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Hoy paramos por primera vez y nos trataron muy bien los nuevos jefes Rafa y su esposa pedimos calamares y zamburiñas y todo muy bueno y servicio rápido muy atentos
Muy buena gente. Educados de los de antes, muy buena cocina y casera. El típico sitio, que si cambiara de dueños o hiciesen reformas, ya no iria nadie.
Cocina casera con productos de buena calidad y bien elaborada. La sencillez, cercanía y tranquilidad, son detalles reconfortantes. Precios muy ajustados y asequibles. Rincón familiar, agradable y con un toque enxebre. Muchos años llevo yendo a comer y cenar, confío seguir haciéndolo muchos más.
Espectacular bar de tapas a la vieja usanza, atendido por una pareja de edad, la cuenta en hoja de bloc cuadriculada, y por supuesto solo efectivo. Para ir casi todos los días.
Menjar casolà, però poc variat. No deixen carta ni menú. T'ho diuen i sense dir els preus. La parella gran que ens va atendre va ser encantadora. El menjar estava bo. El preu el vam trobar barat.
Sitio de los de toda la vida, los dueños son encantadores y el servicio exquisito. He desayunado allí, y quedado para cañas o cafés y siempre muy bien y bien de precio. No he probado la comida, pero tiene muy buena fama. El bizcocho casero que hacen y ponen con el café es buenísimo.
Salvo la estética que se ha quedado un poco antigua, el trato es impresionante, buenos pinchos, los dueños muy majos y buen producto. Además sede donde jugar al Mus.
El peor restaurante de que tengo memoria. Infame la comida - unos calamares a la romana y unas croquetas, ambas cosas blandengues - e infame el personal. Nos dijeron que no tenían una carta, así que preguntamos de antemano el precio de los calamares: 7,50€. Al momento de pagar, nos cobraron 2,50€ de más y sin ticket. Cuando le pedimos explicaciones, educadamente, el tipo se puso agresivo diciendo que los calamares valían 10€ porque les habían añadido patatas fritas (que nunca pedimos) y nos arrojó parte de la diferencia encima de la barra con mala crianza. Recomiendo mantenerse alejados de este antro.