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Merece mucho la pena hacer la visita y cata a la bodega. Te permite conocer más sobre el cultivo de vides en la zona y todo el trabajo que hay detrás de cada vino.
Experiencia recomendable! Hemos visitado la bodega y gracias a Felipe nos hemos adentrado en el mundo del vino y de sus orígenes ! Bodega con mucho encanto y vino de calidad .
El entorno es inigualable. Felipe da una explicación muy cercana y completa, pasando por todas las etapas de la bodega. Definitivamente merece la pena acercarse a conocer esta bodega.
Fuimos a esta bodega porque nos la recomendaron y las buenas críticas que tiene. La bodega se encuentra en un entorno muy bonito. La dueña es muy educada y agradable y se le nota su pasión por su trabajo, pero me chocó que la cata de los 5 vinos que nos dio a probar la hiciésemos con la misma copa y con botellas que habían sido descorchadas y a la mitad. No soy muy entendido, pero he ido a varias catas y siempre me han cambiado la copa entre vino y vino y las botellas no estaban empezadas. Además he leído varios artículos en los que se indica que se debe cambiar la copa para poder apreciar bien los aromas y los sabores. Por lo demás los vinos está muy buenos y nos llevamos un par de botellas para nosotros y 4 más para regalar.
Visita triste.cata en la misma copa y escasa, con una botella hacia la cata para 30 personas.solo puso una pequeña empanada.lo siento pero no me gustó. El entorno si es precioso.pero la cata me resultó muy pobre para los 12 euros q cobra.
Muy recomendable visita, entorno espectacular, bonita bodega en historia contada por su propietario, Felipe; aprendimos mucho y degustaron unos vinos muy ricos.
Maravillosa cata de vinos en la bodega Ronsel do Sil.
El propietario nos atendió con mucho encanto con unas copas de vino con las que nos dirigimos hacia sus viñas más cercanas y variadas para aprender todo lo posible sobre ellas.
A medida probamos los tipos de vino que elaboran en Ronsel do Sil, el propietario nos explicó la historia de la bodega, de los distintos tipos de uva y viñedo, la relevancia sobre el efecto del Sil sobre los cultivos, las cosechas a pequeña escala típicas en las tierras tan repartidas de Galicia y muchos otros detalles.
Tras un tour agradable y elaborado por el exterior, nos dirigimos allí donde sucede la magia y convierten las uvas en vinos (deliciosos). Esta parte de la visita también consta de información muy visual, profesional y comprensible para los visitantes.
Y finalmente, la visita acaba con una última cata acompañada de comida típica gallega tan deliciosa que ya no sabes si has ido allí por el vino o la gastronomía.
Nosotros fuimos en un grupo de 4 personas y compartimos la visita con una pareja, fue súper agradable, la historia está tan bien contada y el dueño era tan amable que nos hubiésemos quedado todo el día allí.
Tras la cata no pudimos resistirnos a llevarnos un buen recuerdo de la bodega y compramos unas botellas que hemos disfrutado mucho en casa y que nos han trasladado de nuevo a orillas del Sil por un momento.
Recomendable 100%.
Aconsejo realizar la reserva con antelación e ir con tiempo, puesto que la ruta es por pistas y si no eres de la zona tardarás un poco en llegar hasta la bodega.
Se aparca muy bien. El entorno es idílico y sólo por las vistas ya merece la pena el viaje hasta el Sil.
Estuvimos haciendo la cata y visita a la bodega. El dueño nos contó una historia entrañable familiar y el valor que tiene este vino, tanto por calidad como por el esfuerzo de las familias que trabajan en la zona en el cuidado y recoleccion. Muy recomendable.
Es una bodega genial, familiar, en un sitio precioso, tiene algo.mágico. Los dueños muy amables. Luchadores, trabajadores, se lo merecen todo. Hay que ir, si o si?
Bonita bodega en Ribeira Sacra a la orilla del Sil. Tiene una pequeña zona donde tienen cultivadas todas las variedades de uvas de las 54 fincas de las que disponen.
Gracias Felipe por contarnos los orígenes de vuestra Bodega con tanto cariño. Los 4 vinos que hemos catado a orillas del Sil espectaculares! Ya sabes que nos has ganado para siempre.
