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Hay muchas reseñas malas de los antiguos propietarios. Hoy hemos ido, el bar lleva un mes y pico con los nuevos dueños si no me equivoco. Hemos ido a tomar unas cañas a medio día. La atención estupenda y los aperitivos generosos. Repetiremos sin duda
Los aperitivos que vienen con el cubo de 5 botellines ni tomarlos, más vale que los lleves de casa, ni los toquéis alto riesgo! Los huevos rotos, las patatas más cruda que en el campo y el jamón serrano cocido y tres trozos pa pelearse, el que quiera claro. Resumiendo pa tomar unos botellines de Mahou clásica por un pavo vale, pero el resto no vale ną.
Frialdad nada más entrar y con muy pocas ganas de trabajar. Muy poca educación por parte de la camarera. No me extraña que esté vacío el bar. Y aparte los precios del tercio exagerado. Muchisimas ofertas en la puerta y luego para nada. No tenía nada de nada de las ofertas. No volveremos a entrar.
Por donde empezar? Por las tostadas con pan del día anterior? Por la mesa donde me senté aún tenía migas de la persona que pasó antes? Porque no tenían jamón para la tostada? Por la frialdad de la camarera que parecía que me estaba haciendo un favor al servirme un desayuno? O por qué metió los dedos en la taza al cogerla para servir? No vuelvo ni a pasar por la puerta.
Excelente ambiente, muy buena comida casera, Armando, el dueño, un gran profesional, con muchos años de experiencia en hostelería, y muy simpático y agradable. Sin duda alguna, visita obligada para tomarte unas cañas, y buenas raciones, o comerte una paella con la familia o amig@s. Muy recomendable.
Me encanta su terracita que pruebo menos de lo que quisiera, una pena que esté en una esquina de Pinto y no en el centro. Aún así se agradece siempre una cafetería en el barrio.