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Esto en el Caurel alta montaña el bar mas enxebre del munfo enxebre todo naturalez todo hecho de arboles ardidos caidos ardio de 20020 ha 13000 ardieron verano del 22 se acaba mas de 3000 aldeas 1 cada semana cerrada mayores es muy bonito ir en verano pero vivir de la tierra. Solo trabajar por si solo termina casas rurales si pero viendo no por dentro un paraiso y el bar único a sierra todo maravilloso natural todo
Terraza exterior. No admiten perros y te invitan a dejarlos ATADOS y SOLOS en una zona alejada. A unos kms en coche está la terraza del chiringuito O Eido, muy enxebre y el personal es encantador con los clientes y sus mascotas.
Siento deciros que si tenéis la intención de ir con perros no vayáis, no admiten. Es una pena que estando al aire libre no dejen. Bastante decepcionada.
Como lugar es encantador, con buenas vistas, decoración y curioso. No he comido, pero se ve que tienen un horno artesanal para la carne. Recomendado parar, aunque solo sea para tomar algo.
El sitio es un paraíso, solo fuimos a tomar algo, porque lo descubrimos de paseo, volveremos a comer, previa reserva, porque vi una ensalada con productos de su huerta que habrá que probar
Sitio espectacular, tanto el entorno, como la cantina. La comida tienen un menu sencillo pero muy sabroso, la tarta de castañas estaba buenísima, muy recomendable
No os recomiendo este sitio, después de un viaje de más de 8 horas no nos dejaron ni comer, ni tapear. Así que os recomiendo comer en otro sitio donde sean más hospitalarios.
Este sitio es mágico, es mejor venir a verlo. Lo mejor, sin duda, la maestría de Manolo tallando la madera y el trato ESPECTACULAR, de Aida y Lara. Buena suerte, Aida, Stefan y Leo en vuestra próxima aventura.
Un sitio espectacular, los detalles muy bien cuidados aprovechando al máximo el paraje dónde está situado. La comida deliciosa, muy atentas, servicio rápido.
Lugar digno de visitar por su originalidad! En plena naturaleza, una maravilla todo de madera. Respecto al menú, si bien es cierto que es carne y ensalada, y no hay más donde elegir, la calidad es muy buena, y muy bien de precio. La tarta de castañas, espectacular!
No hay muchas palabras que pueda aportar a este pequeño paraíso montañés, padre e hija al frente de un negocio tan especial, la comida el servicio, la sonrisa que nos dedica nuestra querida Lara, y un Gracias a Manuel que nos deleita con esa música, que tanto lo caracteriza.
Si no llevas reserva ni te acerques que te echan a patadas. Llegamos agotados después de muchos kilómetros, y ni siquiera en la barra nos dieron ni un trozo de pan.
Lugar idílico y muy "élfico", pareces que estás en Rivendell. Personal encantador. Menú exquisito con productos de la zona y a muy buen precio. Una delicia de sitio.
Lugar difícil de describir si no vas. Parece la guarida de os duendes o incluso de los vikingos… Todo de madera, mesas, sillas, lámparas, aseos etc En agosto abierto a partir de las 13: 00 Posibilidad de comer, cenar o tomar algo Especialidad en churrasco Dispone de terraza, de hecho todo es terraza No se puede ir con perro
Un lugar enxebre para disfrutar del entorno en el que se ubica, sin duda disfrutas de la experiencia. En cuanto a la comida, una vez que te sientas te ponen un poco de cecina con aceite de oliva para picar y a continuación ya te ponen solomillos de ternera a la parrilla, no puedes elegir, al menos la vez que hemos ido nosotros, la carne está buena pero bajo mi punto de vista un poco seca, la carne la acompañan de una buena ensalada sencilla. De postre a nosotros nos dieron a elegir tarta de castañas y chocolate o queso do Cebreiro con miel, esto último buenísimo para quien le guste el contraste dulce-salado. En general es, como he dicho, un lugar espectacular para disfrutar del entorno pero con comida muy sencilla, el precio entra dentro de lo normal para ser ternera.
Un poco pobre. El sitio es muy bonito, y la chica que hace la carne, le tiene cogido el punto, y la hace muy rica, y la salsa también es muy buena, pero le noté en falta unas patatas fritas con la carne, y el jamón que ponen como entrante, también escaso, y por el precio que tiene, creo que también podía incluir un vino de la casa.