Una pequeña bodega pero encantadora.nos atendieron cuando estaban yéndose y volvió para explicarnos con gran detalle los viñedos y las clases de uvas. Nos contagio la pasion con la que nos explicaba, reflejo del amor que tienen por esta actividad. Gracias Ma Jose.
Visita muy interesante en un entorno maravilloso, en el que la dueña con su conocimiento y pasión por lo que hace, hace que las explicaciones sean muy amenas. Recomendable
Excelente experiencia. Procedemos del Pais vasco, fuimos a pasar un día a la Ribeira sacra, cuando estábamos de regreso, casualmente encontramos la bodega. A pesar de llegar casi a la hora de cierre, Maria José, la dueña, nos recibió con los brazos abiertos. Disfrutamos mucho con la visita, las anécdotas y explicaciones que recibimos. Nos llevamos un recuerdo muy grato de un lugar tan pintoresco. Fue la guinda de un día espléndido. La calidad de los vinos es superior, chapeu!
Una experiencia recomendable, sensación, conexión, y sobre todo relajante. La dueña una gran persona, se nota que adora su trabajo, su dedicación le da frutos en los cuales recibe la satisfacción de unos vinos maravillosos y acompañados de un paisaje muy especial.
Gracias por hacernos descubrir una bodega de autor (es) tan personal, levantada con tanto empeño y pasión. Enhorabuena por el proyecto, por el vino y por preservar la sostenibilidad del campo y nuestros antepasados. Proyectos así son los que verdaderamente dinamizan nuestra economía e internacionalizan el valor y calidad de nuestros productos.
Lo unico a resaltar es el paraje donde esta situada. Las explicaciones fueron malas y con muy poca gana. Nada que visitar dentro de la bodega, pues lo que vimos fue un almacen de cajas y pales. 12 euros la cata con un servicio de vino muy escaso en las copas y una degustacion de queso y lomo de cabezada que no llegaba a una loncha por persona.
Acudimos por las buenas críticas y por la cercanía al Parador de Sto. Estevo donde estábamos alojados. Nos encontramos con una experiencia que nos transmitió el cariño y el sentimiento hacia el vino pero en otros aspectos dejó mucho que desear: Pocas explicaciones, ni de la historia de la bodega, ni de la elaboración, ni de los vinos, ni de cómo coger la copa o el proceso de la carta.
Probamos cinco vinos, un blanco y cuatro tintos. La cantidad de vino que ponían en la copa era ínfima, apenas suficiente para mojar los labios. Entre los cinco vinos no llegaría a llenar una sola copa (y no estoy exagerando nada). Me pareció algo ridículo. Encima con la broma de que los conductores tenían que beber poco.
He estado en visitas a bodegas muy diferentes unas de otras, mejores y peores, pero nada parecido a esto. Me sentí realmente molesto por haber pagado 10 euros (año 2022) por una cata tan rácana. Y es una pena porque ese detalle estropea la visita. En otras bodegas te llevas la bonita copa de cata como recuerdo pero en este caso nos dijeron que la dejáramos en la mesa.
Los vinos están bien pero la verdad es que no puedo recomendar la visita.
Una bodega pequeñita, con un encanto muy especial, nos hicieron una cata de lo mas instructiva, y nos contagio la pasion con la que nos explicaba cada detalle de los viñedos. El vino buenisimos pedimos un envio a Mallorca. Gracias Ma Jose.
Pequeña bodega familiar en la Ribeira Sacra que merece la pena visitar. Felipe, el propietario, transmite la pasión que tiene por su trabajo al contar como se hace el vino. Se hace una cata de 4 vinos y te explica la diferencia respecto a sus procesos de maduración. Mejor reservar llamando previamente. Muy recomendable
Es una bodega familiar con una ubicación inmejorable. Felipe, el propietario, nos hizo una guía de la viña muy agradable, contestando a todas las preguntas que le hacíamos. Se veía que transmitía pasión y eso te contagia. Salimos de allí queriendo abrir una bodega nosotros. Los vinos muy buenos; nosotros nos llevamos para casa 4, y pediremos más. Volveremos a ayudaros en época de vendimia… a carretar la uva y a pisarla!
