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El lugar es hermoso y tranquilo, y la comida que probé fue excelente, pero la forma en que los haces no es la adecuada para el lugar, espero que haya un mejor trato para los turistas.
Las shishas muy ricas, el té mejor, te sirven fruta fresquita a modo de tapa y el ambiente es bueno. En fin de semana, en ocasiones acuden bailarinas del vientre a danzar.
Recomiendo al 100%, precios quizá un poco caros en algún plato pero hay que saber la labor que hay detras. La pastela y los pinchos de pollo están buenísimos. Servicio del camarero bueno
Calidad bastante mala. Pedimos un té y un mojito (bastante malo) y una shisha que rascaba al poco de empezarla. Tuvimos que pedir 3 veces que nos encendieran la estufa de la terraza. Lo peor de todo es que no aceptan pagos con tarjeta y no lo pone en ningún sitio, ni en carta, ni en el restaurante ni te lo avisan ellos de palabra (por la zona el banco más cercano que hay está a 10minutos andando).
Mal en general. Pedimos un mojito, un te y una shisha. La shisha rascaba la garganta, el mojito muy muy normalito. Lo peor de todo fue que no tenían para cobro con tarjeta de lo cual no nos informaron, ni cartel ni nada, haciendo que tuviéramos que hacernos 20 minutos andando para sacar dinero.
Muy antipáticos y poco fiables. Teníamos una reserva con el tenedor, cuando hemos llegado nos dicen con mal tono "ya no trabajamos con el tenedor", le explico que tengo una reserva hecha ayer para ese día, y, sin hacer comprobaciones ni levantarse de la silla me vuelve a decir "no, ya no trabajamos con el tenedor desde hace tiempo", luego dice "bueno, si queréis sentaros, podéis cenar", digo que si nos respeta el descuento del tenedor si, y la respuesta es una encogida de hombros. No recomiendo comer en un sitio que tratan al cliente con tanto desdén, a mi me ha dado desconfianza