Azucena de Frutos Dios, Psicólogo

Araceli cuellar. Comparto contigo totalmente tu opinión solo puedo decir que nosotros fuimos a ella como pareja y no nos ayudo nada. Al revés, incluso muchas veces nos ponía en contra y creandonos más dudas emocionalmente sobre distintos aspectos. No nos gustó y, de echo, tuvimos que cortar por lo sano, porque no avanzábamos y nos cobraba 50e a la semanaque los tiramos a la basura.

Primero quiero compartir mi opinión sobre Doctoralia Internet, S. L no admite valoraciones por debajo de 5 estrellas, ahí lo dejó! A nosotros Azucena no nos ha ayudado para nada y no hemos avanzado nada y nos hemos dejado una cantidad considerable de dinero. Antes de acudir a un psicólogo/a os ayudaría mucho que buscarais opiniones concretas y concisas sobre vuestro problema pienso que esto nos ayuda a acertar con el psicólogo/a y siempre pensar que en las sesiones/intervenciones como le gusta llamarlas a Azucena deberíamos ser nosotros quienes decidiéramos de que queremos o necesitamos hablar no como lo ocurrido en nuestro caso. Yo su disponibilidad después de acudir varios meses lo dejó en “barbecho” y esa confianza que a priori te ofrece no es tal más haya de su consulta porque cuando yo la necesite por alguna preocupación, inquietud, malestar o duda o no me contestaba o salía por peteneras. Y toca hablar de “empatía” no puedo llegar a comprender como una persona que no te conoce de nada te da un abrazo para después de tantos meses no sea más cercana y afectuosa por wasap y sea tan tajante y cortante, esto es una contradicción para quienes estamos sufriendo “emocionalmente”. Y toca hablar de “disponibilidad “ a nosotros nos dejó colgados en diferentes ocasiones por diferentes motivos, y si nosotros no podíamos acudir a su cita, avisada con tiempo y por motivos de peso no nos daba ninguna opción de cambiarla para otro día. En fin que a la hora de elegir un psicólogo/a mirar con lupa si de verdad tiene experiencia en vuestros caso a tratar y sino dejarles bien claro lo que queréis conseguir yendo a terapia! No dejéis sentiros “acorralados” como me sucedió a mí.