Bodega familiar, es una visita muy agradable explicada por su dueña, una mujer emprendedora que aunque no sepas mucho sobre el mundo del vino, te hace apreciar su valor con todos los sentidos.
Un gran descubrimiento! Una maravillosa visita y experiencia. Bodega familiar con un alto grado de profesionalidad e implicación en su trabajo. Su resultado, una alta calidad en sus vinos. Excelente calidad y muy recomendables.
Un sitio increíble. Espectacular. La bodega está en un lugar increíble y la señora que nos ha explicado la visita encantadora, con una sabiduría sobre la vid y su cultivo increíble.
Muy amables los dueños, es la bodega que más cerca está del río sil, los vinos excelentes, no dejes de visitarlo si vas a la ribeira sacra, es una maravilla
Yo no soy de vinos, mi pareja sí, pero si vas a hacer un viaje por la Ribera Sacra hay que visitar una de sus bodegas; nosotros nos acercamos hasta esta por cercanía, desde Parada do Sil nos resultaba fácil llegar, pero ya desde el momento en el que reservamos la visita, se notó la amabilidad de los responsables de la misma, y para mí el trato personal es determinante para que una experiencia merezca la pena o no, y está lo mereció. Las vistas, mientras esperas, son espectaculares, te reciben con las copas en la mano y lo que te transmiten desde el principio es la pasión por su trabajo. La cata fue muy completa, y la visita creo que incluso más larga de lo anunciado, todo ello envuelto en una amabilidad exquisita. Por cierto, la botella que compramos duró poco en casa, ya nos la bebimos!
Un rincón maravilloso en la Ribeira Sacra. Vinos muy buenos y propietarios encantadores. Todo merece la pena. Te transmiten la pasión que sienten por el vino y la tradición. El buen hacer por encima de todo. PASAROS POR AHÍ, NO OS ARREPENTIREIS!
Una bodega estupenda, no soy un experto en vino, pero si, en gente que se esfuerza y trabaja duro, y está familia sin duda se ha esforzado y trabajado duro, para conseguir un futuro junto a esta tierra tan maravillosa, han cambiado su pasado, por un futuro incierto, y eso merece el reconocimiento, ya estuvimos aquí hace unos años y hoy volvimos por el vino y por el trato amable y bondadoso. Esperamos que sigan aquí muchos años más para poder seguir visitándolos. En su web tienes la opción de comprar sus vinos si nos os gusta conducir mucho, porque es cierto que está un poco "oculto" si nos os importa conducir, las vistas de la Ribeira Sacra, merecen la pena.
Impresionantes vistas. Catar un vino de Godello o de Treixadura entre cepas a orillas del río Sil disfrutando del paisaje es algo único. Hemos aprendido del trabajo en la viña, de cómo hacen los vinos y hemos probado vinos de variedades para nosotros desconocidas como la dona branca o la merenzao. Enhorabuena por el trabajo bien hecho y por cuidar los detalles. Es una pena que solo dure una hora la visita con la cata. Diferente a todo. Totalmente recomendable.
Lugar maravilloso, una guía que te muestra la cultura e historia del vino de la mejor manera y saborear 5 caldos estupendos. Bodega familiar y moderna. Por 8 euros todo esto es un lujo.
Súper recomendable! La explicación del propietario una gozada, el tiempo pasa volando. Si vienes a visitar la Ribeira Sacra es obligatorio pasar por esta bodega y llevarte alguno de sus vinos. ¡Están todos buenísimos!
Excelente visita. La bodega muy casera pero en la orilla del río Sil. Sirve poco vino porque no quiere emborrachar a nadie sabiendo que para llegar son unas cuantas curvas. El vino blanco espectacular y los tintos a medida que van cogiendo cuerpo son mejores. La dueña un encanto, con mucha experiencia y con ganas de que las personas participen en la visita. Volveremos.
Nina, Sirve poco vino porque son un poco rácanos y eso que se ahorran. Nosotros probamos 5 vinos pero entre los cinco no equivalen en volumen ni a una sola copa normal.
