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Yo no tuve tanta suerte. Cuando uno dona no espera reconocimiento pero si un “ hola, dígame. No soy de Lugo, andaba de paso y pase por ahí y me apeteció dejar mi donación. Doné una ropa casi toda sin estrenar. El señor que me abrió la puerta me pregunto: que quiere”? No fue para nada agradable. Se comunicó por teléfono avisando que yo estaba ahí y logré Escuchar responder del otro lado del telefono: “ que la dejé allí y ya está! “ Déjelo ahí, me lo dijo de espaldas. Dejé el bolso sin estrenar y la ropa también en el piso y me fui con un mal sabor.
Me arrepentí pero luego me dije: Haz bien y no mires a quien.
Un hola y un Gracias no cuesta nada Ser amables tampoco
Es un sitio increíble! Grande, atentos y cordiales, cercanos, con un jardín increíble, por otro lado la comida es excepcional y la gente está muy contenta de estar allí y para mi es lo que mas me vale, tengo a mi abuelo allí y vino de otra y hasta le cambió el color de la cara. Estamos encantados con las hermanas y con la madre superiora y como no con toda la gente que trabaja allí y hace posible que nuestros más mayores estén bien.