Hermoso. Un lugar realmente bello donde todo está hecho a mano. La dedicación y arte del dueño hacen que sea un lugar mágico. Si hubieran más estrellas se las daba. Hacía tiempo que no iba a un lugar con tanto encanto.
Lugar excepcional, pero no recomendable para niños o los que quieran elegir plato. Carne o carne a la brasa, por cierto muy buena y ensalada. No puedes elegir ni siquiera patatas fritas. Precio alto para el tipo de comida
Cómo se anuncia como restaurante le voy a dar dos estrellas siendo generosos, si se me pregunta por el rincón, el bar, el entorno y el sitio en sí, no me llegarían 5+5 estrellas. Es un sitio mágico, con una gran pega, su plato único principal es un desastre, la carne desmerece el lugar y el buen nombre y fama de las terneras gallegas. Poco o nada sabrosa, seca, con dificultad para masticar, se camufla con una salsa casera bastante buena. Para ser la única opción del menú, con las crocas de ternera gallega que tenemos en esta zona esto es un jarro de agua fría, pero como está lleno de todos modos, les da igual. Destaco la tarta de castañas y chocolate, muy rica. El lugar practicamente inmejorable.
Un lugar acogedor, que unido al espectacular entorno y al conjunto de moviliario, elaborado manualmente y con exquisito gusto por su propietario, hacen que este rincón del Caurel sea un relax para nuetras mentes.
La carne a la brasa excelente, aunque hecho en falta un toque de algo ''enxebre'' de la zona.para sacar mayor provecho a esas brasas que resaltan en ese horno, hecho con manos de un auténtico escultor.
Me sobra la suave música ambiental, no porque sea mala, sino porque valoro mucho más, la sinfonía de las cristalinas aguas del río, que baja de la sierra salpicando las piedras y maderas de este exótico lugar.
Hace años íbamos a cenar y lo pasábamos muy bien, los perros de la casa por el medio y sin ningún problema, hoy fuimos y nos tuvimos que ir por qué no pudimos tomar algo con nuestra perrita, no admiten mascotas. Vaya desilusión.
Era habitual del lugar nunca me dejaron pasar a mi perrito pequeñito, me parecía normal, este año mi perro estaba en el coche y un otro grande en el restaurante, no me parece bien hacer diferencias entre clientes
Lugar pintoresco, peculiar o como se quiera definir. Para tomar un café una cerveza o una copa, vale. Psra comer, no lo recomiendo. La comida deja mucho que desear y la variedad brilla por su ausencia.
Curioso y bonito lugar donde arte y artesanía se unen en la elaboración de los muebles y todos los espacios. Excelente café de los de antes, de los que ya no encuentras.
Impresionante todo tallado a mano por el dueño y espectacular de ver se come excelente pero un peligro caro pero merece la pena pagar lo que vale porque lo vale!
Sin palabras, simplemente que tan sólo al entrar parece que te traslades a un cuento de hadas, y esa sensación conseguida por el esfuerzo de trabajar la madera con arte y amor, solo me tome un café porque lo descubrí por casualidad al pasar por la carretera, os lo recomiendo, tan solo como mínimo un café y la música del agua del río al pasar que casi entra sus aguas en la estancia, bueno hay un puentecito a un par o tres metros de la barra al cauce del río, tranquilos que no os mojareis mientras coméis, o alomejor si, descubrirlo ustedes, a mi me traslado a un cuento de hadas y me sentí como una niña fuera de la realidad del mundo, y solo estube como unos diez o veinte minutos.
Seamos sinceros con las reseñas. El lugar mágico, museo de la talla de la madera, pero la comida mala, muy mala, horrible. No cocinan nada, plato único unas lonchas de cecina normalitas, una ensalada del Eroski y una carne pésima, intragable hecha en un grill, fría, insípida e inmasticable, no fríen ni patatas. De postre una tarta de castañas comprada en confitería cercana. No admiten tarjeta. Todo es B en este sitio.
Si la Sierra del Caurel ya de por sí es un sitio único esta Cantiana tienes que visitarla, es un museo de la madera, el dueño un artista que todo lo que ves le dio forma con sus manos durante años. Yo alucine! No le falta detalle en nada, Tomarte algo con el ruido del agua, sirven cenas pero no esperes una carta para escoger. Carne excelente al horno y ensalada. Postres caseros.
