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Un parque infantil completísimo y muy bien cuidado, en un entorno con unas vistas preciosas. Un tobogán enorme de varias plantas que hace la alegría de los peques. Vale la pena la visita.
Está muy bien, la verdad. Nos encantó y los niños lo pasaron muy bien! Está cuidado, poca gente y en un sitio bonito. Volveremos la próxima vez que vayamos a Santiago!