Pequeña bodega ubicada en la orilla del rio Sil con vistas impresionantes. El marido de la bodeguera nos explicó las peculiaridades del funcionamiento del negocio mostrándonos sus vides, el interior de la bodega y realizando la cata de varios vinos. Visita muy interesante.
Bodega familiar en un entorno espectacular. La dueña nos atendió de forma muy especial, da gusto ver a profesionales que aman a lo que se dedican. Probamos unos 5 vinos de diferentes variedades. Recomendable.
Bodega familiar, pequeña y con unos caldos de variedades de uva que sorprenden el paladar, si bien la cata por la que cobran 10€ es justita, catamos 5 vinos todos ellos tintos, se hecho en falta algún blanco que parece ser estaba agotado, pero es la primera vez que realizo catas de vinos sin lavar o cambiar la copa entre los diferentes vinos (me resultó chocante ese detalle por ser en una bodega) Por lo demás el sitio de la bodega perfecto y la explicación más en plan anecdótica / familiar que técnica, pero que se agradece.
Bodega diferente a orillas del Sil. Exquisita atención de la bodeguera y propietaria. Vinos muy buenos de variedades de uva poco conocidas. Paisaje increíble. Visita muy completa: Viñas, bodega y degustación. Aunque la carretera es estrecha y hay que bajar casi hasta el río, merece la pena ir.
Incredible winery at a stunning location. It is a small family winery at the heart of the Ribeira Sacra, which makes it very convenient for commuting from and to the different Ribeira Sacra landmarks (Parador, Catamarán, restaurants.). The owners are extremely nice and passionate about their work and their explanations are thorough and detailed about the winemaking process and all the different and rare indigenous varietals of the region. And the wines are just amazing: honest, elegant and a pleasure for all the senses. Ronsel do Sil is absolutely worth a visit: it will change your perspective on what respectful and sincere wine-making means.
Una visita muy floja: la dueña cuenta más sobre su vida que detalles técnicos de la producción del vino. Durante nuestra visita catamos 3 vinos muy rapido y sin mucha explicación y vimos una parra y la bodega desde arriba (no hay mucho que ver al ser muy pequeña). Vale la pena ir a otras bodegas mas tradicionales.
Maravillosa visita; llegamos un poco tarde al igual que la dueña, que venía de Madrid. Salvado ese escollo, realizamos una corta visita a los viñedos cercanos y a la bodega. Que espectáculo la vista, entre viñedos, de la ribera del Sil, inenarrable y preciosa. La bodega, pequeña y coqueta, pero magnífica por su ubicación y construcción, aprovechando hasta el último rincón, lo que la hace ser de una gran practicidad. Los vinos, que no conocíamos, de uvas Mencía y Godello, excelentes. Afortunadamente nos trajimos unas cuantas botellas, que las disfrutamos a diario. Cada día están mejor. Gloriosos. La gente del lugar es de lo más agradable y solícita; ante tanto sol y calor un lugareño nos acercó unas fresquillas cogidas del árbol riquísimas y que nos aliviaron bastante. Cuando ya nos íbamos apareció otro paisano con una caja llena de unas brevas gigantes (pesaban cada una cerca de medio kilo) y nos regaló tres de ellas, que ya comidas en casa, debo decir que nunca había probado manjar semejante. Resumiendo, una visita muy agradable y aprovechada, que nos satisfizo sobremanera. Muy recomendable.