Impresionante, buen sitio para comer, plato unico, Cecina, Ensalada, Carne a la plancha, postres y cafes. Las bebidas son aparte. La comida riquisima y la carne en su punto. Ideal también para tomar unas cañas. Recomendadisimo.
Muy recomendable. Aunque es necesario reserva, para un momento de descanso y disfrute del entorno tampoco está nada mal. Personal muy atento y lugar muy acogedor, a la par de artístico.bravo por el/los artistas que lo ha/n logrado.
Recomiendo el lugar totalmente. Estas como en un cuento comiendo encima del remanso de un río, escuchando la naturaleza en una aldea típica gallega, en un lugar muy tranquilo, exquisitamente acogedor, en el que te atienden rápido y bien. Podrás pasar horas mirando todos los trabajos de madera tallada a mano del lugar, desde sillas, mesas, lámparas, lavabo, puentes etc.
Maravilla de restaurante integrado en plena naturaleza, nunca había estado en ninguno igual. La comida solo carne (buenísima), ensalada y postres. La atención de diez. Espectacular.
El sitio es precio y super original, no comimos, paramos a beber algo y lo cierto es que nos clavaron un poquito pero el lugar es muy muy peculiar. Merece la pena entrar
Un sitio espetacular. Donde sale a ruta mais dura de galicia. Parada obligatoria. La comida no la probe, pero la pinta en ese horno era espetacular. Mas que un museo de madera.
Increíble. Perdido en el tiempo. Lugar sorprendente, entrañable y recordándote la naturaleza por cualquier parte. No hay carta paro no la necestas. Comida fresca y muy agradable con productos propios. Abundante. Todo en su punto. Hacia tiempo que no comía en un lugar con parecidas características.
El sitio es precioso, tanto la decoración como el entorno. Pero la comida no es nada del otro mundo. Es un plato único de carne con ensalada y una tapa de cecina como entrante. Y de postre, una tarta de castaña que tampoco tiene nada de especial. A pesar de la comida, repitiría sin duda porque el sitio y el entorno merecen realmente la pena. Creo que también se puede ir solo a tomar una bebida en la barra, y así no es necesario gastarse los 20 euros de la comida. Si estais por la zona, es un sitio al que hay que ir.
Lo nunca visto. Precioso bar y lugar, hecho de manualidades de madera completamente, con un riachuelo al lado precioso, donde relájate en medio de la naturaleza tomando algo
Impresionante. Vengo de Madrid y nunca había visto nada semejante. Cuando me dijeron que el restaurante lo había hecho el dueño con sus propias manos flipé. Un lugar inolvidable, un entorno idílico, comida exquisita y trato excelente. En definitiva UN AUTÉNTICO PLACER!
Mindblowing restaurant where every single piece of furniture has been sculpted with local wood. Wonderful food with local product, and top meat grilled on a handmade oven on the terrace.
Un sitio "mágico", por su situación, entorno, hecho a mano con madera autóctona. Mención especial para la salsa de la carne, el licor de miel artesano, la tarta de castaña también artesana. Visita obligada en O Courel.
Restaurante en medio de la naturaleza, montaña precioso todo de madera. El acceso da un poco de cosa para entrar con el coche pero hay un pequeño aparcamiento. La atención es muy buena, la comida tb, calidad precio razonable. Excelente la carne y la salsa chimichurri que hacen ellos mismo. Postres caseros, no se puede pagar con tarjeta, no hay cobertura de móvil. Nos ha encantado, si vienes por estas tierras tiene que venir a comer, parada obligatoria. Se ha de reservar.
Ubicado en un lugar precioso, el propio restaurante es totalmente diferente a uno normal, en ese aspecto un 10, el problema vino con la comida, éramos 3 adultos y dos niños de 3 años, uno de ellos comió un trozo carne y el otro nada ya que no quiso comer, resultado final nos cobraron 5 menús habiendo comido realmente solo 3 personas, ese tipo de cosas deberían de cuidarlas, entiendo que solo tienen ese tipo de comida y funcionan así pero en ningún lado te cobran un menú de adulto igual que uno de un niño de 3 años, más aún si ni siquiera comen. Resumen, solamente recomendable si vas sin niños.
Un sitio que merece ser visto, espectacular integrado en la naturaleza y lleno de imágenes evocadora, tal vez, como comentan algunas otras personas, ampliaría un poco el menú, con cosas sencillas