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Es un desastre. Antes, te sentabas en la terraza y te atendía un camarero. Desde hace poco tiempo han cambiado el sistema y ahora, después de sentarte, viene un camarero y te dice que te tienes que ir a una cola a pedir y pagar, volver a sentarte (si no te han quitado ya el sitio) esperar a que venga el camarero otra vez, mire en el tique lo que has pedido y esperar. Hoy ha sido el último día que vengo. ¡Por cierto! Los comentarios de otras personas en la terraza eran los mismos que el mío.
Delicioso todo! Todo muy fresquito para merendar, la tortilla de patata me sorprendió gratamente muy rica. La atención de las chicas muy bien, especial con los niños.
Ya llevan tiempo con el nuevo sistema para pedir y pagar, y cuando solo estás tú en la cafetería bueno. Pero en cuanto hay mas mesas ocupadas la cosa se descontrola: tardan en recogerte el ticket, tardan en traertelo y cuando lo hacen no es lo que has pedido, porque claro han recogido 3 o 4 tickets a la vez y ya saben dónde va cada cosa. No sólo en mi mesa, que somos dos y hemos pedido un par de cafés y unas tostadas, sino en todas las demás. Y aún me parece peor que no tengamos un justificante de lo que hemos pedido y pagado, porque en circunstancias normales, después de 35 minutos espersndo pagas solo los cafés y te vas. Pero no puede ser.
El origen de los famosos Manolitos. Maravilloso surtido de Manolitos, palmeritas y además con cafetería para consumo en local. Como pega, el sistema de pedido y pago en local. Tienes que pedir tu, pagar y dar ticket a los empleados. Por lo demás, todo genial. Variedad y buen sabor.
¡Muy malo! Queríamos sentarnos a desayunar y nos enviaron al cajero. Desde el cajero nos dijeron que nos sentáramos donde quisieran y después de 10 minutos el camarero nos dijo chd que teníamos que hacer cola en la caja para ordenar. Falta de organización.
Nefasto el sistema de pago (y la atención), ahora tienes que pagar antes en la entrada y luego pedir, si hay cola donde los bollos te tienes que esperar, luego te lo llevan a la mesa. De tal manera que tienes que dejar tus pertenencias solas en la mesa en la que te has sentado para que no te quiten la mesa, me parece absurdo. Algo tan sencillo les hará perder clientes, buscaré otra opción por la zona.
Un desastre. El servicio no atiende las mesas. Mientras la terraza estaba llena está tarde los cuatro camareros charlaban animadamente sin hacer mi caso. Los locales próximos lo agradecerán. Los clientes de dos mesas contiguas se fueron a Mínimo. Y yo me he tomado allí el último cafe
Los Manolitos. Croasanes ricos, ricos, tienes bollería, tostadas. De precio bien. Café con leche 1,50€ y de verdad muy bueno. Tiene terraza y dentro también mesas. Muy agradable y el personal, al menos el de la tarde, educado, eficiente, amable, muy bien
Servicio de terraza, inexistente. Tuve que entrar 3 veces para que me sirvieran. La prueba en todas las terrazas de la Gran Vía (Majadahonda), había que esperar media de 20 minutos, para coger mesa. En Manolo, solo tres mesas ocupadas. Si no pueden atender, cierren. Hay mucho paro
Me parece denunciable que esta empresa OBLIGUE a sus trabajadores a estar 8 horas de pie sin poder sentarse ni en una silla alta mientras no atienden a nadie! Muy muy fuerte
Vergonzoso, acabamos de ir a tomar un café y resulta que la mesa donde nos queria poner la chica no cumplía con la distancia de seguridad de Covid, ella se ha Negado a mover las mesas y nos obligaba a sentarnos en dicha mesa a sabiendas que estábamos junto a la otra con clientes, habiendo sitio de sobra para moverla y estar a la distancia adecuada. Solo había dos mesas ocupadas. Hoy domingo 21 a las 16;30 para que sepa el encargado de quien se trata.
Que decir que no se haya dicho ya de esta pastelería. Aunque ha perdido el factor sorpresa los pasteles están muy ricos la verdad. A veces un poco lentos.
Monolitos espectaculares, cualquiera de ellos, normales y con chocolates. También puedes tomar un café en el local antes o después de hacer cola para llevarte los famosos cruasanes.
Pues un Sitio en el que no te Atienden nada Bien. Sin Pies ni Cabeza. Muy mal atendidas tanto las Mesas de la Cafetería como las de la Terraza. Falta Organización. Triunfa por los Manolitos.
Lugar agradable y placentero para pasar un buen rato acompañado y degustando sus manolitos y palmeritas. El unico pero es que no he conseguido aun degustar los manolitos de chocolate blanco porque, o se acaban rapido o hay pocos. Aun asi, lo recomiendo por sus pasteles, helados y bombones.
Todo está muy rico, pero su especialidad son los manolitos. Los tienes con diversas coberturas de chocolates. A mí los que más me gustan son los de tres chocolates y los que no llevan nada. Es aconsejable encargarlos de un día para otro porque se suelen quedar sin ellos a mitad de tarde. Hay en varias localidades de Madrid por lo que seguro que tienes una pastelería cerca de tu casa.
Esta pasteleria es todo un acierto, los manolitos (croissants) son adictivos, siempre que pasamos por ahi nos llevamos una cajita. Los sanwiches y la bollería también es de calidad, lo que no me gusta es el trato al cliente lo que es una pena, les cuesta atenderte y se entretienen hablando entre ellos.
Lo mejor de aquí son los manolitos, esos croissants bañados parcialmente en chocolate. Para tomar algo en la terraza de la gran vía está genial, aunque no siempre hay sitio!
Magnífica pastelería ubicada en la gran vía de Majadahonda famosa x sus manolitos: son pequeños croissant de distintas variedades: mantequilla chocolate dos chocolates. Deliciosos. Está muy bien montada con mesas para desayunar o merendar. Amplia y confortable. Los expositores de dulces son una tentación. Los manolitos cuestan 15€ el k. Hay cajas a partir de cuarto en la q entran 8 unidades y sale x unos 4€ más o menos. Merece la pena probarlos. El local es muy amplio al igual q la puerta y se puede acceder con silla de ruedas. Las torrijas exquisitas y grandes merece la pena los 3-20 q cuestan.
Los productos en general están bien pero la falta de personal para atención tanto en mostrador como en mesa es lamentable. Si quieres pasar la tarde esperando para comer croissants, cumple el objetivo.
Los manolitos están muy buenos, la decoración es agradable, pero el servicio es muy malo. Tienen suficiente personal, pero parece que no tienen a nadie que organice ni controle a los empleados.