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Es un rincón genial para comer en familia (pizza, pasta, etc.) La pareja que regenta el restaurante, nos atendió con una amabilidad increíble, aunque ya era tarde cuando llegamos al restaurante (fuimos el 20 de agosto). Muchas gracias!
La pizza estaba muy buena, aunque nos dijeron que con una pizza grande para dos seguramente no pudiésemos más, y tampoco es que fuese super grande. Tenía un tamaño normal y de masa fina, así que podríamos haber comido más. Por si vais con hambre.
Decepción. Sábado noche. 21: 15. Llegamos.nos acercamos a la barra con intención de pedir unas pizzas para llevar.y después de 15 minutos y habiéndonos visto todo el personal al menos 5 personas.del establecimiento.se dirigen a nosotros y nos dicen que no nos pueden atender.pero que si queremos una pizza que se habían equivocado de comanda.que es lo único que nos ofrecen.nos la podemos llevar. No llevábamos prisa por esperar.e incluso es normal.pero que no te den ni la opción de esperar.en una pizzería.no lo he visto nunca. Incluso un grupo de 6 adolescentes que entraban cuando nostros y una pareja.se tuvieron que ir porque les dijeron que no. Intentamos llamar para ver si a domicilio nos las llevaban y fue inútil.no cogían ni el teléfono. En fin.para no volver.
Estamos de vacaciones, en cariño y nos acercamos a cenar y la verdad que las pizzas estaban buenísimas, pedimos dos grandes, nos las hicieron mistas y a cuál mejor y el trato estupendo, muy amables. Sin duda os lo ha consejo.
Local con pizzas de calidad y con muy buena relación calidad-precio.
Llamamos y reservamos una mesa para dos. El local es amplio y está muy limpio. Pedimos dos pizzas, una con champiñones y otra al gusto (jamón york y piña). Lo que más nos gustó fueron la masa de las pizzas. Estaba buenísima!
Sin duda, esta pizzería es una de las mejores en las que he estado; y he tenido la suerte de disfrutar de las pizzas en Italia, Escocia, Túnez, Costa Rica, Francia, Holanda, etc. En este bello rincón de Galicia encontré por casualidad a un cocinero italiano que, junto a su señora, han conseguido crear un restaurante de diez. Son personas honradas y trabajadoras que te hacen sentir como a uno más de la familia. Un sábado por la noche, con el restaurante lleno, consiguieron hacernos hueco a un grupo de ocho personas abriendo solo para nosotros una sala que tenían cerrada. Pudimos disfrutar allí de varias pizzas y un delicioso tiramisú. La atención de una joven camarera y de su jefa fue perfecta: rápida, atenta y amable.
Si formas parte de la religión de los amantes de la pizza, debes peregrinar a este templo en Cariño.
Un sitio estupendo. Muy recomendable. Mi favorito en todo el pueblo. La comida riquísima, platos abundantes y deliciosos. El trato increíble, muy cercanos y amables. Los postres, increíbles!
Pizzeria gestita da un italiano e si vede. Buona pizza servita dai simpatici gestori e l'unico caffè bevuto in Spagna che possa avvicinarsi a quello italiano!
Atención increíble, maravillosa, las pizzas buenísimas italianas de verdad, y su picante.gracias por regalarme los pimientos 2 horas después y todavía me arde la boca, jajaja
Servicio rápido, muy atento y amable. Comida casera y estaba todo delicioso. La dueña nos aconsejó qué pedir y nos advirtió del tamaño de las raciones. Realmente abundantes. Con 1 tapa de lasaña y la pizza grande comimos 2 personas comimos de lujo. La bechamel de la lasaña era muy suave. La masa de la pIzza fina y crujiente. Y grande. Todo un acierto por la cantidad, la calidad y el buen precio.
Desde que entras por la puerta te sientes como en casa y eso que veníamos de Salamanca. Muy atenta y cariñosa hasta en la comida. Increíbles las pizzas caseras!
Il Vesuvio es una pizzería de toda la vida, conocida en Cariño por sus deliciosas pizzas al horno de leña, sus pastas y su exquisita lasagna bolognesa (esta última solo los fines de semana, festivos o por encarga).
El local es muy acogedor y el personal, atento y amable. Cuenta, además, con un amplio comedor donde pueden celebrarse cenas de grupos, fiestas y cumpleaños.
Además de las especialidades italianas que ofrece (Michele es un gran embajador de su gastronomía), se pueden degustar ricas tapas y raciones de comida tradicional los fines de semana. Recomiendo la pizza bolognesa, los fusilli al horno, la pizza mare y monte y todas las variantes de carbonara.
Los locales lo conocemos bien y, por ende, podemos decir que Il Vesuvio es un lugar que no se puede dejar de visitar.
Nos sorprendió gratamente este local, ya que al entrar nos pareció un tanto desangelado porque la zona de comedor estaba vacía (eran las 14h de un sábado de agosto) y únicamente había 3 ó 4 personas tomándose algo en la barra. Pero desde el primer momento nos trataron con mucha corrección y amabilidad y nos trajeron la comida enseguida. Pedimos tres pizzas, muy ricas las tres, puesto que las hacen en horno de leña y eso les confiere un sabor especial. El tamaño era considerable, incluso nos sobraron unos trozos y nos los dieron en un tupper al terminar. Por las pizzas, las bebidas y un café nos cobraron casi 47€, un precio más que ajustado si tenemos en cuenta la buena calidad de la comida. El local es bastante espacioso, lo que permite que haya distancia suficiente entre las mesas y nos dio cierta sensación de intimidad en cuanto fueron llegando otros comensales. Se puede pagar con tarjeta y no es complicado aparcar cerca. Si estáis por la zona de Cariño, no dudéis en visitar Il Vesuvio.
Un lugar agradable y con pizzas riquísimas (recomiendo la de la casa!). El trato es genial y son muy agradables. El precio está bastante bien, nosotros (3 personas) pedimos dos pizzas medianas y junto con las bebidas fueron 36€ y salimos llenos! Eso sí, si no fuera por las mocas, habría sido mucho mejor
No exagero si digo que es la mejor pizza que he probado nunca, simplemente no puedo sacarle pegas a nada, buen servicio, muy buena comida y el precio acorde con lo que pides. Muy recomendable
Pizzas normales tanto de variedad como de precio, eso sí, ricas y con una masa muy buena y bien hecha en horno. El camarero muy amable, pero después de terminar de comer ni preguntan si quieres postre o café, mientras a los otras mesas si, y eres como un fantasma en el restaurante. Mucho que mejorar, puesto que el trato al cliente debe ser preferencial.
Lo mejor el camarero, amable, atento, y muy majo, el solo para todo, barra, mesas. Eso si, pedimos unas cañas, y nos trajeron tercios, y calientes, muy calientes, inaceptables en pleno verano te traigan bebida del tiempo. Al pedir jarras frías, una de ellas olía a podrido, fatal. Las pizzas, de lo más normalito. No volveremos.
Magnífica masa de pizza con las clásicas variaciones, se nota que la hace un italiano. Ricos también el resto de platos, especialmente las pastas. Trato profesional y cordial. Encantadores! Muy recomendable