A ver por dónde empiezo. Es una bodega pequeña y familiar situada a la orilla del río Sil, con un entorno y unas vistas espectaculares. Teníamos una visita a las 18: 00 el miércoles 17 de julio. Elegimos las visita de 10 euros por persona que constaba de: 1 visita de una hora a bodega y bancales + explicación de las diferentes variedades de la zona + cata de 4 vinos. Pues bien, nada de eso. Llegamos y la dueña de la bodega nos recibe muy educadaamente con dos copas y una botella de vino rosado. Nos sirve una cantidad mínima (alrededor de 1.5ml). Nosotros pensábamos que era para limpiar la copa, pero no, eso era la cata. Bajamos a los bancales a ver las 5 variedades diferentes de uva y ya está. Nos dijo: estas son las variedades más comunes de la zona. Ni una sola explicación sobre ninguna de ellas. 3 minutos en los viñedos. Entramos a la bodega y nos sirve otro vino. Igual, una cantidad que no servía ni para envinar la copa. Nos dice que esta es la bodega, estos son los depósitos y aquí se produce el vino de forma tradicional. Nada de explicaciones sobre el proceso de elaboración del vino, ni envejecimiento ni nada. Nos lleva a la parte de la oficina, nos sirve otras gotita de otro vino. No nos explica nada sobre las notas o matices del vino y ya se pone hablar de su vida como enóloga, que ha escrito un libro sobre bodegas y poco más. Nos sirve unas gotitas del último vino y nos dice bueno, y esto es todo. 30 minutos de visita en la que nosotros hablamos más que ella sobre nuestros trabajos y así. Al finalizar la "visita" decidimos comprarle una botella del primer vino que habíamos olido, porque no daba para más, que costaba 30 euros, pensando que con la escasa "visita" que nos había hecho no nos iba a cobrar los 10 euros por persona. Pues al final nos salió la botella por 50 euros, porque sigo pensando que no hubo una visita de verdad a la bodega. En resumen, merece la pena ir por la ubicación, pero salimos totalmente decepcionados con la visita y la cata. Una pena.
Hicimos una visita este fin de semana a varias bodegas de la zona y sin duda, la mejor con diferencia fue Ronsel do Sil. Es una bodega familiar con mucho encanto. Te reciben la bodeguera con una copa y empieza la cata con un rosado. Después se baja a la viña donde te explica las diferentes variedades de uva que cultivan y la forma de llevar las viñas. Después se visita la bodega donde se ve el proceso de elaboración de los vinos, y luego se continua la cata con otros vinos de variedades diferentes que desconocíamos como merenzao o brancelao. Aprendimos mucho y compramos algunos vinos. Paisaje espectacular y bodega digna de ser visitada! Coincidimos con una competición de natación en el Sil.
Visitamos esta bodega el pasado fin de semana y no pudimos salir más contentos! Nos enseñaron un viñedo, vimos las instalaciones y los dueños nos explicaron todo de maravilla. Sin duda 100% recomendable, volveremos!
Incuestionable la profesionalidad de MARÍA JOSÉ, enóloga de profesión y devoción. Su hospitalidad y asesoramiento, te ayuda a conocer sus excelentes caldos.
Bodega pequeña en un marco precioso de la Ribera Sacra, pero la visita dejó mucho que desear, el guía que debía ser el dueño había que sacarle las palabras con sacacorchos, teníamos que preguntarle nosotros en vez de explicarnos él, sin mucho entusiasmo. Estuvimos con la copa vacía en la mano toda la visita viendo algunas viñas y la bodega. El viñedo que vimos estaba al pie de la bodega y no nos movimos más allá de dos metros. Hicimos una cata de cuatro vinos sin cambiar de copa, osea que se mezclaban los sabores. Realmente decepcionante.
Visita increíble. Visitamos mi marido y yo la bodega este fin de semana. Se hace un paseo por las viñas junto a la bodega, viendo las diferentes variedades de uva. El propietario (es una bodega familiar) te explica con detalle el proceso de elaboración de los diferentes vinos, y catas cuatro vinos distintos de variedades de uva, algunas muy antiguas que no conocíamos, y que a partir de la visita disfrutaremos. Compramos varias botellas de vino que solo se venden en la bodega, por la escasa producción que hay. Muy recomendable. Recomendable también el paseo en catamarán por el río Sil.
Bodega familiar, a la orilla del rio sil. La visita estuvo bien, nos explico curiosidades de las viñas de la zona y probamos cinco variedades distintas de vino. Pero cuando acabo la visita, la pedimos para comprar unas botellas de los dos vinos que mas nos gustaron (una de cada) y al llegar a casa nos llevamos la sorpresa que eran las dos iguales.entiendo que todo el mundo se puede equivocar, pero una de ellas estaba tapada la etiqueta, asiq igual no se equivoco tanto.creo q nos colo las dos iguales, pero para cobrar no se equivoco, nos cobro una barata y una cara.