todo tipo de sujetos. El local tiene unos dardos justo a la bajada de sus escaleras, donde la barra, y un futbolín en una de sus salas intermedias donde los baños. Es un buen futbolín, una zona muy divertida. Luego hay una pequeña sala de baile donde pinchan DJ's distintos cada día (en su cuenta de instagram suelen poner la programación, cunde los sábados noche que es cuando pincha Deejay Mil, un crack). Los precios de las consumiciones casi como en cualquier sitio, pero ya sólo por el ambiente cunde. Como todas las semanas, nos vemos este finde. O no. O que sé yo
Esto no es lo que era ni de muy lejos. Uno de los locales más emblematicos de la zona vieja compostelana se ha convertido en un abrevadero para chavales. Da pena ver en lo que ha terminado un local que deberia estar protegido por Cultura en el Ayuntamiento. Una pena.
Precioso local de la zona vieja. Ahora ha reabierto con fuerza fines de semana con música de los ochenta y zona de bailoteo al fondo. Buen ambiente y buenas copas en un emblemático local de la vida nocturna de la ciudad.
Dúas opcións: es un carroza ou gústache explorar e a estética dos vellos tempos, tanto hippies como rurais. Cores, pedra que cheira a fume e bos cócteles en alegre compaña nun ambiente pacífico. Non sei por que non atrae máis xente, pero polo menos así mantense como luciferino segredo.
Otro pub mítico en Santiago. Xa miedo entrar, pero es un sitio muy acogedor. Es un sótano y parece que no lo limpiaron nunca. Pero es un sitio genial para tomar unas copas.